Únete a nuestra comunidad
Toda la actualidad del mundo de la salud y la farmacia en Consejos de tu Farmacéutico.
Además, puedes seguirnos en nuestras redes sociales:
Según los expertos, las prácticas excesivamente sobreprotectoras con los niños suelen estar asociadas a una menor competencia social, así como a síntomas depresivos y problemas de ansiedad. Por el contrario, fomentar su autonomía conlleva una salud mental a prueba de bomba durante la adolescencia y en la edad adulta. Enséñales y tendrán la mitad del camino ganado.
Una de las cosas más difíciles que se plantea a los padres a la hora de educar es hacer al niño autónomo. Requiere tiempo, y, sobre todo, mucha paciencia. A menudo hacer las cosas por ellos es lo cómodo y lo que evita discusiones, pero alto ahí: estamos haciendo a los niños infelices y no los estamos preparando adecuadamente para la vida.
Por el contrario, crear un clima favorable para que el adolescente desarrolle un pensamiento autónomo y diferente al del adulto y no castigar ni obstaculizar su deseo de independencia y su búsqueda de autonomía es bueno. Eso sí, siempre con normas y límites bien trazados y que se deben ir trabajando desde la infancia.
¿Cómo conseguir niños y adolescentes autónomos?
Según la guía práctica para docentes y familias Abre tu mente en modo positivo: promoción de la salud mental en jóvenes, elaborada por la Confederación Salud Mental España, que integra a 18 federaciones y más de 300 asociaciones en toda España, a la hora de hacer a los hijos autónomos, lo más importante es promover una serie de actuaciones y evitar otras:
Lo que hay que promover
- Déjales asumir responsabilidades.
- Concédeles tiempo para solucionar sus fallos.
- Confía en ellos y reafírmalos. Serán capaces de lograrlo solos.
- Interésate por lo que han podido aprender de un fracaso.
- Observa cómo tu hijo/a se esfuerza sin tener que intervenir.
- Pídeles que hagan cosas difíciles pero posibles en su fase de desarrollo físico y personal.
Lo que hay que evitar
- Hacerlo todo por ellos/as.
- Adelantarte a ofrecerles ayuda antes de que la pidan.
- Observar a tu hijo/a esperando que algo le salga mal.
- Hacer lo que son capaces de hacer ellos sin pedirles nada a cambio.
Deporte: cuanto más, mejor
El deporte es uno de los hábitos que más contribuyen a despejar la mente y llevar un estilo de vida física, psicológica y mentalmente sano.
- A nivel físico: mejora el funcionamiento del sistema cardiovascular, respiratorio, digestivo y endocrino y previene las cifras altas de colesterol, la obesidad, la diabetes, la hipertensión arterial, las enfermedades cardíacas y circulatorias.
- A nivel psicológico: debido a la liberación de diferentes sustancias, como la endorfina, conlleva una reducción de la ansiedad, la depresión, el estrés y produce una sensación de relajación y bienestar. Permite la tolerancia al estrés, facilita la regulación emocional, mejora la autoestima, regula los ciclos del sueño y los procesos cognitivos (memoria, atención y percepción).
- A nivel social: mejora los procesos de socialización, de autonomía e independencia. Fomenta la interacción social y el sentimiento de apoyo y seguridad social y pertenencia grupal. También mejora las habilidades sociales.
A la hora de comer…
*Recomendaciones para un estilo de vida saludable por la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición.
- Realiza una alimentación planificada y equilibrada.
- Haz ejercicio físico regular mediante algún tipo de práctica deportiva. Pasear o practicar algún deporte con tus amigos o familia puede ser una buena manera de estimular la actividad física. Fomenta los desplazamientos caminando. Participa en actividades físicas escolares y extraescolares. Pon límites reales al tiempo que se dedica al uso de pantallas (TV, ordenador, tablet, móvil, etc.).
- Respeta los horarios de comida.
- Evita comer entre horas alimentos ricos en grasa y azúcares, ya que esto tiene dos inconvenientes: aportan muchas calorías y pocos nutrientes y te quitan las ganas de comer alimentos mucho más nutritivos.
- No te olvides de los lácteos. Son muy importantes para que tus huesos tengan todo el calcio que necesitan. Si tiendes al sobrepeso selecciona los desnatados o semidesnatados.
- No olvides que los hidratos de carbono son nuestra principal fuente de energía. Los puedes encontrar en: los cereales: arroz, avena, maíz, trigo y sus derivados; harinas y productos elaborados con ellos como pan, pastas, galletas; legumbres (guisantes, garbanzos, lentejas, etc.). Estos también nos aportan fibra que es importante para regular el funcionamiento de nuestro intestino y prevenir enfermedades.
- Ten precaución con la comida rápida, engorda mucho y alimenta poco.
- Es importante comer despacio y sin distracciones (TV, videojuegos, etc.). Más de 2 horas frente a la televisión favorecen la obesidad.
- Se debe comer con moderación y variedad: un poco de cada cosa y no mucho de una sola. Esta es la pirámide alimenticia: en la base (primer nivel) se sitúan el pan, los cereales, el arroz y la pasta. El segundo nivel, por encima de la base, corresponde a frutas y vegetales. El tercer nivel se compone de lácteos, carnes, aves, pescado, legumbres, huevos y frutos secos. El último y cuarto nivel, en lo alto de la pirámide, corresponde a grasas, aceites y dulces.
- Haz participar a tu familia y amigos en la práctica de buenos hábitos alimentarios. Una alimentación sana es saludable para todos ellos, tengan o no sobrepeso.
- La adolescencia es una etapa de cambios psicológicos importantes que pueden afectar la actitud hacia la comida, apareciendo rechazo por la imagen corporal y trastornos en la conducta alimentaria, en ese caso: consulta a tu médico.
- Es peligroso que hagas dietas o tomes fármacos para la obesidad sin consultar antes a tu médico.