El verano y sus excesos hacen su penitencia cuando llega el mes de septiembre. De repente, todo el mundo se pone como loco a adelgazar, sin tener en cuenta que a menudo, esas “dietas milagro” que tanto prometen no son más que cantos de sirena que pueden llevarse por delante nuestra salud. Nuestro nutricionista Eric Iges nos da las claves para reconocerlas y salir huyendo de sus encantos.

Septiembre es la casilla de salida de un año plagado de buenos propósitos. El mejor momento para poner en orden la nevera y retomar los horarios que julio y agosto han trastocado por completo. Eso sí, también es un mes en el que, de repente, nos volvemos presa fácil de esas “dietas milagro” que tanto prometen y que pueden llegar a ser muy poco saludables e incluso provocar un efecto yo-yo. Para reconocerlas y no dejarnos embaucar, nuestro nutricionista Eric Iges nos da las siguientes pistas:

CÓMO RECONOCER UNA DIETA MILAGRO

  • Promueven una rápida pérdida de peso.
  • No tienen rigor científico. Están basadas en argumentos y creencias erróneas.
  • Son desequilibradas en el aporte de nutrientes.
  • Prometen poder llevarse a cabo sin esfuerzo.
  • Son monótonas y pronto se abandonan.
  • No promueven hábitos alimentarios saludables a largo plazo.

5 cantos de sirena

  1. Hipocalóricas desequilibradas. Normalmente son dietas que aportan entre 400 y 800 kilocalorías diarias. La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que dichas dietas no son más efectivas en la disminución de peso a largo plazo que otras estrategias dietéticas más moderadas, y, sin embargo, existen potenciales efectos adversos asociadas a su realización. Son muy monótonas, no crean una buena adherencia, no promueven un estilo de alimentación a largo plazo y pueden generar determinados déficits de vitaminas y minerales. Además, es común que produzcan efecto rebote o “yo-yo” el cual explicaremos con detalle a continuación. Dietas de este tipo bastante famosas serían la “dieta toma la mitad” o la “dieta cero o ayuno terapéutico”.
  2. Disociadas. Su argumentación sin ningún tipo de base científica se basa en la teoría de que los alimentos no engordan por sí mismos, sino al consumirse según determinadas combinaciones, por lo que se puede comer de todo, pero no durante la misma comida. Famosas dietas disociadas serían la de “Montignac”, la “antidieta” o la “disociada de Hay”, siendo esta última la pionera y basándose en que los hidratos de carbono y las proteínas no se pueden ingerir simultáneamente.
  3. Excluyentes. Se basan esencialmente en eliminar de la dieta algún macronutriente (hidratos de carbono, proteínas o grasas). Desde un punto de vista teórico, el hecho de que una dieta suprima determinado alimento no supondría ningún problema ya que lo que el individuo necesita es energía y nutrientes y estos se pueden conseguir a través de las más variadas combinaciones de alimentos. Sin embargo, englobamos este tipo de dietas como milagro ya que provocan una restricción obligatoria de determinados nutrientes o alimentos, sin motivo alguno. La dieta “Atkins”, del “Dr Haas” o de “Hollywood” serían dietas milagro conocidas que podemos incluir en este grupo.
  4. Monodietas. Regímenes muy restrictivos basados en la inclusión de un solo alimento durante varios días o semanas. Pueden ser peligrosas y provocar problemas de salud. Muy conocida es la dieta de la alcachofa o de la piña.
  5. Pintorescas. Dietas milagro que podríamos denominar como “imaginativas o fantasiosas”. Por poner un ejemplo, podríamos nombrar la dieta del grupo sanguíneo que se basa en que la sangre guarda una especie de «memoria celular» que «recuerda» su tipo de alimentación ancestral para cada uno de los tipos sanguíneos y clasifica los alimentos en relación con los cuatro grupos sanguíneos en beneficiosos, neutros y desaconsejados. Otro ejemplo podría ser la “dieta de la luna”, la cual recomienda el consumo exclusivo de líquidos durante 24 horas, coincidiendo con el momento en el que se produce el cambio de la fase lunar. Zumos y caldos son los únicos alimentos permitidos, y puede considerarse una dieta muy pobre en numerosos nutrientes.

¿Cómo funcionan las «dietas mágicas»?

Por lo general, al principio, las dietas demasiado reducidas en calorías producen una pérdida de peso que es resultado de esta restricción. Sin embargo, y tal y como indica la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, un problema añadido de las “dietas milagro” es que favorecen una recuperación muy rápida del peso perdido, es decir, promueven un efecto yo-yo. Esto podría ser explicado de la siguiente forma:

1- Una vez se abandona la dieta milagro, nuestro organismo pone en marcha mecanismos fisiológicos para compensar el periodo de restricción que se ha sufrido. La persona comerá más, lo que provoca una recuperación mayor del peso perdido.

2- Durante el periodo que se está realizando la dieta milagro, nuestro organismo reacciona rápidamente y como mecanismo de defensa disminuye el metabolismo para intentar gastar menos y contrarrestar esa deficiencia energética. Por tanto, cuando volvemos a la dieta habitual el metabolismo ha disminuido (se gasta menos), se come más y se recupera más peso del que se había perdido y con mucha más facilidad.

3- El peso perdido en tan corto espacio de tiempo se debe principalmente a la pérdida de agua y glucógeno, manteniéndose los depósitos de grasa corporal, que son los que realmente importan cuando se quiere perder peso y mejorar la imagen corporal.

La FESNAD advierte que las dietas milagro podrían aumentar el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, diabetes, varios tipos de cáncer, fallo renal y hepático, así como osteoporosis. La mayoría son deficitarias en algunos minerales y vitaminas, de modo que su seguimiento podría suponer carencias de micronutrientes, principalmente de calcio, hierro, zinc, magnesio y vitaminas como la A, D, E, riboflavina, niacina o B12. También contribuyen a la adquisición de malos hábitos alimentarios con la consecuente repercusión a largo plazo. Aún así, el 31% de los españoles con sobrepeso ha seguido alguna vez una dieta milagro.

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Redacción Consejos

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