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Presenciar como un niño sufre convulsiones febriles puede asustar, pero por lo general no entrañan gravedad y remiten por sí solas en pocos minutos. Estos episodios suelen ocurrir en niños de entre 3 meses y 6 años coincidiendo con un episodio febril agudo.
Constituyen el trastorno convulsivo más frecuente de la infancia (uno de cada 20 niños sufrirá al menos un episodio en su vida) coincidiendo con una elevación brusca de fiebre, por encima de 38,5ºC, y habitualmente en el primer día de la enfermedad.
Cualquier proceso febril puede originarla, aunque es más frecuente que aparezca asociada a infecciones víricas de las vías respiratorias altas o infecciones bacterianas de aparato respiratorio, digestivo y genitourinario.
También se ha observado en el exantema súbito y coincidiendo con la vacunación. Las convulsiones febriles afectan a niños de 3 meses a 6 años, pero son más frecuentes entre los 12 y 18 meses. Es más probable en niños con antecedentes familiares de convulsiones febriles o si ya las han padecido con anterioridad.
Aunque las convulsiones febriles puedan parecer graves, la mayoría de ellas remiten sin tratamiento y no causan ningún otro problema de salud. Algunos niños pueden estar somnolientos después de sufrir un episodio, pero hay otros que no notan ningún efecto.
Cómo identificarlas
- El cuerpo del niño se agita y retuerce con movimientos bruscos y repetidos de las extremidades en forma de sacudidas.
- Rigidez de todo o parte del cuerpo.
- Ojos en blanco o mirada fija.
- Los labios pueden volverse azulados, aparecer vómitos o micción o defecación involuntaria.
- Después de la convulsión es habitual que el niño se quede somnoliento o decaído.
Si tu hijo presenta Convulsiones febriles …
- Intenta mantener la calma.
- Coloca al niño con suavidad en el suelo boca arriba o en un lugar donde no pueda hacerse daño.
- Ponlo sobre un costado o con la cabeza hacia un lado por si vomita y para evitar que se asfixie.
- Aflójale cualquier prenda que oprima la cabeza o cuello.
- Retira todo lo que tenga en la boca.
Tras la convulsión se debe consultar al pediatra para determinar la causa de la fiebre. Si las convulsiones se prolongan más de 5 minutos, al niño le cuesta respirar o se pone azul, se le debe trasladar a un centro médico de urgencia.