Hoy en día, llevar una vida normal y ser diabético no tienen por qué estar reñidos. Muy al contrario, desde que descubre serlo hasta que toma conciencia de su enfermedad y aprende a convivir con ella, el diabético debe aprender a cuidar de sí mismo intentando mantener su antiguo «modus vivendi» y hacerlo compatible con un seguimiento médico adecuado. Esto es importante hasta el punto de que de los conocimientos que adquiera acerca de su enfermedad va a depender, en gran parte, su evolución.
Tanto la Diabetes Mellitus de Tipo 1, es decir, insulinodependiente, y la de Tipo 2 también llamada «Diabetes del Adulto», son enfermedades crónicas y de tratamiento complejo. Desde su diagnóstico, el diabético tiene que realizar un laborioso cuidado que va desde el autoanálisis y ajuste del tratamiento dietético y farmacológico, hasta el manejo de técnicas de autoinyección y otros aspectos como el cuidado de los pies, la higiene, etc.
En qué consiste la Diabetes
La base de esta enfermedad está en el déficit de la secreción de insulina por el páncreas, lo que determina una serie de alteraciones en el metabolismo de las grasas, los hidratos de carbono y las proteínas caracterizado por una hiperglucemia, es decir, un elevado nivel de glucosa en sangre.
Tres son las manifestaciones típicas de la diabetes, conocidas como el síndrome de las tres P: poliuria, polidipsia y polifagia, es decir, incremento de la cantidad de orina, sensación de sed constante y aumento del apetito. Otras características son también la pérdida de peso y la sensación de cansancio corporal.
Si presentas estos síntomas además de hipertensión, obesidad o algún antecedente genético en tu familia, tienes muchas posibilidades de estar desarrollando diabetes.
Para salir de dudas, basta con que realices un análisis de sangre que te permita determinar tus niveles de glucosa y actuar en consecuencia.
- Glucemia basal (en ayunas): en plasma venoso igual o superior a 126mg./dl.
- Glucemia al azar (en cualquier momento del día, independientemente de la hora de la última comida): en plasma venoso igual o superior a 200 mg./dl. en presencia de
síndrome diabético: poliuria, polidipsia y polifagia.
- Glucemia en plasma venoso igual o superior a 200 mg./dl. a las dos horas tras
Sobrecarga Oral de 75 gramos de Glucosa. Esta es la determinación de la Glucemia
Postprandial
Tipos de Diabetes
Existen dos tipos de diabetes que obedecen a causas distintas y que se diferencian totalmente en cuanto al momento en que se desarrollan y el tipo de tratamiento que se aplica en cada caso, siempre vigilado por un médico.
- La Diabetes Mellitus de Tipo 1
se manifiesta a edades tempranas y se caracteriza porque se hace necesaria desde el principio la administración de insulina externa para paliar su escasa o nula fabricación por el organismo.
La razón por la que la insulina no puede administrarse por vía oral y sí mediante inyecciones se debe a que se volvería inactiva por la acción de las enzimas del jugo digestivo.
Los requerimientos de insulina varían mucho según el tipo de diabetes, el grado de resistencia a la insulina y el tiempo de evolución de la enfermedad. Para una correcta administración de insulina es importante coordinar el tratamiento con los horarios de comida y tomar un tentempié entre ellas. Las inyecciones de insulina deben aplicarse veinte o treinta minutos antes de cada comida. Para más precisión existen unos inyectores especiales llamados pen, que permiten la administración de una dosis exacta de insulina, evitando así errores de cantidad y facilitando la labor al diabético.
2. La Diabetes Mellitus de Tipo 2 engloba a un 80 % del total de los diabéticos y guarda una estrecha relación con la obesidad. Este tipo de diabetes se manifiesta casi siempre pasados los cuarenta años de edad, de ahí que también es conocida como «Diabetes del Adulto». Aunque la fabricación de insulina tiene lugar en el páncreas, los tejidos del organismo no son sensibles a su acción. En muchas ocasiones con sólo someterse a un régimen adecuado y realizar regularmente ejercicio físico se consigue controlarla. Sin embargo, si no resulta suficiente puede aplicarse un tratamiento con fármacos antidiabéticos hipoglucemiantes orales, que en todo momento deben estar controlados por tu médico.
De qué alimentos debes privarte
La alimentación juega un papel decisivo en el tratamiento de la diabetes, ya que casi en la mitad de los casos puede controlarse siguiendo las pautas dietéticas adecuadas.
Para comenzar, lo esencial es que normalices tu peso, ya que muchas veces los niveles de glucosa vuelven a los límites normales con sólo perder esos kilos que te sobran.
Esto no quiere decir que el diabético no pueda seguir una alimentación rica y variada, sino que es necesario tomar ciertas precauciones.
- Evita los azúcares simples que se absorben rápidamente: alimentos como el azúcar, miel, mermelada, leche condensada, refrescos azucarados, frutas en almíbar, pasteles, galletas o bombones han de ser totalmente desterrados de tu dieta.
- No conviene abusar de grasas animales como la carne de cerdo, embutidos, mantequilla, huevos y frutos secos, ya que aumentan el nivel de colesterol en la sangre, lo que resulta especialmente desaconsejable para el diabético.
- Presta atención a los alimentos para diabéticos. Antes de ingerirlos lee siempre detenidamente su composición, pues su abuso puede alterar los niveles de glucemia como ocurre con los que contienen fructosa y sorbitol. De estos dos, el primero puede alterar el perfil lipídico y el segundo diarreas, como ocurre con el sorbitol.
- Es muy importante que aumentes el contenido de fibra en tu dieta. La fibra disminuye la absorción de azúcares, lo que puede incluso reducir los requerimientos de insulina. De ahí que las legumbres resulten muy útiles en la dieta de la persona diabética, ya que además de proteínas aportan fibra en una alta proporción. Si no te gustan mucho las legumbres y verduras, puedes recurrir a los suplementos de fibra que encontrarás fácilmente en tu farmacia.
El ejercicio, un buen amigo
La práctica constante de ejercicio físico también es muy importante para controlar la Diabetes, ya que aumenta el consumo de glucosa por el organismo y permite una mejor utilización de la insulina.
Aunque ningún ejercicio físico está prohibido y es recomendable sobre todo en diabéticos cuyos niveles de glucosa se encuentran por debajo de los 250 mg./dl., deben evitarse los sobreesfuerzos. Por ello, pasear todos los días al menos durante una hora es la solución ideal y la que está más al alcance de todo el mundo.
Qué es el coma hipoglucémico
Paradójicamente, la complicación aguda más frecuente en el tratamiento de la diabetes consiste en el descenso de los niveles de glucosa en sangre por debajo de los niveles normales, hasta los 50 mg./dl.
En estos casos el tratamiento ha de ser inmediato, ya que pueden generarse situaciones de extrema gravedad. La ingestión de un terrón de azúcar o alimentos azucarados, así como la administración intramuscular de una dosis de glucagón (hormona de efecto contrario a la insulina) son los pasos adecuados para ponerle remedio.
Otras complicaciones
Del seguimiento que haga el diabético de su propia enfermedad depende, en gran medida, su calidad de vida, ya que las efectos negativos que puede generar esta enfermedad en otros órganos son muchas si no se trata convenientemente. Así, una diabetes puede desembocar en un retinopatía diabética en el ojo, nefropatía diabética en el riñón, neuropatía diabética en el sistema nervioso o complicaciones circulatorias y cardiovasculares de importancia, lo que confirma la necesidad de un seguimiento adecuado por parte del médico y del diabético.
Causas de coma hipoglucémico
- Un exceso de insulina o hipoglucemiantes orales.
- Períodos prolongados de ayuno.
- Ejercicio físico en exceso.
- Consumo de alcohol.
Signos de coma hipoglucémico
- Ansiedad.
- Palpitaciones.
- Taquicardia.
- Debilidad.
- Hambre.
- Sudoración abundante.
- Dolor de cabeza.
- Confusión mental.
- Somnolencia.