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Tener calcificaciones en el hombro puede hacer que gestos tan simples como ponerse un sujetador o peinarse se conviertan en una auténtica y dolorosa odisea. Esta lesión, técnicamente llamada tendinopatía calcificante de hombro, se produce cuando se depositan cristales de calcio en distintas localizaciones sin que exista una causa conocida. Afecta mayoritariamente a adultos jóvenes sanos de entre 35 y 50 años, siendo más frecuente en mujeres, llegando a provocar crisis de dolor agudo e incapacitante ante el más mínimo movimiento.
La tendinitis calcificante del hombro es una lesión que se caracteriza por la formación de depósitos de calcio en uno o en ambos hombros; (bilateral, en el 30% de los casos). Las causas por las que se depositan cristales de calcio (calcificación de hombro) son desconocidas, y según explican los expertos de la clínica CEMTRO. Habitualmente se localizan en el espesor del tendón y en la bursa subacromial, por encima del tendón. Con mayor frecuencia afectan al tendón supraespinoso (65% de los casos), con menor frecuencia al infraespinoso (30% de los casos), y mucho más raramente al subescapular (5% de los casos). El proceso de formación de un depósito de calcio puede durar de uno a seis años y se conoce como fase formativa, normalmente indolora. De la fase formativa se pasa a la reabsortiva, que es la que produce los brotes de dolor agudo y que sin embargo podría entenderse como un preludio necesario para la desaparición espontánea del depósito de calcio. En definitiva, es un proceso que tiende a curar espontáneamente aunque puede tardar y precisar tratamiento.
En personas sanas
En general afecta a gente sana y sin antecedentes de enfermedades destacables, aunque puede ser un poco más frecuente en pacientes con trastornos de tiroides o trastornos endocrinos; piedras en el riñón o la vesícula, diabetes o trastornos endocrinos. Sin embargo, en la mayor parte de los casos son pacientes sanos. Tampoco parece haber una relación estrecha con las actividades que haga el paciente ni con el deporte; ya que las calcificaciones aparecen en pacientes que trabajan manualmente, pacientes con trabajo sedentario e incluso en pacientes que no trabajan. Aunque sí es más frecuente que se produzcan en el brazo dominante.
Síntomas de las calcificaciones


Entre un 10-20% de las tendinitis calcificantes del hombro se mantienen asintomáticas, pero se ven fácilmente con una radiografía. Sin embargo, en el resto de los casos, una vez que se ha formado el depósito de calcio los síntomas más frecuentes son: dolor intenso que se manifiesta especialmente durante la noche o al realizar determinados movimientos de rotación del hombro, lo que, a su vez lleva a una pérdida progresiva de la movilidad de la articulación.
Tratamiento: ¡si no quieres sufrir!
- El tratamiento inicial de la tendinopatía cálcica de hombro es tratar el dolor con antiinflamatorios no esteroideos. También es recomendable la aplicación de frío (hielo) en la zona del hombro durante 10-15 minutos, 2-3 veces al día. Si el dolor de hombro es muy intenso se pueden realizar infiltraciones con corticoide y anestesia local para combatir la inflamación, aunque es raro que esta se produzca. La decisión de infiltrar un hombro doloroso por una tendinopatía calcificante depende principalmente del dolor del paciente y alivian bastante el dolor.
- Una vez pasada la fase aguda, la fisioterapia ayuda a evitar la pérdida de movilidad, e incluye un programa de ejercicios, el uso de electroestimulación (TENS) y en ocasiones la aplicación de radiofrecuencia.
- En casos seleccionados o de calcificaciones más grandes, se puede realizar una punción-aspiración con aguja gruesa y mediante anestesia local en la articulación del hombro. Esta técnica intenta romper la calcificación con suero a presión, aunque no siempre funciona, debido a que en ocasiones la calcificación es tan dura que la presión del suero no permite romperla y es difícil de liberar todo el calcio.
- Finalmente, si ninguno de los tratamientos anteriores resuelve el dolor y la pérdida de movilidad la última opción es la quirúrgica, mediante la realización de una intervención por vía laparoscópica en la que se elimina todo el depósito de calcio: la artroscopia de hombro. Puede ser útil en pacientes que llevan más de seis meses con un hombro doloroso y el tratamiento conservador con fisioterapia e infiltraciones no ha sido suficiente.