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Si la pérdida de peso es la mejor garantía para mejorar la calidad de vida entre las personas obesas o con sobrepeso, entonces debe ser la máxima prioridad ahora. Según los expertos de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), la pérdida de peso ayuda a enfrentar mejor los posibles brotes de infección por Covid-19 y reduce la posibilidad de propagación.
Según una encuesta de la(SEEDO), el 48% de los españoles cree haber afrontado el confinamiento con exceso de peso y un 42% dice haber ganado peso durante el mismo. Este es un problema que preocupa a los expertos, especialmente en pacientes obesos, porque cada día más evidencia confirma que los pacientes obesos con COVID-19 no solo tienen un peor pronóstico, sino que el tejido adiposo puede desempeñar un papel importante en la propagación de COVID-19 El efecto hace que esta composición sea un portador ideal para la transmisión de virus. Por el contrario, según explica el doctor Diego Bellido, vicepresidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO): “En la medida en que somos menos susceptibles a infectarnos por estar delgados, ayudaremos a contener la pandemia”. Todo esto hizo que la SEEDO enviara un mensaje muy claro, especialmente al grupo: es necesario reducir el peso post-perinatal porque reduce algunos kilogramos. El peso ayudará a enfrentar mejor la infección por Coronavirus y reducirá la posibilidad de transmisión.
Según el doctor Tinahones, presidente de la SEEDO, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EEUU han reconocido que tener un IMC mayor de 40 es un factor que aumenta la vulnerabilidad en esta infección por COVID-19
COVID y obesidad: una bomba
La Dra. Susana Monereo, Jefa de Servicios de Nutrición y Endocrina y Secretaria General de SEEDO en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid, dijo: «Las personas obesas a menudo desarrollan enfermedades respiratorias mecánicas porque las personas obesas tienen una capacidad pulmonar reducida y poca capacidad para hacer ejercicio. La obesidad puede causar inflamación y El estado de la trombosis, que puede ser un factor agravante en la etapa severamente inflamatoria de la enfermedad de Covid-19 «.
- Más riesgo de hospitalización: aunque los expertos advierten que la investigación sobre la relación entre la obesidad y las complicaciones después de la infección por Coronavirus no se ha finalizado, la SEEDO dijo que actualmente hay muchas pruebas de que la obesidad es un factor de riesgo para la hospitalización y el empleo. Las personas con infección por COVID-19 tienen peor pronóstico para la ventilación mecánica. De hecho, en pacientes con formas graves de infección por COVID-19, el IMC y el peso corporal han mostrado niveles significativamente más altos.
- Mayor necesidad de ventilación mecánica: respecto a la necesidad de ventilación mecánica, algunos estudios han demostrado que se incrementa a medida que se eleva la severidad de la obesidad, siendo los obesos extremos los que presentan más riesgo. La explicación fisiopatológica está en que la obesidad se asocia con una disminución del volumen de reserva espiratoria y la capacidad funcional del sistema respiratorio. En personas con obesidad abdominal, la función pulmonar se ve aún más comprometida si se encuentran en decúbito supino (por una disminución de los movimientos del diafragma, lo que dificulta la ventilación). Además, el aumento de las citocinas inflamatorias asociadas con la obesidad puede contribuir al incremento de la morbilidad asociada con la obesidad en las infecciones por COVID-19. Según detalla el doctor Tinahones, presidente de la SEEDO, “las personas con obesidad tienen un entorno proinflamatorio y se cree que COVID-19 puede exacerbar aún más la inflamación, exponiéndolos a niveles más altos de moléculas inflamatorias circulantes en comparación con los sujetos delgados”.
El tejido adiposo facilita la transmisión
Pero, además, por analogía con otras infecciones respiratorias, se considera que la obesidad puede desempeñar un papel importante en la transmisión de la COVID-19. Por ejemplo, en el caso de la gripe A, la obesidad aumenta la duración de la eliminación del virus (el tejido adiposo puede servir como reservorio). En el caso del SARS-Cov-2, se ha comprobado que también puede infectar el tejido adiposo y luego diseminarse a otros órganos; además, como explica el presidente de SEEDO, “la expresión de ACE2 (receptor que podría estar implicado en la entrada de COVID-19 en las células humanas) en el tejido adiposo es más elevada que en el tejido pulmonar y, por tanto, podría acumularse el virus en muy alta proporción en este tejido, retardando su eliminación”.
Los 10 mandamientos para bajar de peso
Por todo ello, los expertos de la SEEDO reclaman que el control del peso se incluya a nivel nacional, europeo y mundial entre las medidas de prevención del Covid-19. Y ha elaborado un decálogo de medidas y consejos encaminado a situar la pérdida de peso junto con las 5 medidas básicas y bien conocidas: lavarse las manos, evitar contacto social, usar mascarillas, toser o estornudar en un papel y limpiar las superficies. Por tanto, Así, los 10 “mandamientos” de una rutina saludable post-confinamiento que propone son:
- Controla tu peso y no picotees. Es factible que un buen número de personas con obesidad confinadas hayan ganado peso por cambios en su alimentación y por la reducción en la práctica de ejercicio. Además, ante situaciones de estrés, recurren con más frecuencia a picoteos y a una compulsividad alimentaria. Si lo has aumentado, ponte manos a la obra para perderlo de forma inmediata: no esperes.
- Busca ayuda profesional contrastada: no vale cualquier opción, hay mucha desinformación y mucho riesgo en las dietas o productos milagro.
- Haz actividad física de intensidad moderada al menos 30 minutos al día. Debes conseguir sudar al hacerlo. Mejor incluso si puedes hacer ejercicios isométricos y de fuerza (por ejemplo, con pesas). En el caso concreto de las personas que ya padecen obesidad, el doctor Miguel Ángel Rubio, jefe de Sección de Endocrinología y Nutrición del Hospital Clínico San Carlos y vicepresidente de la SEEN, señala que “la práctica de ejercicio, sobre todo aeróbico, es la manera más natural de reducir el estado inflamatorio propio de las personas con obesidad y de mejorar su inmunidad. Anti-inflamación e inmunidad conservada están íntimamente ligadas al ejercicio y, presumiblemente, en caso de contagiarse por Covid-19, la infección podría ser más leve, si bien esto está pendiente de verificar”.
- Menos coche y más bicicleta o caminar. Planea trayectos al trabajo andando. Ponte como objetivo 10.000 pasos día.
- Deshazte de todos los alimentos hipercalóricos y p
- rocesados que tengas almacenados.
- Vuelve a los alimentos frescos. Siempre un plato de verdura y fruta de postre en cada comida. Utiliza formas de cocinado sencillas, como plancha, vapor, asados, evitando fritos y salsas. Reduce la ingesta de alimentos poco saludables, de alta densidad calórica, como azúcares y grasas y fomenta el consumo de frutas y verduras.
- Sorprende a tus familiares y amigos con nuevas recetas saludables.
- Recupera tu ritmo de vida. Actívate por las mañanas y duerme por las noches.
- Reduce el consumo de alcohol.
- Las personas con sobrepeso u obesidad presentan una peor evolución si padecen COVID-19. Por eso, si tienes exceso de peso, perderlo es la opción más rentable para tu salud.
Enfermedades declaradas de alto riesgo
La Declaración de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre patologías no comunicables y Covid-19 establece, como premisa, que las personas en riesgo de enfermedad grave son especialmente las mayores de 60 años y las que presenten patologías preexistentes como hipertensión arterial, cardiaca, pulmonar, cáncer o diabetes. Sin embargo, no incluye a la obesidad como factor de riesgo. Según el doctor Rubio, “no todos los registros epidemiológicos sobre el Covid-19 incluyen información sobre peso, talla e índice de masa corporal ni se han hecho de manera estandarizada. Por tanto, no podemos disponer, a nivel mundial, de datos suficientes para contrastar y comparar entre poblaciones el impacto que tiene en la infección por coronavirus el exceso de peso. Lo que es evidente es que la obesidad se asocia con enfermedades respiratorias, cardiocirculatorias, renales… y estas pueden ser la causa directa del agravamiento de la infección por Covid-19. No es lo mismo una persona con obesidad sin comorbilidades que otra con varias de esas complicaciones”, incide el doctor Rubio.
Como conclusión, los dos expertos de la SEEN y la SEEDO coinciden en que, “si la obesidad constituye un factor de riesgo no solo por sus muchas complicaciones asociadas, como diabetes, hipertensión, apnea del sueño, hígado graso, cáncer, etc., sino también infecciones respiratorias graves, el compromiso de lucha contra la obesidad debe ir más allá del entorno personal y familiar y extenderse al ámbito laboral, social, político y sanitario, tanto a nivel nacional como europeo y mundial”.