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La pérdida de la reserva funcional fisiológica que aparece en el envejecimiento explica por qué las personas ancianas, frágiles y dependientes constituyen el colectivo más susceptible a sufrir los efectos de la infección por SARS-Cov-2, causante de la COVID-19, además de experimentar un peor pronóstico cuando desarrollan la enfermedad, mostrando también manifestaciones clínicas atípicas.
La especial vulnerabilidad de los pacientes ancianos y dependientes, junto con las carencias existentes en la adopción e implementación de planes y protocolos de actuación, especialmente en personas afincadas en residencias, explica el nefasto impacto que está teniendo la actual pandemia de coronavirus en estas personas en España. Así se ha puesto de manifiesto en elwebinar SEMERGENVIVO, organizado por la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), en el que tres expertos de Atención Primaria, hospital y residencias han analizado las consecuencias que produce la Covid-19 en el paciente crónico mayor y frágil.
Este encuentro online también ha servido, como indica su moderador, el doctor Javier Benítez Rivero, del Grupo de Trabajo de Tutores y de Cronicidad y Dependencia de SEMERGEN, “para dar consejos prácticos para los mayores durante el estado de alarma, para pasar las largas horas de confinamiento sin perder actividad física, mantener la adherencia de los tratamientos indicados por su médico de Familia y cumplir los objetivos básicos de alimentación saludable en el domicilio”.
Manifestaciones atípicas
Según resalta el doctor Jesús Santianes Patiño, coordinador del Grupo de Trabajo de SEMERGEN de Cronicidad y Dependencia, “el paciente anciano va a tener una mayor susceptibilidad a la enfermedad que el más joven, y esto se ve influido por la pérdida de la reserva funcional fisiológica que aparece en el envejecimiento”. Además, añade este experto universitario en Gerontología y Medicina de Urgencias, “los pacientes ancianos suelen presentan un mayor número de enfermedades crónicas que los más jóvenes, lo que va a condicionar un peor pronóstico en el caso de presentar infección por coronavirus”.
Junto a esto, se ha observado que el coronavirus en los mayores frágiles y dependientes se manifiesta clínicamente de forma poco convencional. Tal y como aclara el doctor Santianes, “los pacientes ancianos sueles presentar unos síntomas atípicos: la aparición de cuadros de malestar general, aún sin fiebre, puede ser la primera manifestación de la infección en esta población”. La fiebre, la tos seca y la mialgias no son frecuentes en ellos, siendo“más común síntomas tales como la febrícula, el decaimiento, la anorexia, los trastornos gastrointestinales y el empeoramiento de su estado funcional o cognitivo”, afirma el doctor Juan Carlos Durán Alonso, geriatra del Hospital Juan Grande de Jerez de la Frontera (Cádiz), quien aconseja que “los médicos que atendemos a estos pacientes debemos estar especialmente alerta ante estos mínimos cambios, para poder efectuar un diagnóstico precoz”, y recuerda la importancia de “individualizar el manejo de la infección por coronavirus”.
Residencias de ancianos: ¿qué ha fallado?
Las residencias están siendo el lugar más castigado por la COVID-19, alcanzándose en este medio las tasas más elevadas de contagio y de fallecimientos asociados a esta infección. Según el doctor Juan Carlos Durán, geriatra del Hospital Juan Grande de Jerez de la Frontera, “en estos recintos conviven en un mismo espacio un número importante de mayores, compartiendo zonas comunes: ascensores, barandillas, material de gimnasio, máquinas de refrescos”. Además, “por la necesidad de ayuda que precisan para sus cuidados, deben ser atendidos por profesionales que pueden actuar como vector de transmisión del mismo”, añade este experto. Asumiendo que los mayores que viven en residencia son de avanzada edad, generalmente dependientes, muchos con demencia y la gran mayoría con comorbilidades asociadas, “es hasta cierto punto normal que la infección por coronavirus esté siendo especialmente frecuente y mortal en este grupo de personas”. Sin embargo, “se podrían haber mucho mejor las cosas”, aclara.
Según explica el doctor Juan Carlos Durán, “es muy importante protocolizar la actuación en residencias y actuar de forma coordinada (los profesionales de residencia con los del Equipo de Atención Primaria y del Hospital), para saber cómo actuar en cada caso”. Igualmente, este experto resalta la necesidad de hacer diagnósticos rápidos y, para ello, disponer de test diagnósticos (PCR o test rápidos), “que permitan el aislamiento precoz de los casos contagiados de coronavirus, separándolos del resto”.
Y completando estas medidas, también es esencial disponer de un plan de contingencia, “para saber cómo actuar si se contagian varios residentes a la vez (lo cual es muy probable que ocurra), sectorizando así el centro y recibiendo ayuda personal médica y de enfermería del centro de salud de referencia, así como material necesario para los cuidados en el centro (medicalizar la residencia)”, expone el doctor Durán. Y todo ello con criterios claros sobre qué pacientes, en caso de complicarse su sintomatología, deben ser hospitalizados.
Además, según demanda este experto, “en las residencias se debe disponer de Equipos de Protección Individual para todos los profesionales que atiendan a estos mayores afectos de coronavirus para evitar su infección”.
Entrega de medicamentos a domicilio: prioridad en las farmacias
La entrega de medicamentos a domicilio a los pacientes más frágiles y vulnerables ha sido una prioridad de la profesión farmacéutica, que desde el primer momento de la crisis se ofreció al ministerio de Sanidad a prestar este servicio, con el objeto de evitar desplazamientos de pacientes dependientes, en cuarentena, inmunodeprimidos, crónicos complejos con enfermedades respiratorias, diabéticos, con enfermedades cardiovasculares, y por supuesto, mayores. Gracias a esta iniciativa impulsada por el Consejo General y los Colegios de Farmacéuticos se ha asegurado en todo momento la continuidad de los tratamientos para que los ciudadanos tengan acceso permanente a su medicación, sin tener que acceder a la farmacia, evitando así desplazamientos y riesgo de contagio de la población más vulnerable. El presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, Jesús Aguilar, ha manifestado que “la Farmacia es el primer nivel de la atención sanitaria a la población y está desarrollando una labor ejemplar, también en la entrega de medicamentos a domicilio para garantizar la continuidad de la atención farmacéutica en esta la lucha contra el COVID-19”. La entrega de medicamentos a domicilio, a día de hoy es una realidad en todas las Comunidades Autónomas en España, que se ha dotado, además, de acuerdos con Cruz Roja y Caritas para llegar a donde los farmacéuticos no pudiesen.