A pesar de los avances en el tratamiento, la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), sigue siendo una causa creciente de morbilidad y mortalidad en nuestro país, con una prevalencia de casi el 12% entre la población española de entre 40 y 80 años, siendo los varones de edad avanzada el colectivo más afectado.

La EPOC se caracteriza por una limitación irreversible del flujo aéreo (capacidad de aire que llega a los pulmones). Se trata de una enfermedad respiratoria crónica producida por la inhalación de una sustancia tóxica, generalmente el tabaco, aunque los expertos de las Sociedades científicas SEPAR (Sociedad Española de neumología y Cirugía Torácica) y ERS (European Respiratory Society) acusan al cambio climático y la polución como la otra gran amenaza para estos enfermos, agravando su estado o facilitando la aparición de esta enfermedad y de otras como el asma. Según la doctora Isabel Urrutia, neumóloga y coordinadora del Año SEPAR por la calidad del aire, Cambio Climático y Salud 2020-2021, “inspiramos alrededor de 2.800 veces por día y en cada inspiración, además de oxígeno y nitrógeno gaseosos, nuestros pulmones inhalan otras sustancias y partículas procedentes de la contaminación de automóviles, industrias, construcción y otras fuentes relacionadas con la actividad humana. Estos contaminantes comprometen la calidad del aire y tienen efectos nocivos tanto para el medio ambiente como para la salud, sobre todo de los enfermos respiratorios”. Respecto al cambio climático, la doctora Urrutia afirma que “los cambios bruscos en la temperatura que estamos viviendo están directamente relacionados con la morbilidad y la mortalidad en enfermedades respiratorias tan comunes como el asma o la EPOC”.

La EPOC, paso a paso

  1. Es una enfermedad respiratoria crónica producida por la inhalación de una sustancia tóxica, generalmente el tabaco
  2. Se caracteriza por una dificultad del paso del aire por los pulmones. En ella se produce una obstrucción al flujo aéreo y una dificultad para vaciar el aire de los pulmones.
  3. Este daño hace que las paredes de los alveolos se destruyan, los bronquios se engrosen y los pulmones fabriquen más moco de lo normal, lo que hace que se obstruyan las vías respiratorias
  4. Sus síntomas en la primera fase son: tos, expectoración, ahogo y fatiga.
  5. Sus síntomas en la fase avanzada son: sensación de agotamiento, falta de concentración, opresión en el pecho, hinchazón o edema en los tobillos y en las piernas.

Stop exacerbaciones

Los primeros síntomas comienzan con tos y expectoración y luego sigue con dificultad para respirar o disnea al andar y al aumentar la actividad física, como por ejemplo al subir escaleras o caminar cuesta arriba. Poco a poco la persona, sin darse cuenta, deja de hacer aquellas tareas que le suponen esfuerzo y le ocasionan ahogo, y con el tiempo llegan a suponer un esfuerzo tareas como vestirse y bañarse. Otros síntomas en fases más avanzadas son sensación de agotamiento, falta de concentración, e incluso opresión en el pecho. Si el corazón y la circulación continúan afectándose puede producirse hinchazón o edema en los tobillos y en las piernas. A menudo se suceden episodios de agudización y de empeoramiento brusco y mantenido, con importantes consecuencias para su salud. Estas agudizaciones, conocidas como exacerbaciones, se deben fundamentalmente a procesos infecciosos, víricos o bacterianos, y de no tratarse, existe un riesgo mayor de hospitalizaciones y mortalidad asociadas y un importante impacto en la progresión de la enfermedad.

Para el diagnóstico de la EPOC es necesario hacerse una espirometría, una prueba sencilla e indolora, que dura 10 minutos. Consiste en llenar los pulmones totalmente, para después soltar todo el aire de la manera más rápida que se pueda, y mide la cantidad y la velocidad del aire de los pulmones.

Levantarse: ardua tarea

Para un paciente con EPOC, el momento más difícil es sin duda el de levantarse y prepararse para las tareas del día. Por ello es muy importante que, desde primera hora de la mañana, sigan unas rutinas que les faciliten su autonomía y que no les supongan un esfuerzo extra que les obliguen a empezar la jornada ya fatigados. Tareas tan sencillas como acomodar el espacio en el lavabo, dejando a mano los utensilios que más se utilizan para actividades como afeitarse, lavarse los dientes o peinarse; colocar un banquito desde el que puedan realizar estas actividades sentados; ducharse en lugar de bañarse, y colocar esterillas antideslizantes y barras de sujeción también contribuyen a la seguridad. Igualmente, la ducha puede hacerse sentado, así como utilizar cepillos de mango largo para la alcanzar sin esfuerzo pies y espalda. Por último, hay que evitar el agua muy caliente, así como el uso de aerosoles desodorantes o lacas que pueden ser irritantes y exacerbar su dificultad para respirar.

Tratamientos para la EPOC: el papel clave del farmacéutico

El tratamiento farmacológico de la EPOC tiene como objetivo reducir los síntomas (falta de aliento y fatiga), disminuir la frecuencia de las agudizaciones y hacer más lento el avance de la enfermedad. La elección de medicamentos, dosis, vía de administración y frecuencia de uso deben estar siempre bajo control del equipo médico. Pero el papel que ejerce la farmacia comunitaria en la educación del paciente con EPOC y en el correspondiente cumplimiento terapéutico en términos de uso y manejo de dispositivos y de adhesión a los tratamientos es también fundamental. Entre los medicamentos utilizados para el tratamiento de la EPOC están:

  • Antiinflamatorios: calman y disminuyen la inflamación de las vías respiratoria.
  • Broncodilatadores: aumentan el diámetro de los bronquios cuando hay obstrucción.
  • Mucolíticos, teofilinas y antitusígenos: para mejorar los síntomas.
  • Antibióticos y corticoides orales: para tratar infecciones o agudizaciones de la enfermedad.

Pero lo más importante es DEJAR DE FUMAR.

Sin visados, una buena noticia

Hasta ahora, en virtud del actual sistema de visados que impera en nuestro país, los medicamentos para la triple terapia fija de la EPOC estaban sometidos a barreras burocráticas previas a la prescripción, trámite que afecta a cerca de 300.000 pacientes con EPOC moderada o severa, un 10 por ciento de los más de 3 millones de españoles que sufren esta enfermedad, convirtiéndose en población de muy alto riesgo frente al coronavirus. Ahora, tras la aprobación del Proyecto de Ley de medidas urgentes para hacer frente a la crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19, entre las que se incluye la retirada temporal de este sistema de visados, sociedades como SEMERGEN han manifestado su satisfacción, al considerar que “el actual sistema de visados menoscaba la capacidad y pone en duda la profesionalidad y responsabilidad del médico de familia. Por tanto, confiamos en que este sea un primer paso para analizar el actual sistema de visados, que genera inequidad entre los médicos y entre los pacientes”.

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Paula Rivero

Soy de la primera promoción de Periodismo que salía del "horno" de Sevilla (en todos los sentidos), allá por el año 94, estudios que completé con los de Historia Contemporánea, licenciándome en...