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La boca es una de las principales vías de entrada al organismo, junto con la nariz y los ojos. Y es en ella donde el virus SARS-CoV-2 (que produce la enfermedad COVID-19) encuentra una alta densidad de sus receptores específicos de unión. Nos lo cuenta el doctor David Herrera, del grupo de investigación ETEP (Etiología y Tratamiento de las Enfermedades Periodontales y Periimplantarias), que ha participado en un estudio en el que se ha comprobado cómo el uso de colutorios antisépticos bucales con povidona-yodo o cloruro de cepilpiridino (CPC) podrían ayudar a reducir la severidad de la COVID-19 y el riesgo de transmisión mediante un descenso de la carga viral en la boca en los individuos infectados. Este trabajo se ha realizado en el marco de la actividad que desarrolla la Cátedra Extraordinaria Dentaid en Investigación Periodontal de la UCM.
El doctor David Herrrera es investigador del Grupo ETEP (Etiología y Tratamiento de las
Enfermedades Periodontales y Periimplantarias) y profesor de Periodoncia de la Universidad Complutense de Madrid (UCM).
Desde el principio de la pandemia nos han recordado la necesidad de no tocarnos la boca, nariz y ojos para evitar la transmisión del virus, ¿Cómo actúa la cavidad oral en cuanto al contagio?
Las tres vías de entrada principales del virus parecen ser la nariz, la boca y los ojos, a través de sus mucosas. El virus puede llegar a ella directamente, a través del aire, si una persona con el virus habla, tose…, o a través de nuestras manos, que hayan tocado un objeto que el virus haya contaminado. Para el primer aspecto, son fundamentales el distanciamiento social (el virus puede “volar” a 1 metro, pero difícilmente a 2 metros), las mascarillas (que dificultan que el virus salga al exterior al hablar, toser…) y la protección ocular. Para el segundo aspecto, lo principal sería nunca llevarse las manos a la boca, nariz u ojos y, como esto es complicado, lavar las manos con frecuencia y, en todo caso, siempre que podamos haber tocado objetos contaminados, incluyendo nuestras propias mascarillas.
¿Es la boca en sí misma un foco de alto riesgo para el desarrollo de la enfermedad por coronavirus (COVID-19)? ¿Por qué?
Parece que sí. Lo estudios demuestran una expresión relevante de receptores ACE2 en mucosas orales, especialmente en la lengua, que ofrece una gran superficie dentro de la boca. Además, las glándulas salivales tienen una expresión incluso superior a la de la mucosa pulmonar. Por tanto, la boca parece un lugar muy adecuado tanto para recibir al virus, como para mantenerlo y transmitirlo a otras personas, vía gotículas salivales.
La investigación apunta a la presencia de receptores ACE2 en la cavidad bucal como adyuvantes para la transmisión del virus. ¿Podría explicarnos cuál es su papel?
Se ha demostrado la importancia del receptor ACE2, muy frecuente en células de mamífero y en muchas partes de nuestro cuerpo, para que el virus sea capaz de colonizar nuestro organismo. En ese sentido, el hallazgo mencionado de la alta expresión de receptores ACE2 en glándulas salivales da a la boca una gran relevancia como reservorio.
¿Como hemos de preservar la salud bucodental de modo que sea una barrera de contención frente al covid? ¿Qué medidas de higiene bucal debemos mantener? son las de siempre o debemos implementar algunas otras?
No tenemos indicaciones de que una peor salud bucodental favorezca la transmisión del virus o el desarrollo de la COVID-19. Pero sí hay evidencias claras de que una peor salud bucodental, específicamente en las encías (presencia de “piorrea” o periodontitis), favorece una mayor inflamación sistémica, y un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, o diabetes, entre otras patologías con base inflamatoria. Se puede sugerir que esa mayor inflamación sistémica podría hacer más susceptible a sufrir una COVID-19 más severa a pacientes con periodontitis, pero eso, de momento, es solo una hipótesis.
Se ha estudiado además que el uso de enjuagues bucales con antisépticos ayudaría a disminuir la carga viral y, en consecuencia, la gravedad de la enfermedad y su transmisión. ¿Qué componentes deben tener y a qué conclusiones se ha llegado?
Hay muchos compuestos antisépticos diferentes, pero las recomendaciones, a nivel de muchas instituciones sanitarias, como el Consejo de Dentistas de España, han incluido a povidona yodada, cloruro de cetilpiridinio y agua oxigenada, para uso preoperatorio, con objeto de reducir la carga viral oral, en las clínicas dentales. En nuestro análisis de la evidencia disponible, no hemos encontrado evidencias para apoyar el uso de agua oxigenada, y sí hemos encontrado evidencias para povidona yodada (pero solo en estudios in vitro) y cloruro de cetilpiridinio (con evidencia in vitro e in vivo). Ninguno de los estudios evaluados se centraba en SARS-CoV-2, pero sí en virus parecidos, como SARS-CoV-1, MERS o algunas cepas del virus de la gripe. Los estudios de SARS-CoV-2 encontrados se referían solo a desinfección de superficies, y no a las mucosas de la boca.
¿Se sabe si el coronavirus tiene algún efecto sobre la cavidad oral o en ese sentido podemos estar tranquilos?
Se están empezando a realizar estudios en este sentido, pero, de momento, lo único claro es que, si el confinamiento ha provocado altos grados de ansiedad y/o descuidos en los cuidados habituales bucodentales, esto habrá conducido a una peor salud bucodental. Pero no hay datos, por el momento, para sugerir efectos directos.
Y en el caso de una persona que ya se ha contagiado, ¿se deben extremar las precauciones de salud bucal si se padece la Covid-19?
Como se ha dicho antes, la razón para hacerlo no sería la salud bucodental, sino la posibilidad de reducir el riesgo de transmisión, reduciendo la carga viral oral con el uso de colutorios antisépticos. Per todavía no hay suficiente evidencia para hacer esta recomendación.
Durante la pandemia, al igual que ha ocurrido con otras especialidades médicas, hemos evitado ir al dentista, ¿cómo puede afectar esto a nuestra salud bucal? ¿cuál es el riesgo de dejar pasar una afección bucodental grave?
La salud bucodental, como se ha resaltado previamente, es fundamental para la salud general y, por tanto, no se debe descuidar este aspecto, de manera similar a que no se debe descuidar la salud de otras partes del cuerpo. Los efectos del descuido, asociados a los de la ansiedad derivada de la situación sufrida, agravan condiciones preexistentes y hacen más difícil que estas se resuelvan. Y hay que recordar que la periodontitis se asocia a riesgos sistémicos importantes, como enfermedades cardiovasculares, diabetes, parto prematuro, enfermedad de Alzheimer…
¿Qué impacto está teniendo esta pandemia en la consulta dental? ¿Como se están preparando las consultas de los odontólogos para evitar contagiar y ser contagiados?
Las clínicas dentales han tenido un comportamiento ejemplar en relación con la pandemia, primero reduciendo la actividad a lo imprescindible durante el confinamiento (exclusivamente atenciones de urgencia), y luego reiniciando la actividad cuando las medidas de seguridad lo hicieron posible, siguiendo los estrictos protocolos, definidos por el Consejo de Dentistas de España, y realizando la formación adecuada, para todo el personal. Los estudios demuestran que, con estos protocolos, la atención odontológica es un lugar muy seguro. Y, seguramente, las medidas habituales de control de infección cruzada en la clínica dental ya eran muy seguras antes del confinamiento.
¿Cree que dedicamos poca atención a la salud bucodental, que no está entre las prioridades en cuanto a salud de la población, o hemos avanzado en este sentido?
Es evidente que una parte importante de la población española no dedica los suficientes esfuerzos o recursos (dado que no forma parte, en su mayor parte, del Sistema Nacional de Salud). Pero también es evidente que la población cada vez está más concienciada sobre la importancia de la salud bucodental.
Durante los últimos años numerosos estudios vienen a confirmar la relación entre la salud de nuestra boca y las enfermedades cardiovasculares. Entre otras cuestiones se ha llegado a la conclusión de que la periodontitis grave aumenta el riesgo de sufrir infarto e ictus. ¿Cuál es la conexión entre las patologías orales y las cardiovasculares?
Efectivamente, diferentes estudios epidemiológicos y mecanísticos confirman esta asociación, cuya plausibilidad biológica se centra en dos aspectos, principalmente: las personas con periodontitis avanzada tiene grandes cantidades de bacterias bajo las encías, que a su vez se encuentran muy inflamadas, haciendo que haya pequeñas heridas, lo que posibilita el acceso de las bacterias a la circulación sanguínea, y esto genera bacteriemias (paso de bacterias vivas) repetidas, tras procedimientos tan simples como morder una manzana; y, en segundo lugar, y derivado de la bacteriemia, y también del paso de mediadores inflamatorios a la circulación sanguínea, generados en la encía, el cuerpo presenta un nivel más elevado de inflamación sistémica, que se ha asociado tanto a enfermedades cardiovasculares en general como a eventos concretos, como un infarto de miocardio o un ictus.
¿Cuáles son los errores más comunes que cometemos en nuestro país a la hora de cuidar nuestros dientes? ¿Y aunque sea repetitivo recordarlos, qué cuidados básicos no debemos obviar?
El primer elemento, clave, es el cepillado dental después de cada comida, con al menos 2 minutos de duración, junto con el uso de la seda dental, o algún otro elemento (por ejemplo, los cepillos interdentales), para limpiar entre los dientes. De manera adicional, podría considerarse el uso de dentífricos o colutorios con capacidad demostrada antigingivitis. Finalmente, las revisiones periódicas, para detectar problemas en fases muy iniciales, y la realización de eliminación mecánica profesional de la placa/biofilm dental (“limpieza de boca”), forman parte de las medidas preventivas fundamentales para mantener la salud bucodental.
¿Es posible llegar a los 80 con una boca si no en perfecto, en un estado medianamente aceptable? ¿Qué papel juega la genética y qué papel podemos atribuir a nuestros cuidados, nuestras alimentación o estilo de vida?
Es totalmente posible llegar a los 80 años con una boca sana y cuidada, perfectamente funcional. Por supuesto, habrá procesos de desgastes y alteraciones menores, que no interfieran con su plena salud y funcionalidad. Pero también es evidente que hay numerosos factores de riesgo, incluidos los genéticos, que aumente la susceptibilidad individual y que haga posible que, con cuidados convencionales, se puedan sufrir problemas. Ello hace tan relevante las visitas periódicas a los profesionales de la salud bucodental, que podrán individualizar los cuidados necesarios en función de los riesgos. La alimentación es muy relevante, especialmente para el desarrollo de caries. Y los estilos de vida saludable son críticos, dado que el tabaco o el sobrepeso son factores de riesgo relevantes para muchas enfermedades, incluidas las enfermedades de las encías. Se debe destacar que la higiene bucodental debería ser incluida dentro de los hábitos de vida saludable, y así lo ha solicitado la Federación Europea de Periodoncia (EFP) a la Organización Mundial de la Salud (OMS).