Únete a nuestra comunidad
Toda la actualidad del mundo de la salud y la farmacia en Consejos de tu Farmacéutico.
Además, puedes seguirnos en nuestras redes sociales:
“Tengo 57 años, pero nunca me han hecho una densitometría. En la última revisión, mi ginecólogo me la ha prescrito para descartar una osteoporosis. ¿Tiene algún riesgo esta prueba?” Nos escribe… María José (Teruel)
La densitometría ósea ofrece una imagen de la salud de los huesos, y es el método más preciso para diagnosticar la osteoporosis, una enfermedad caracterizada por la disminución de la densidad de los huesos provocada por la pérdida del tejido óseo normal, lo que conlleva una disminución de la resistencia del hueso frente a traumatismos o cargas, con la consiguiente aparición de fracturas. Dado que la osteoporosis afecta de forma más frecuente a mujeres después de la menopausia, se suele recomendar a todas en esta etapa y es completamente inocua. Es elginecólogo o traumatólogo quien prescribe la prueba, valorando también otros factores que aumentan el riesgo de padecer osteoporosis como el ser fumadora o estar en tratamiento hormonal. En varones se recomienda entre los 65 y los 70 años.
Salvo casos especiales de enfermedades asociadas o importantes factores de riesgo, no es aconsejable realizarla en mujeres antes de la menopausia. Sin embargo, a partir de esta edad es muy importante evaluar el estado de nuestros huesos, ya que unos huesos frágiles aumentan el riesgo de padecer una fractura.
En qué consiste
La densitometría ósea es una prueba de rayos x que mide la densidad de calcio existente en nuestros huesos. Es una prueba simple, rápida, no invasiva e indolora, durante la que se utiliza una dosis muy pequeña de radiación ionizante para producir imágenes del interior del cuerpo. De esta manera, se mide la densidad mineral ósea y se compara con los estándares establecidos por la Organización Mundial de la Salud.
Obligada en…
- En personas que cuentan con antecedentes familiares de fractura de cadera o de la columna vertebral.
- En personas con enfermedades en las que hay pérdida ósea (mieloma múltiple, diabetes tipo 1, enfermedades renales o hepáticas).
- En quienes toman medicación que favorece la desaparición del calcio en los huesos (corticoides, antiepilépticos entre otros).
- En el caso de que el médico sospeche que existe fragilidad ósea.
- En los casos de menopausia precoz.
- En niños que padezcan enfermedades genéticas que afecten a la formación del hueso.
- En pacientes con hiperparatiroidismo dado que los valores elevados de la hormona paratiroidea hacen que los huesos liberen el calcio a la sangre.
- En caso de anorexia nerviosa.