La fiebre tiene sus propias reglas de comportamiento. Disminuye por las mañanas, aumenta por la tarde, y se ve afectada si fumas, haces ejercicio o comes. Para dominarla, conoce sus trucos.

La fiebre se produce cuando la temperatura corporal se eleva por encima de las cifras normales. Pero, ¿a partir de qué cifras deja de considerarse una temperatura normal? y estas cifras, ¿varían de un individuo a otro?

Voluble y caprichosa

Una temperatura normal varía de 36,7º C a 37º C, pudiendo aumentar de 3 a 5 décimas en la boca y de 5 a 10 décimas en el recto. La fiebre no sólo varía dependiendo del momento del día en que nos encontremos. También varía si realizamos ejercicio físico, comemos o fumamos, de ahí que la temperatura deba tomarse siempre una vez que hayan transcurridos 30 minutos desde el último cigarro, la última comida o bebida ó 30 minutos después de hacer ejercicio, pues es  normal tener calor y fiebre después de comer y hacer ejercicio. Además, dependiendo de la constitución y de la edad, la fiebre puede variar de un individuo a otro.

Para establecer un análisis correcto de la fiebre, tu médico o farmacéutico establecerá no solo sus valores, por ejemplo matutino y vespertino, influidos por el ejercicio (actividad muscular), o el metabolismo (comidas, reposo, ciclos circadianos), sino que también necesitará saber su tendencia y patrón. Para esto es indispensable hacer mediciones seriadas y a intervalos regulares

Fluctuaciones de la fiebre dependiendo de

  1. La edad. La temperatura de los lactantes suele ser 1º mayor que en los adolescentes y adultos.
  2. El momento del día en que nos encontremos: la temperatura por las mañanas es 2 décimas menor que por la tarde.
  3. La actividad muscular: nunca hay que medir la fiebre inmediatamente después de realizar ejercicio físico, pues éste altera la temperatura, sino esperar al menos 30 minutos y hacer
    las mediciones en reposo.
  4. La ingestión de una comida o una bebida fría o caliente. Conviene medir la temperatura una vez transcurridos 30 minutos después de comer o beber, ya que las cifras de temperatura varían debido a la alimentación.
  5. Lo mismo ocurre en presencia de tabaco, ya que las sustancias que contiene afectan a los mecanismos termorreguladores situados en el hipotálamo.

Por qué se produce la fiebre

La fiebre es a la vez una señal de alarma y un medio de defensa. Normalmente, la fiebre nos alerta sobre un proceso infeccioso que se ha iniciado en nuestro organismo, ya sea de tipo viral como una gripe, de tipo parasitario, o de tipo bacteriano, como una angina, una cistitis o una intoxicación alimentaria.

Siempre un síntoma de alguna enfermedad que hay que tratar, hay que decir que la fiebre no actúa únicamente como mecanismo de alarma. En ocasiones puede incluso ser beneficiosa, ya que juega un rol potenciador de la respuesta inmune: subiendo la temperatura corporal, el organismo reduce la actividad de los virus y bacterias, haciendo que se multipliquen con mayor lentitud, por lo que si la fiebre es poco elevada y el estado de salud general es satisfactorio, puede que lo conveniente sea no bajarla.

Si la fiebre dura varias semanas, te hace adelgazar considerablemente y se acompaña además de fatiga, puede ser señal de una enfermedad grave (cáncer, enfermedad del sistema inmunitario), que hay que diagnosticar sin tardanza.

Destápate

En el inicio de un proceso febril nada tiene que ver la temperatura ambiental. De hecho, nuestro organismo es capaz de mantener su temperatura sin alteraciones ante cifras ambientales situadas entre los 5º y los 40º. Sin embargo, una vez instaurado el proceso febril, las temperaturas elevadas pueden contribuir a que la fiebre ascienda, mientras que un ambiente fresco y seco la mantiene a la baja. De ahí que lo más conveniente sea quitarse la ropa de abrigo y, a ser posible, darse un baño de agua templada que ayude a bajar la fiebre, lo que destierra el antiguo mito de que para bajar la fiebre hay que sudarla.

Si tu hijo tiene fiebre, nunca lo introduzcas directamente en un baño de agua fría. Lo ideal es prepararla caliente e irla templando poco a poco.

Mucha agua y buena alimentación

Para compensar la elevación de la temperatura corporal, el cuerpo segrega sudor en virtud de un proceso de evaporación en el que se consume calor. Por lo tanto, siempre que haya fiebre
es muy importante restablecer los líquidos y beber mucha agua.

En cuanto a la dieta, antiguamente se pensaba que cuando te daba fiebre lo mejor era guardar dieta, pero, ¿qué sentido tiene esto? Sobre todo si la fiebre es alta, ¿qué necesidad hay de debilitar aún más al organismo? Lo mejor es hacer una dieta suave, ligera y apetecible, que ayude a paliar la pérdida de apetito, facilite la digestión y contribuya a mejorar  el malestar general. Sobre todo que los alimentos recomendables para la fiebre son abundantes en frutas y verduras, ricas en vitaminas y  minerales, haciendo hincapié en el desayuno.

Cómo medir la temperatura

  • Medición oral (en la boca): se coloca el termómetro bajo la lengua y se cierra la boca utilizando los labios para mantener el termómetro fijo. El tiempo de exposición necesario es de tres minutos.
  • Rectal: se coloca en el ano y transcurridos tres minutos se retira el termómetro. La temperatura rectal suele dar de medio a un grado más de temperatura que la oral.
  • Axilar:  se debe colocar el termómetro en la axila con el brazo presionado contra el cuerpo por cinco minutos y posteriormente se realiza la lectura. La temperatura axilar suele dar cifras de medio a un grado menores que la temperatura oral.

¿Cuál es el mejor termómetro?

  • De mercurio: es el más preciso, aunque puede romperse con facilidad y precisa de una buena vista. El mercurio contenido en una barrrita situada en uno de sus extremos va rellenando una ?calle? en la que se indican los grados y las décimas. Con él se pueden hacer mediciones orales, rectales y axilares.
  • Digital: de gran comodidad, es prácticamente irrompible. Tiene la ventaja de ofrecer una lectura digital en números y de avisar mediante una alarma cuando la medición ha terminado. Con él se pueden hacer mediciones orales, rectales y axilares.
  • Auditivo: este termómetro de infrarrojos es de muy rápida
    y fácil medición, aunque  no tan precisa como el de mercurio. Es muy fiable, ya que mide la temperatura del tímpano, que comparte riego sanguíneo con el hipotálamo, centro regulador de la temperatura corporal.

Cuándo tomar antipiréticos

Mantener un ambiente adecuado en lo que a temperatura y humedad se refiere, una alimentación que asegure un buen aporte de líquidos y seguir un reposo relativo pueden no ser suficientes para sobreponerse rápidamente a la infección. Si la fiebre es alta, te debilita y te produce dolor de cabeza, tu médico o farmacéutico te indicarán la necesidad de tomar sin falta un medicamento antipirético. La función de estos medicamentos es reducir la inflamación producida por unas sustancias llamadas pirógenos, que son liberadas por los leucocitos y que hacen aumentar la temperatura. De ahí su nombre de antipiréticos. El uso moderado de estos medicamentos para bajar la fiebre como el ácido acetilsalicílico, el paracetamol o el ibuprofeno, lleva a administrarlo en dosis adaptadas a la intensidad de la fiebre, y al peso de los niños.

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Redacción Consejos

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