Estos días en los que salir a comprar todavía es una odisea, almacenar durante mucho tiempo los alimentos en la nevera y la despensa es una práctica frecuente. Con la llegada inminente del calor, además de las reglas que hay que seguir para evitar que el coronavirus entre en casa, añadimos otras que afectan al mantenimiento y manipulación de los alimentos, con el objeto de evitar también alguna toxiinfección alimentaria provocada por otro tipo de gérmenes.

Nunca nuestra compra ha estado tan limpia como ahora. Con la crisis del COVID- 19, nos estamos volviendo unos expertos a la hora de manipular alimentos y evitar la entrada de posibles virus y bacterias en nuestros hogares. A los consejos para hacer y guardar la compra, los expertos de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) nos recuerdan que también es importante seguir una serie de recomendaciones relativas al almacenamiento y manipulación correcta de los alimentos en el tiempo, para evitar la propagación del coronavirus o de gérmenes susceptibles de provocar una toxiinfección alimentaria como la salmonela o la escherichia coli.

Qué puede provocar una toxiinfección alimentaria

En España, los microorganismos más frecuentes que causan enfermedades transmitidas por alimentos son Campylobacter, Norovirus, Salmonellas, S. aureus, Bacillus cereus, Clostridium perfringens y Anisakis. Listeria monocytogenes, Clostridium botulinum o E.coli enterohemorrágico, aunque son microorganismos menos frecuentes, causan enfermedades muy graves. Cuando se produce una toxiinfección alimentaria causada por alguno de estos microorganismos, la diarrea es el síntoma más frecuente y puede ir asociada de náuseas, vómitos y/o fiebre. En la mayoría de los casos la infección se cura espontáneamente y no es necesario tratamiento antibiótico.

Manipular en siete pasos

Las recomendaciones de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) para prevenir todo tipo de infecciones gastrointestinales de origen alimentario son:

  1. LAVAR las manos con agua y jabón con mucha frecuencia, fundamentalmente antes de manipular o consumir alimentos y después de ir al baño.
  2. LIMPIAR. Siempre se deben limpiar las superficies y utensilios que se usan para cocinar, especialmente si han estado en contacto con alimentos crudos.
  3. SEPARAR los alimentos crudos de los ya cocinados. No utilizar los mismos utensilios (tabla, cuchillo…) sin lavar para manipular alimentos ya cocinados y después de usarlos con alimentos crudos.
  4. COCINAR completamente los alimentos por encima de 70ºC. Asegurarse de que la parte interna de los alimentos alcanza también esa temperatura.
  5. EVITAR. Es preferible no consumir leche cruda y productos no pasteurizados.
  6. DESECHAR. Es preferible desechar los huevos sucios o rotos y no lavarlos, porque el agua fría podría hacer que las bacterias entren al huevo.
  7. ENFRIAR. Mantén siempre la cadena del frío y no dejes los alimentos cocinados más de 2 horas a temperatura ambiente.
  8. DESCONGELAR los alimentos de manera segura en la nevera, en agua fría o microondas. Nunca descongelar fuera, porque las bacterias se multiplican rápidamente en las partes de los alimentos que llegan a estar a temperatura ambiente.

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Redacción Consejos

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