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Miguel Ángel Calleja es el actual presidente de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria, aunque ya ha anunciado que no se presentará a las elecciones que tendrán lugar durante el próximo congreso que se celebrará Sevilla en el mes de octubre. De su mandato queda un legado del que se siente especialmente orgulloso: la puesta sobre la mesa de la necesidad de adelantarse a la enfermedad y de tratar al paciente no solo desde la perspectiva del medicamento. Es el halo que alienta el programa de humanización de la especialidad.
Ustedes se definen como una sociedad cuyas acciones buscan incrementar el uso adecuado y seguro de los medicamentos, sin duda un objetivo que comparten con la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria (SEFAC). ¿Qué sinergias hay establecidas entre ambas sociedades?
Yo definiría mejor ese objetivo como “buscar los mejores resultados en salud para el paciente a través del uso adecuado del medicamento”, porque al final lo que nos mueve es que el paciente esté lo mejor posible. Con SEFAC me unen muchísimas sinergias, y de hecho tenemos un convenio firmado y proyectos colaborativos en común, yo pienso que ambos servicios debemos trabajar coordinadamente para dar un servicio lo más integrado posible al paciente, y para eso hacen falta proyectos que mejoren la comunicación entre ambas especialidades.
Desde la Declaración de Córdoba presentada por el CGCOF en 2014 se establecieron las bases para la cooperación entre ambas sociedades. ¿Cuáles son sus principales líneas de trabajo? ¿Existen a día de hoy proyectos colaborativos en marcha, que garanticen la continuidad asistencial de los pacientes?
Fundamentalmente hemos trabajado en procedimientos coordinados de conciliación de la medicación, tanto en la transición del paciente desde su domicilio al hospital, como dentro del hospital en las distintas áreas donde se encuentren, ya sea urgencias, quirófano, consultas, hospital de día, y por supuesto, a la hora del alta hospitalaria. Son momentos de gran riesgo en el aspecto de la conciliación de la medicación, y por ello una de las guías en las que hemos trabajado conjuntamente de manera coordinada y colaborativa con SEFAC se refiere precisamente a ese aspecto. Otro de los proyectos en los que hemos trabajado con SEFAC, siendo yo presidente, es con pacientes VIH, además de mesas conjuntas en las que las líneas de trabajo son comunes y compartidas. En el último congreso de SEFAC de 2018, se presentó una Guía para la Implantación de Proyectos de Cooperación entre la Farmacia Hospitalaria y la Farmacia Comunitaria, que supone la plasmación por escrito de la voluntad compartida de ambas sociedades de cooperar para mejorar la fluidez entre ámbitos asistenciales.
En esta guía se menciona el nuevo Modelo de “Atención Farmacéutica CMO” (Capacidad, Motivación, Oportunidad). Cuáles son sus líneas maestras.
Es un modelo que trata de modificar el concepto más antiguo de coste- medicamento y organización de tu servicio, por otro que piensa más en el paciente. En primer lugar, la Capacidad de priorizar y estratificar a los pacientes, ya que no todos tienen las mismas necesidades de seguimiento por parte de sus farmacéuticos. Esto lo hemos aplicado a distintos tipos de pacientes que atendemos por ejemplo en pacientes con Esclerosis Múltiple o VIH. Luego la parte de Motivación es fundamental para que el paciente se implique en la resolución de sus problemas de salud. Y, por último, la Oportunidad que se refiere a la necesidad de, utilizando las nuevas tecnologías, dar la mayor accesibilidad a sus profesionales por parte del paciente, ya sea en el hospital o cualquier entorno en el que nos movamos. Estas son las líneas que hemos aplicado en nuestros servicios en hospitales y que creemos que son perfectamente aplicables en cualquier otro ámbito asistencial.
El acceso del farmacéutico comunitario a parte del historial clínico del paciente es una antigua reivindicación del sector en aras a realizar una mejor labor asistencial. ¿No cree que debería ser algo ya superado y legislado?
Sí lo creo, al menos en las patologías en las que yo tengo experiencia. Sin ese acceso a la historia clínica del paciente tienes toda la potencialidad de la entrevista clínica, pero evidentemente nos faltan muchos aspectos que son necesarios para su seguimiento adecuado. Hace años, en los servicios hospitalarios tampoco se accedía de forma habitual a la historia clínica del paciente. Sin embargo, ahora, gracias al conocimiento de todas las pruebas diagnósticas que se realizan, el seguimiento que hacemos es mucho más completo. Por mi parte, creo que lo ideal sería que el farmacéutico comunitario también tuviera acceso a esa historia, y además pienso que supondría un canal de comunicación e intervención, si sumamos los datos que el farmacéutico comunitario pueda aportar a esa historia clínica. Lógicamente, cumpliendo la normativa que hay, y que también cumplimos nosotros, en lo que se refiere al consentimiento informado y demás. Pero la normativa está preparada para que esto se pueda hacer y se evitarían muchas pruebas diagnósticas innecesarias, que a veces se duplican, porque los sistemas no están integrados. En la mayoría de los sistemas electrónicas de historia clínica, el propio paciente ya tiene acceso a gran parte de su historial, pero hay pruebas o analíticas que no sabe interpretar, para lo que el farmacéutico comunitario le puede ser de gran ayuda. Pienso que sería una herramienta para hacer un seguimiento mucho mejor y que incluiría coordinación entre ambos servicios, sobre todo de cara al avance de la cronicidad, que exige ya equipos multidisciplinares.
Usted habla de mejores cifras de adherencia terapéutica en los servicios de farmacia hospitalaria, pero, sin embargo, diferentes estudios y programas realizados en farmacia comunitaria han visto aumentar las cifras de adherencia a niveles nunca vistos. Es el caso de programas como Adherenciamed en los que los grados de cumplimiento se han incrementado de un 29 a un 83 por ciento en Asma, o de un 45 por ciento a un 91 en HTA…
Nuestros pacientes presentan unas características muy específicas. Normalmente son pacientes que tienen patologías graves, en ocasiones muy severas, por lo que está muy motivado con el medicamento para que la adherencia terapéutica le ayude a controlar su enfermedad. Por ejemplo, si tenemos un paciente con cáncer de pulmón y la supervivencia en ese estadío es de 12-14 meses, lo normal es que las cifras de adherencia sean mucho más altas que en el caso de un paciente con hipertensión arterial que lleva 20 años en tratamiento. La cronicidad lleva consigo unos niveles de adherencia más difíciles de mantener, de ahí que yo justifique el que los valores de adherencia en los servicios de farmacia hospitalaria puedan ser diferentes. Es verdad que los valores en paciente con VIH, con cáncer o Esclerosis Múltiple suelen ser muy altos, y que con la colaboración de la farmacia comunitaria pueden incrementarse aún más. En definitiva, tenemos que trabajar todos juntos para que ese nivel de adherencia, por ejemplo, en un paciente con VIH, pase de un nivel de 90% a un 95%, y para ello, los farmacéuticos de ambos ámbitos debemos aunar nuestras fortalezas.
Hace poco entrevistábamos a Jesús Gómez, presidente de la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria, que nos decía que estaba seguro de que en poco tiempo “y por razones de eficiencia”, según sus palabras, muchos medicamentos DH volverían a la farmacia. ¿Está de acuerdo con él?
Nosotros trabajamos para que los pacientes están atendidos de la mejor manera posible. No es competencia nuestra clasificar donde se dispensan los medicamentos. Yo entiendo a Jesús y además somos muy amigos, pero creo que tenemos que trabajar conjuntamente independientemente de donde se esté dispensando un medicamento. El hecho de separar al paciente en función de si lo dispensas tu o yo empequeñece nuestro horizonte de trabajo. Yo lo que estoy viendo es que con fármacos que tienen necesidad de un seguimiento muy muy estrecho en el ámbito hospitalario, por temas de seguridad, la Agencia Española de Medicamentos y el Ministerio los está clasificando como de uso hospitalario, y lo mismo ocurre con muchas terapias biológicas que estamos dispensando en los hospitales. Pero esto no quiere decir que no tengamos que ponernos de acuerdo para hacer un seguimiento conjunto a estos pacientes. Por ejemplo, a un paciente con riesgo cardiovascular tratado con una estatina a altas dosis y al que por un mal control se le empieza a tratar con inhibidores de la PSCK9, se le va a dispensar la estatina en la farmacia y el inhibidor PSCK9 en el hospital, lo cual es una oportunidad de oro para poder hacer un seguimiento coordinado. Con la mayoría de las enfermedades ocurre eso. Y justo con esos pacientes que están siendo atendidos en los dos ámbitos farmacéuticos es con los que podemos empezar a trabajar conjuntamente. En lugar de verlo como una diferencia tenemos que empezar a verlo como una la gran oportunidad de oro y trabajar en ese modelo de cooperación.
La transformación digital en la farmacia hospitalaria es clave para lograr un sistema basado en resultados en salud. Cuáles son las claves y los desafíos en la digitalización del sector.
La verdad es que la digitalización en los servicios de farmacia hospitalaria ha sufrido un gran avance en los últimos años. Yo creo que la clave de la digitalización completa y adecuada de la farmacia hospitalaria es habernos desenfocado del medicamento en sí y habernos enfocado en la persona, en el paciente que tiene una enfermedad y que está tratada con un medicamento, pero que queremos que esté muy sana para que no necesite otros medicamentos. Cuando pensamos en el paciente, entonces la digitalización es cuando se hace mucho más necesaria, porque es lo que permite el acceso a la información desde cualquier punto y que el paciente se sienta cercano a su sistema sanitario y a sus especialistas, aunque el hospital esté lejos de su domicilio. Esto es lo que ha hecho que esta revolución sea rápida y, aunque está incompleta, tenemos que terminar de completarla.
El 9 de febrero entró en vigor el SEVeM, momento en el que las farmacias deberán estar preparadas y también los servicios de Farmacia Hospitalaria. Sin embargo, los hospitales han anunciado que la implantación del Nodo SNS no estaría listo para esa fecha. ¿Hay alguna hoja de ruta? ¿qué inconvenientes pueden derivarse de cara a la atención al paciente?
Es muy importante en primer lugar que se pongan de acuerdo las comunidades autónomas a nivel nacional para establecer el cauce y los sistemas de información. La complicación no es tanto tecnológica, parte que yo creo que está ya resuelta. Más bien creo que la dificultad viene de la necesidad de consenso entre el Ministerio con la AEMPS y las CCAA, para que ese flujo de datos tenga todas las garantías necesarias. Creo que es lo que ha hecho que en los hospitales no se haya avanzado al ritmo que debíamos. Nosotros nos hemos puesto a disposición tanto de la AEMPS como de la Agencia Europea para facilitar todos los pilotajes que sean necesarios y creo que en ese aspecto no hay grandes problemas.
La SEFH ha comenzado a trabajar con el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social en el Plan de Abordaje de Terapias Avanzadas: Medicamentos CART, y participará de manera conjunta en este plan con otras Sociedades científicas. ¿En qué consiste este plan?
Este Plan de Abordaje de Terapias Avanzadas, que me presentó la ministra de Sanidad el pasado mes de noviembre y en el que hemos colaborado desde el principio, establece los circuitos y procedimientos para este tipo de terapias absolutamente innovadoras. Se trata de terapias muy individualizadas, en las que el medicamento procede en su origen de células del propio paciente, que se extraen y a las se le hace una determinada modificación para convertirla en medicamento, y a partir de ahí se vuelve a perfundir al paciente. En algunos casos supone la cura y en otros una supervivencia y calidad de vida importantes para patologías muy severas y de baja supervivencia. Suponen un cambio de paradigma, pero desde nuestro punto de vista es importante que se considere que se trata de un medicamento y por tanto tenemos que darle todas las garantías de medicamento: implicación del Servicio de Farmacia y todo lo relacionado con su seguridad, farmacovigilancia y trazabilidad. Y ahí es donde nuestra sociedad está colaborando con el ministerio: en concretar todos esos circuitos. También la propia sociedad ha creado un Grupo de CART porque como estamos viendo en los ensayos clínicos, después de los hematológicos van a venir los oncológicos y otros más, tanto académicos (realizados en los hospitales), como industriales (aquellos cuya modificación se hace en una sala blanca de un laboratorio). Es una línea de futuro interesante que va a resolver muchos problemas en los pacientes con enfermedades severas. Ahora bien, también hay que pensar que este cambio tan revolucionario como el que hemos vivido con las terapias biológicas y que sin duda va a resolver muchas patologías muy muy severas, no son la solución a todo: no todos los CART son igual de eficaces. Es decir, que habrá unos que consigan una supervivencia de seis meses y otros que resuelvan completamente la enfermedad. Por lo tanto, es importante que se establezcan unos niveles de evidencia para su inclusión en la guía de los hospitales y para su utilización.
¿Cuál es el posicionamiento de la SEFH y de la EAHP (Asociación Europea de Farmacéuticos Hospitalarios) respecto a los medicamentos biosimilares?
Ambas sociedades tenemos posicionamientos al respecto y hemos trabajado para analizar puntos en común con otras sociedades científicas. Desde la SEFH apoyamos el uso de biosimilares y consideramos que han demostrado eficacia y seguridad, ya que se les ha exigido altos niveles de evidencia con la aportación de estudios clínicos aleatorizados y randomizados, que han demostrado esa eficacia y seguridad contrastada. La Agencia Europea tiene guías específicas que nos llenan de tranquilidad. Hay aspectos que tenemos que seguir trabajando, como la extrapolación de indicaciones, que afortunadamente los médicos van entendiendo cada vez más, o aspectos relacionados con la intercambiabilidad entre un biosimilar y otro biosimilar, o entre el original y uno biológico, que lógicamente debe hacerse de manera consensuada con los equipos médicos, en un ambiente de protocolo y de consenso.
El programa de humanización que está abordando la SEFH, nace, según ha dicho en alguna ocasión, de la necesidad de no centrarse únicamente en el medicamento y de incorporar la anticipación para evitar que el paciente enferme. ¿Por qué lo considera la quinta palanca de la transformación de la especialidad?
Me alegra mucho que me haga esta pregunta. Es verdad que durante muchos años hemos estado muy centrados en el medicamento y debemos centrarnos más en el paciente, adelantándonos incluso a la enfermedad para que no tenga que tomarlos. Evitar su uso con estrategias de prevención que permitan a la persona esté cada vez más sana. El Plan de Humanización va en esa línea de anticipación, priorizando los deseos y la opinión del paciente, y haciéndolos partícipes en una decisión colaborativa y compartida en aspectos que no solo atañen a su tratamiento, sino a cómo quiere ser atendido, donde quiere ser atendido, etc. Los servicios de Farmacia se remodelan y en esas remodelaciones queremos que esté presente el paciente, involucrándolo en decisiones que atañen a esos circuitos de atención. En definitiva, queremos incorporar al paciente en cualquier cambio que estemos realizando, ya que el paciente puede aportar un valor del que hasta ahora carecíamos, ya que faltaban los ojos del paciente. Nadie como el paciente para decir lo que prefiere. Tanto en los medicamentos como en la propia organización se están incorporando preferencias del paciente y resultados reportados por el paciente, que son muy importantes, y el Plan de Humanización así lo contempla.
En ocasiones ha dicho que el programa formativo del farmacéutico de hospital está completamente desfasado. ¿Cómo ve la profesión de cara al futuro? ¿Cuáles son las líneas de su nuevo programa formativo que aún está pendiente de ser aprobado?
Es verdad que llevamos tiempo pidiendo que este programa se actualice. Nuestro programa es del año 99, y aunque afortunadamente se han ido incorporando en la vida real otros aspectos necesarios para la formación en los hospitales, no ha sido así en nuestro programa de formación. Tenemos presentado un Borrador del 2017 y hemos tenido reuniones con el ministerio y la Dirección General de los Profesionales, quienes nos han trasladado que su decisión es no demorar más la aprobación del programa, cuyas líneas fundamentales son: una formación organizada por competencias generales (compartidas con el resto de especialidades médicas y de farmacia) y otras más específicas de la especialidad, donde se trabaja mucho en todos los conocimientos, habilidades y aptitudes que necesitamos trabajar en los residentes; y también en un sistema de evaluación mucho más completo que resuelva casos prácticos. El nuevo programa incluye competencias que no se incluían en el programa antiguo, como aspectos relacionados con todas las terapias innovadoras, farmacogenética, etc., que no estaban tan avanzadas en el año 99, y que son fundamentales para lograr una medicina más personalizada y anticipada. También es mucho más innovador este programa en todos los aspectos relacionados con la coordinación entre los distintos niveles asistenciales, y con el trabajo realizado con los pacientes crónicos y su calidad de vida, algo que en el año 99 tampoco era una prioridad.
En líneas generales, ¿cómo ha evolucionado la profesión del farmacéutico de hospital y cómo la ve de cara al futuro?
En los últimos años hemos asistido a una transformación completa de la especialidad con una orientación más clara hacia el paciente, con la incorporación y con el desarrollo de toda el área de consultas de farmacia para el paciente externo. Y también se ha dado un avance tecnológico importantísimo, tanto en aspectos logísticos internos de la farmacia para la distribución y el almacenamiento de medicamentos como de preparación de medicamentos en las salas blancas, con la incorporación de robots que ayudan a la seguridad del manipulador. Y también creo que hemos asistido a una transformación en aspectos relacionados con las competencias clínicas del farmacéutico y su mayor presencia en los entornos del paciente. Me refiero a esa organización de servicios por áreas clínicas, donde tenemos farmacéuticos super especializados en algunas de las áreas de infecciosos, cardiología, en intensivo, de forma que están con el resto del equipo cerca del paciente ya sea ingresado o no ingresado. En definitiva, el futuro va en esa línea de más super especialización, de una mayor especificidad del farmacéutico en áreas concretas, más individualización de la terapia y más anticipación a las necesidades del paciente.
¿Qué novedades van a presentarse en el 63 congreso que se va a celebrar en Sevilla el próximo mes de octubre?
El lema de este año Somos SEFH, tiene un significado muy completo. Cada sigla corresponde a una palabra: Sevilla, Experiencia, Farmacia y Humanización. Y todas juntas son las siglas de nuestra sociedad. Será un congreso que, como en las ediciones anteriores, va a seguir girando en torno a esa humanización. En Sevilla se va a presentar aplicación del Plan de Humanización a los hospitales a nivel nacional. También compartiremos experiencias entre los diversos centros, e incorporaremos un nicho de gamificación, intentando que, a modo de juego, los congresistas puedan interrelacionarse y mejorar sus competencias y conocimientos. Esto es muy interesante y por eso hemos hecho una apuesta muy potente. Y luego vamos a hacer un repaso de toda la innovación que ha habido en nuestra especialidad durante todo el año, no solo en lo que se refiere a innovación terapéutica, que vamos a poner en valor, (sobre todo en patologías como el asma grave, cáncer de pulmón, leucemia, linfoma, para las que han aparecido fármacos nuevos realmente innovadores que vamos a poner en común), sino también mucha innovación en la propia especialidad, en la formación, en la investigación, en la incorporación a equipos de investigación, en todo lo relacionado con la internacionalización y la relación con sociedades de otros países. Y, cómo no decirlo, todo lo relacionado con la super especialización será muy importante. Yo creo que el farmacéutico debe ir cada vez más en esta línea de hacerse experto en un área concreta, de manera que en los servicios donde hay una plantilla grande debería haber un farmacéutico por servicio, y en los hospitales donde no sea tan grande, que exista un farmacéutico con más amplios conocimientos sobre diversas enfermedades. Pero ese plus de super especialización que permita saber mucho sobre una enfermedad es lo que nos permitirá también aportar mucho a esos pacientes.