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Comer respetando el medio ambiente es poner el primer granito de arena contra el cambio climático y la contaminación. Es lo que pretende la dieta planetaria o climatarian. ¿Cuáles son los principios en los que se basa?
El sector alimentario emite el 30% del total global de gases de efecto invernadero y es el segundo sector que más aporta al calentamiento global. Una forma de reducir estos efectos es aprovechar los recursos de cada país e insistir en la conveniencia de adaptar la dieta a la geografía local y a las tradiciones culinarias propias de cada país. Precisamente esto es lo que pretende la dieta planetaria, también llamada climatarian, cuyo objetivo principal es combatir los efectos nocivos de la contaminación del medio ambiente y del cambio climático, como el aumento de temperatura global, la propagación de enfermedades, el aumento de plagas, el cambio de ecosistemas y la falta de disponibilidad y encarecimiento de los alimentos.
Una transición verde
Esta dieta promueve, por encima de todo, la compra de alimentos que sean más respetuosos con el medioambiente, dentro de los objetivos de salud planetaria global. Estos objetivos promueven una transición verde que haga de nuestro planeta un lugar mejor para vivir, basándose en el concepto “One Health”: lo que es bueno para la salud humana es bueno para la salud ambiental y animal. Además, es una dieta que promueve la salud y el bienestar al reducir el riesgo de sobrepeso, obesidad y enfermedades no transmisibles. Según explica la doctora Emilia Gómez Pardo, asesora de científica de CRIS contra el cáncer en nutrición y prevención, “si todos adoptáramos esta dieta planetaria, duplicando nuestra ingesta de frutas, verduras y legumbres (alimentos con un bajo impacto ambiental) y reduciendo a la mitad nuestra ingesta de carne roja azúcar (alimentos con alto impacto ambiental), conseguiríamos importantes beneficios para la salud y se evitarían entre 10,9 y 11,6 millones de muertes prematuras al año y se mitigaría el daño ambiental.”
La comisión EAT-The Lancet propone un plato de salud planetaria que incluya un un volumen de aproximadamente la mitad del plato de verduras y frutas. La otra mitad debe consistir en granos enteros, fuentes de proteínas vegetales, aceites vegetales insaturados y cantidades modestas de proteínas de origen animal.
Los 10 principios en los que se basa
- Principio de cercanía: invita a comprar cerca de casa evitando el coche e impulsando los desplazamientos a pie o en bicicleta, contribuyendo al fomento del comercio local y disminuyendo la emisión de gases de efecto invernadero.
- Principio de temporalidad: comprar frutas y verduras de temporada ayuda a reducir la emisión de gases contaminantes. Igualmente, consumir pescados de temporada contribuye a la pesca sostenible y protege el ecosistema de los océanos.
- Principio de proximidad: la dieta planetaria evita consumir productos que provengan de zonas remotas, especialmente si también se producen en la zona en la que vivimos.
- Principio de ecología: la agricultura ecológica tiene en cuenta factores como el tipo de suelo y el clima, por lo que los cultivos suelen ser más resistentes al cambio climático y retienen más CO2 que la agricultura intensiva.
- Principio de eficiencia y ahorro energético: promueve el uso de electrodomésticos más eficientes y baratos y métodos de preparación que gasten menos energía. También promueve el consumo de más alimentos crudos.
- Principio de aprovechamiento: el derroche de alimentos es responsable del 10% de los gases de efecto invernadero que produce la humanidad.
- Principio de reciclaje: lleva a la máxima expresión el lema “reducir, reciclar y reutilizar” en todos los ámbitos de tu vida.
- Principio de no contaminación: evita los plásticos, ya que el coste energético de producción de plásticos es bastante elevado y son desechos muy contaminantes y no siempre reciclables.
- Principio de variedad: con un aumento de la ingesta de algunas frutas, verduras, nueces y legumbres, junto a pequeñas porciones de carne y lácteos. La producción de carne supone un gran gasto de agua, energía y otros recursos, y es uno de los mayores emisores de gases de efecto invernadero a nivel mundial, por lo que se recomienda consumirla con moderación. Además, en términos de salud, es beneficioso disminuir el consumo de carne roja y carne procesada.