Apnea del sueño: más allá del ronquido

¿Sabías que una apnea del sueño puede afectar a la salud cognitiva, desencadenar un ictus, y provocar un cansancio y somnolencia diurnos insoportables? Si duermes mal, roncas y tienes paradas respiratorias durante la noche, tómatelo en serio y ve corriendo a hacerte un estudio del sueño o polisomnografía.

Se considera que una persona padece apnea obstructiva del sueño cuando tiene un índice de paradas respiratorias durante el sueño (apneas-hipopneas) igual o superior a quince en una hora (IAH)≥15/h, predominantemente obstructivas. El mecanismo es el siguiente: la vía aérea superior (VAS) de los pacientes con apneas obstructivas se ocluye total o parcialmente y estas paradas respiratorias provocan micro despertares que reactivan la musculatura y logran su reapertura, provocando al día siguiente un enorme cansancio y/o fatiga diurnos y a la larga puede comprometer la salud cognitiva y mental, provocar insomnio e incluso una depresión, sobre todo en mujeres. 

Se trata de una patología muy infradiagnosticada (sólo se diagnostica el 10% del total en las unidades de sueño especializadas), y el ronquido no es su único síntoma. Así lo afirman desde la Sociedad Catalana de Pneumologia (SOCAP), desde donde alertan del escaso conocimiento que existe hoy en día sobre sus devastadoras consecuencias: “aumenta 2-3 veces el riesgo de ictus y 3-6 veces el riesgo de accidentes de tráfico, dobla el de accidentes laborales, puede causar cáncer, afecta al corazón y se asocia a hipertensión, obesidad y depresión”. de Su prevelencia es muy alta, afectando al 25% de la población adulta, es decir, a 1 de cada 4 adultos. Además, no solo la padecen los hombres, sino también las mujeres, sobre todo en la edad menopáusica, “momento en que debe ser diagnosticado, evaluado y tratado”, destaca la doctora Ana Fortuna, neumóloga y coordinadora del grupo de Trabajo de sueño de la SOCAP.

“No puedo con mi alma”

Si estás todo el día cansado y tu sueño no es reparador, detrás puede haber un trastorno del sueño como la apnea: “Dormir poco y mal no debe ser aceptado como algo normal, sino que puede ser indicador de la presencia de un trastorno respiratorio, como la apnea del sueño. Por ello, es fundamental prestar atención al tiempo y calidad de nuestro sueño y consultar al médico, no solo si una persona es roncadora, sino también si se siente cansada o se adormece durante el día e, incluso, si tiene insomnio durante la noche. Existe una gran asociación entre la hipertensión (HTA), puesto que

Además, los micro despertares que provoca la apnea aumentan 3-6 veces el riesgo de accidente de tráfico, por la somnolencia diurna que conlleva. El 7% de los accidentes de tráfico en hombres son secundarios a la AOS y el riesgo de accidentes laborales se duplica en la AOS, especialmente en conductores profesionales. 

¿Cómo se diagnostica?

“La apnea del sueño se diagnostica en las unidades del sueño, donde se evalúa su gravedad y se indica el tratamiento necesario para evitar consecuencias posteriores que pueden ser graves”, explica la doctora Fortuna. Normalmente se realiza un estudio del sueño o polisomnografía, una prueba que registra las ondas cerebrales, los niveles de oxígeno en la sangre y la frecuencia cardíaca y respiratoria durante el sueño además de medir el movimiento de los ojos y las piernas. Una vez establecido el diagnóstico, en primer lugar, se efectúa un tratamiento individualizado en función de las características del paciente, que incluye bajar de peso en casos de sobrepeso u obesidad, así como el tratamiento del hipotiroidismo y del reflujo gastroesofágico.

Después de esta primera fase, se valora qué pacientes necesitan CPAP (presión positiva continua de la vía respiratoria, por sus siglas en inglés), el tratamiento de elección que se utiliza para mantener la vía aérea superior abierta durante el sueño, a fin de evitar las apneas. Esto se hace “con el objetivo de restaurar la calidad del sueño, normalizar el índice de apenas (IAH), mejorar en lo posible la saturación de oxígeno en sangre, reducir el riesgo de complicaciones y disminuir los costes de la enfermedad”, explica la portavoz de la SOCAP.