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Las reacciones alérgicas aumentan en verano: qué hacer ante una anafilaxia

por Redacción Consejos
crisis anafiláctica

Ante una anafilaxia o reacción severa de alergia, quedarte de brazos cruzados puede convertirte en testigo de una muerte segura. Te enseñamos a actuar adecuadamente para desbloquear el “shock”.

En los últimos años se ha producido un aumento de los casos de anafilaxia en menores de 4 años (afortunadamente con baja mortalidad), así como un repunte de las hospitalizaciones por anafilaxia a alimentos en adolescentes. Así lo ha explicado la doctora Montserrat Berrocal Castañeda, médica adjunta y especialista en alergias del Servicio de Pediatría del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela (CHUS), quien durante las I Jornadas de Educación para la Salud patrocinadas por laboratorios Ozoaqua, ha dado las claves para reconocer un caso de grave de reacción alérgica, así como las pautas de actuación y los tratamientos más efectivos para tratarla (como la adrenalina) y evitar la muerte por shock anafiláctico.

Los alimentos lideran el ranking 

Los desencadenantes más habituales de esta reacción súbita y potencialmente mortal que es la anafilaxia son los alimentos (66% de los casos), sobre todo la leche, huevo, pescado, legumbres y frutos secos; las picaduras de himenópteros (abejas y avispas) y los medicamentos, especialmente la amoxicilina y el ibuprofeno, aunque en el 20% de los casos se desconoce la causa (idiopática). Estas reacciones alérgicas graves aparecen de manera súbita o en las dos horas siguientes al contacto con el alérgeno. 

Ponte en guardia ante: 

  1. Síntomas muco-cutáneos, como urticaria, prurito, o eritema; hinchazón de labios, cara, lengua o garganta. Cambios en la piel. 
  2. Síntomas respiratorios, como dificultad respiratoria, sibilancias, tos, o disfonía.
  3. Síntomas cardiovasculares, como taquicardia, bradicardia y/o dolor torácico; síncope, arritmias, o hipotensión.
  4. Problemas digestivos, como náuseas, vómitos y/o dolor abdominal intenso.
  5. Síntomas neurológicos.

La adrenalina, siempre en la mochila

Tras sufrir un cuadro de esta relevancia, según explica la experta, “el niño deberá ser remitido al hospital, donde permanecerá unas horas en observación. Tras el alta será enviado a una unidad de alergia pediátrica de modo preferente para ser evaluado”. La doctora incide en la necesidad de prescribir al niño al menos dos autoinyectores de adrenalina intramuscular y enseñarle su manejo, un método fácil, rápido y seguro que no tiene contraindicaciones para su uso dentro de una urgencia de esta magnitud y que incluso puede ser autoinyectable. El niño y la familia deberán llevarlos siempre consigo, con el objetivo de actuar lo antes posible ante otro episodio y evitar complicaciones o desenlaces fatales. A partir de ahí, el niño alérgico ha de estar siempre identificado y controlado en el colegio y en su entorno, que también debe ser instruido e el manejo de estos autoinyectores de adrenalina. Otros tratamientos, en estos casos son oxígeno, fluidoterapia IV, antihistamínicos, corticoides y broncodilatadores. 

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