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“Mi hijo ha tenido varias otitis, su pediatra nos ha comentado que le vendría bien colocarle unos tubos de ventilación. No sé muy bien en qué consiste la operación y si ahora que viene la temporada de baño, podría bañarse”.
Nos escribe… Lucía (Santander)
La otitis media aguda es una infección bacteriana o viral del oído medio, que en general acompaña a una infección de las vías respiratorias superiores. Los síntomas consisten en otalgia, a menudo con síntomas sistémicos (p. ej., fiebre, náuseas, vómitos y diarrea), sobre todo en los niños muy pequeños. El diagnóstico se basa en la otoscopia y el tratamiento se realiza con analgésicos y a veces con antibióticos, aunque los antibióticos profilácticos no son recomendables para los niños que tienen episodios recurrentes de otitis media aguda. Cuando un niño ha tenido más de tres otitis en los últimos seis meses o más de cuatro en el último año decimos que tiene otitis media recurrente.
Trompas más cortas y estrechas
En ocasiones, el oído medio puede obstruirse e infectarse. Los niños son especialmente propensos a esta afección porque sus trompas de Eustaquio (los conductos que permiten el drenaje del oído medio) son más cortas y estrechas. A medida que el líquido y la presión se acumulan dentro del oído, el niño puede experimentar dolor y discapacidad auditiva. Cuando las infecciones se vuelven duraderas o reaparecen repetidamente, puede ser necesario que el niño se someta a una timpanostomía. En este procedimiento, se practica una pequeña incisión en la membrana timpánica y se drena el líquido acumulado. Luego se inserta un pequeño tubo en la incisión para permitir el drenaje continuo durante un período de unos pocos meses. La mayoría de los tubos de ventilación se salen solos en un plazo de 4 a 18 meses, y los orificios se cierran por sí mismos. Algunos tubos deben retirarse, y es posible que algunos orificios deban cerrarse quirúrgicamente. En general, los tubos de ventilación están hechos de metal o plástico.
Los lactantes no deben dormirse con el biberón, porque facilita que el líquido se desplace por la trompa de Eustaquio hacia el interior del oído medio.
Tras la instalación de los tubos
Los niños a los que se les han instalado tubos de ventilación deben seguir las indicaciones de su cirujano, pero en general los tapones a medida son una medida de protección que les permite bañarse sin asumir grandes riesgos. Según los expertos, en baños estivales normales, realizados en la superficie del mar o piscinas no es imprescindible el uso de tapones de baño, pudiendo el niño tener el mismo riesgo de padecer una otitis con o sin métodos preventivos. Es muy importante desinfectar los tapones después de cada uso para evitar su colonización y las infecciones de oído.
Prevenir con vacunas
El riesgo de otitis media aguda se puede reducir mediante la vacunación sistemática en la niñez contra neumococos (con vacuna neumocócica conjugada), H. influenzae tipo B e influenza, disminuye la incidencia de la otitis media aguda.