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Un atragantamiento puede provocar la muerte en sólo 4-5 minutos. Para estar preparados, es conveniente saber unas breves nociones de primeros auxilios
La obstrucción de las vías aéreas por cuerpo extraño es un trastorno agudo que corresponde a la obturación parcial o total de la vía aérea principal (la vía por la cual se comunican los pulmones con el exterior), de manera que se impide la llegada de aire oxigenado a los pulmones.
Obstrucción parcial o total
Si la obstrucción es parcial, el atragantamiento produce dolor agudo en el cuello, tos, habla dificultosa y ruidos extraños al respirar. Si la obstrucción es total la persona afectada no puede hablar, respirar, toser o hacer ningún otro gesto que no sea llevarse las manos al cuello desesperadamente. La expresión de la cara es de angustia y la mayor parte de las veces queda inmovilizada por el pánico. Si la obstrucción persiste y de no actuar a tiempo, la tez se vuelve pálida y cianótica para terminar perdiendo la conciencia y sufrir un colapso que puede ser mortal.
Si el atragantamiento en las personas adultas suele estar producido por algún alimento, en los niños, el abanico de objetos es mucho más amplio: desde un botón, hasta un caramelo, una moneda o un fruto seco. Tampoco es fácil distinguir si una obstrucción es completa o parcial en los niños, ya que un pequeño objeto puede pasar a un bronquio más pequeño dejando libres otros bronquios, ocasionando una obstrucción parcial, o alojarse en la tráquea o en la división de ésta en los dos bronquios principales y ocasionar una obstrucción completa.
¿En qué consiste?
Esta técnica consigue crear, por medio de la compresión del abdomen, una fuerza expulsora que actúa desde los pulmones hasta las vías superiores. La velocidad de la corriente que se genera es a menudo suficiente para impulsar de forma forzada el objeto que obstruye las vías aéreas y hacerlo salir. El empuje que experimenta el diafragma hacia arriba al presionar fuertemente el abdomen, con una fuerza equivalente a la que se hace en un golpe de tos, hace que los pulmones expulsen el aire y se genere una corriente de 205 litros por minuto y una presión de 31 mmHg. Esta fuerza empuja cualquier objeto que obstruya la vía aérea con el impulso de un proyectil.
Lo que no hay que hacer
Para evitar que una obstrucción parcial se convierta en completa en un niño, nunca se deberá agarrar al niño por los talones y golpearle la espalda. Un cuerpo extraño alojado en un bronquio pequeño puede desplazarse y obstruir por completo la vía. Explorarle la garganta metiendo los dedos, ya que además de provocar laceraciones en la hipofaringe, lo más seguro es que se empuje el cuerpo extraño aún más hacia dentro.
La maniobra en adultos
Si la persona está de pie, se le pasa un brazo alrededor de la cintura con el puño cerrado, colocando el lado del pulgar del puño justo encima del ombligo de la víctima y por debajo de la punta del eternón (apófisis xifoides). A continuación, con el otro brazo hay que rodear la cintura y abrazar el puño cerrado. Colocado así, hay que hacer una única compresión o empujón, decidido, fuerte y rápido, hacia dentro y hacia arriba. En ocasiones puede ser preciso hace una serie de dos o más empujones.
Si la víctima está tumbada en el suelo, boca arriba, el socorrista deberá colocarse a horcajadas sobre los muslos de la víctima y, colocando el talón de una mano por encima del ombligo y por debajo de la punta del esternón, dar un decidido empuje hacia arriba y adentro. En ocasiones puede ser preciso hace una serie de dos o más empujones.
La maniobra en niños
La maniobra en niños
Esta maniobra es esencialmente la misma que el caso del adulto tumbado, pero aquí hay que utilizar los dedos índice y medio muy unidos o los índices de ambas manos uno sobre el otro, por encima del ombligo y en la línea media. A continuación se dará un empujón abdominal, pero midiendo en este caso la intensidad de la fuerza en función de la edad del niño. También se pueden hacer series de dos o más empujones en caso necesario.