La farmacéutica de moda
La podemos encontrar en programas de radio, en televisión, redes sociales o en las librerías. Siempre nos fascina con su forma de explicar las cosas y sus consejos.
Hace más de diez años dio el salto de la rebotica de una farmacia rural a los platós de televisión para dedicarse profesionalmente a la comunicación en salud. Hablamos con Marián García, más conocida como Boticaria García, doctora en Farmacia, nutricionista y óptico-optometrista. Ha escrito siete libros, la hemos visto en multitud de programas y leído en periódicos con prácticos consejos. Charlamos con ella sobre cómo hacer frente a la información veraz en su campo, sobre su libro y muchas cosas más.
¿Qué cree que le falta a la comunicación en salud hoy en día? ¿Cree que cada día somos más conscientes de nuestra propia salud o seguimos viviendo a gran velocidad?
Creo que hace falta que los sanitarios le demos más valor a la comunicación, y esto tiene que empezar incluso en la universidad. Hoy en día las redes sociales han cambiado las reglas del juego y los farmacéuticos tenemos que estar al día de las tendencias para que cuando alguien llegue a la farmacia, por ejemplo, diciendo que hay que tomar un chupito de vinagre antes de la comida, o cualquier moda, sepamos cómo argumentar, desde el respeto, pero sabiendo compartir información veraz, desde el mostrador o las redes sociales, pero para ello nos faltan recursos. Hay que tratar las redes de manera profesional, es una parte más del trabajo. Son también un escaparate, que tiene que ser tratado de manera muy profesional.
Hablando de las redes sociales, que cobran un gran protagonismo sobre todo entre las nuevas generaciones. ¿Qué papel cree que tienen tik tok o Instagram a día de hoy? ¿Recurrimos a estos canales para informarnos más que a otros medios oficiales?
La verdad es que no se pueden poner puertas al campo. Yo abrí el blog de Boticaria García en el año 2013, precisamente porque cualquiera podía abrirlo. Todos podemos escribir en redes y esto es inevitable. Hay que dar un paso adelante y ganarnos la confianza de la gente. A veces nos esforzamos en hacer un contenido, pero a la gente no le interesa. Sin embargo, los tiktokers e influencers hacen contenido pensando en lo que les gusta a la gente. Hay que encontrar esa intersección entre lo que la gente quiere oír y lo que dice la ciencia. Ahí está la relevancia. Si solo contamos cosas de ciencia sin tener en cuenta cómo la gente quiere escucharlo, no llega. Tenemos que colaborar con ellos, pocas personas quieren dar consejos sin evidencia. Hay que tender la mano. Hay muchas maneras de trabajar y ofrecer los mensajes. El futuro pasa por ahí, con lo que no hay más remedio que unirse.
¿Considera que con la excusa de no tener tiempo no nos cuidamos lo suficiente?
Precisamente en mi nuevo libro propongo el esquema del TRIS TRAS. A mi misma me ocurría, poner esa excusa de “no tengo tiempo”. Sin embargo, en redes estamos muchas horas. Entonces le pedí al doctor Javier Butragueño que me dijera qué dice la evidencia sobre ejercicios buenos para la salud y en cuánto tiempo podemos obtener sus beneficios, es decir, el “más por menos”. Este TRIS TRAS son ejercicios que se pueden hacer en un TRIS (Tren superior e inferior) y TRAS (trabajo de abdomen sexy). En 15 minutos hay ejercicios fantásticos que podemos hacer, con grandes beneficios para la salud y ese tiempo todo el mundo lo puede sacar.
En alguna ocasión ha comentado que escribe y es divulgadora porque estaba cansada de que la gente en la farmacia le comentara lo que había leído en Google tras recibir algún diagnóstico o ante cualquier duda… ¿Por qué no vamos directamente a un profesional como el farmacéutico? ¿La tecnología nos ha eclipsado?
Es inevitable. Todo el mundo va a consultar sus dudas en internet, igual que lo hacemos cuando vamos a una ciudad y queremos saber cuáles son los mejores restaurantes. Por eso, creo que es muy importante que los profesionales sanitarios estemos en google, que creemos contenido de salud y hagamos porque nos encuentren. Ese fue mi objetivo, que la gente encuentre buenos contenidos. Es verdad que ahora hay mucha competencia. De manera institucional (Ministerio de Sanidad, CCAA, universidades, centros de investigación…), pero tenemos que colaborar conjuntamente. El algoritmo de google valora especialmente el contenido que viene de sociedades científicas. Ahí tenemos que actuar coordinadamente. Debemos procurar que a nivel institucional se cree contenido en el que se cuente con divulgadores e influencers para expandir ese mensaje. Yo, por ejemplo, colaboro con el Ministerio de Sanidad cada año presentando la Jornada del Día Europeo Frente a las Resistencia a los Antibióticos. Antes eran campañas internas y ahora cuentan con divulgadores para que se conozca mejor el mensaje. Hay que ir de la mano para que la gente cuando busque encuentre esas fuentes, y hacerlo de manera cercana, no como algo lejano. Los farmacéuticos ahí sabemos mucho porque somos el profesional sanitario más cercano a la población e igual que lo somos en el mostrador podemos serlo en las pantallas.
Colabora con empresas y marcas para comunicar mensajes relacionados con la salud y la alimentación, pero ¿cómo se puede formar más a la gente sobre dudas básicas relacionadas con los medicamentos?
La clave es que en la farmacia haya formación. Muchas veces se está más dispuesto a invertir en un escaparate que en formación. Y la inversión tiene que ser clave tanto en contenidos de salud como en comunicación. Es un imprescindible, porque puede tener un equipo muy bien formado, por ejemplo, en dermo, pero si no sabes comunicarlo, no tienes herramientas de comunicación o técnicas de venta, a ese conocimiento no le vas a sacar todo el potencial. E igual ocurre en nutrición…la clave para la farmacia está en invertir hoy más que nunca en formación y comunicación.
Ha publicado también el libro El Paciente impaciente, un libro de humor que recoge una colección de anécdotas 100% reales que tuvieron lugar durante su etapa tras el mostrador de una farmacia. ¿Cuál es la que más recuerda?
Pues, por ejemplo, cuando una persona se comió un supositorio. Le pregunté por qué y me dijo que en la caja ponía rectal y lo más recto era por la boca. O la que quería pegamento para la dentadura, le pregunté si grande o pequeño y se la sacó y la puso en el mostrador para que decidiera yo.
En Radiografía de un cosmético, un manual para aprender a leer las etiquetas de los cosméticos y diseñar rutinas basada en la evidencia, se plantea cuestiones clave relacionadas con la compra de estos productos y sus recomendaciones. ¿Qué podemos aprender de su lectura?
Realmente este libro es un manual fantástico para atender tras el mostrador de la farmacia… Aunque es para el consumidor, ha encontrado también su sitio en este establecimiento, porque es muy difícil para la gente entender el jeroglífico, el enigma de la etiqueta de un cosmético. Creo que desde la farmacia hace mucha falta formación para poder explicar a la gente hasta donde llega el marketing y la eficacia del producto. No son lo mismo los ensayos en producto terminado que en ingredientes, ni en vivo que in vitro…
Colabora con UNICEF y es madrina de ONGs como Ayúdame3D o ASAEME… ¿Qué nos cuenta de esta experiencia? ¿cómo podemos ayudar más con causas necesarias?
Todos podemos hacer siempre un poco más y precisamente, lo mejor que he podido hacer yo con las redes sociales es utilizarlas para generar conciencia, no solo para las donaciones. Todos podemos ayudar con pequeños gestos. El cáncer es una realidad y se necesita más investigación, por ejemplo. Generar conciencia es la base y hay que hacerlo desde niños.
En otro de sus libros, Tu cerebro tiene hambre (Ed. Planeta), explica 5 grandes cambios que ayudan a perder grasa y ganar salud. ¿La salud es práctica hoy en día o hay saturación de información?
Bueno, tenemos un follón importante y, las redes sociales, con todo lo bueno y lo malo, nos ofrecen toda la información basada en la ciencia, pero también la que no. Y el problema es que los bulos se propagan mucho más rápido que la información rigurosa. Con este libro pretendo insistir en que las falsas creencias sobre el peso y la obesidad hacen mucho daño. Frases como “si no adelgazas es porque no quieres”, “si tienes obesidad es por falta de voluntad…”, destrozan y contar cómo funciona nuestro cuerpo y que la gente aprenda a verlo de otra manera es muy útil. Ese cambio de chip se puede hacer realidad con solo leer un libro.
¿Estamos obsesionados con adelgazar y no sabemos realmente cómo hacerlo?
El foco tiene que estar en disfrutar del movimiento, de la comida, de la vida. No se puede convertir algo tan gratificante como es el ejercicio físico y la comida en una tortura. Además, no va a funcionar. Nada a largo plazo funciona por castigo. El 90 % de las dietas fracasan porque nadie quiere vivir amargado y sufriendo. Necesitamos más información para combatir estos mitos y, sobre todo, para transmitir esperanza a la gente, porque es un mundo muy hostil, en el que por un lado nos venden unos cánones de belleza que tenemos que seguir, y por otro, estamos en un ambiente en el que lo que nos ofrecen son alimentos azucarados, alcohol… y esto no ayuda a nada. Por no hablar del estrés que hace que ganemos peso sin darnos cuenta.
Y qué ocurre con el hambre emocional…
Justo en el libro hablo de ello y propongo estrategias de alimentación consciente y técnica para aprender a gestionarla. Realmente cuando tenemos hambre emocional y buscamos satisfacer las emociones negativas que tenemos con la comida, lo que buscamos es ese confort y dopamina que nos da, por ejemplo, el chocolate. Pero podemos buscar ese “cariñito” o confort en otras cosas como interacciones sociales, envíos de whasttsap a alguien, escuchar música, salir al aire libre, meditar, tomar el sol, aprender algo nuevo… todo eso genera dopamina.
PARA CONOCERLA MEJOR
Es hija predilecta de Castilla La Mancha ¿es el premio más codiciado? Creo que ese es el mejor premio que me han podido hacer. Ser profeta en tu tierra es lo más difícil.
Está en TV, escribe libros, en prensa… ¿cuál es su hobby cuando tiene tiempo libre? Pues realmente estar con mis amigos y familia, al aire libre, en Cuenca, en el campo.
¿Qué libro de cabecera recomendaría? Invierte en ti, de Natalia de Santiago, que nos ayuda a gestionar nuestra economía. Es de divulgación.
¿Qué imprescindible de farmacia lleva siempre con usted? La crema Mano de Santo.
¿Cuál ha sido el mejor consejo que ha recibido? Rodearte de buenas personas.