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También llamado roséola o sexta enfermedad, es una patología aguda y benigna causada por virus, que afecta a niños pequeños. Se caracteriza por fiebre alta seguida de una erupción en la piel.
Según explica la Sociedad Española de Pediatría (AEP), el exantema súbito está provocado por el virus herpes humano tipo 6 y, con menor frecuencia, por el tipo 7 y en el 90% de los casos se diagnostica en niños menores de 2 años. Puede aparecer en cualquier época del año y la principal vía de transmisión es el contacto con las secreciones respiratorias y la saliva de la persona infectada. La respuesta inmunológica que se produce tras una primera infección evita que se repita la enfermedad.
Exantema súbito: los síntomas paso a paso
- El exantema súbito comienza con un cuadro de fiebre elevada y de aparición brusca aunque, pese a lo elevado de la temperatura, el paciente suele encontrarse aceptablemente bien.
- A veces el niño está irritable y puede tener congestión nasal, enrojecimiento faríngeo, de los tímpanos, de las conjuntivas y un aumento de tamaño de los ganglios de la nuca.
- Al cabo de 3 a 6 días, la fiebre suele desaparecer bruscamente, y en ese momento aparece una erupción en la piel de color rojizo o rosado (exantema) en el tronco que se puede extender a la cara y, en menor grado, a las extremidades. Suelen ser manchas pequeñas, de 1-3 mm de diámetro.
- La erupción o exantema dura por lo general entre 1 y 3 días.
¿Cómo se trata?
La infección por estos virus está ampliamente extendida entre la población y no existe vacuna ni forma de prevenir su propagación. El tratamiento es sintomático, con antitérmicos y manteniendo una buena hidratación.
En cuanto a prevención, unos buenos hábitos higiénicos, que incluya el lavado frecuente de manos, puede ayudar a evitar el contagio de muchas infecciones como esta.
Es una enfermedad benigna con muy pocas complicaciones. Cuando aparecen, las más frecuentes son las neurológicas (convulsiones, meningitis, encefalitis) y la trombopenia (bajada en el número de plaquetas).