La diabetes daña el corazón

La diabetes no controlada puede provocar daño a largo plazo en ojos, riñones, corazón y vasos sanguíneos. Aprovechando la celebración de su día mundial el 14 de noviembre, nuestro nutricionista Eric Iges pone el foco en este trastorno metabólico y nos da las claves que nos ayudarán a facilitar su control mediante la alimentación.

La Diabetes Mellitus (DM) es un grupo de desórdenes metabólicos que se caracterizan por la presencia de niveles elevados de glucosa en sangre (hiperglucemia), como resultado de defectos en la secreción por el páncreas de la hormona insulina o por la propia acción de la insulina. Este aumento mantenido de la glucosa en la sangre se asocia con el mal funcionamiento y el daño a largo plazo de varios órganos, especialmente ojos, riñones, nervios, corazón y vasos sanguíneos.

Factor de riesgo cardiovascular

Según explican desde la Fundación Española del Corazón (FEC), la diabetes es un factor de riesgo cardiovascular importante, con una prevalencia del 7,1% en la población adulta española. Los resultados de una encuesta realizada recientemente por la FEC confirman que además de la diabetes, otros factores de riesgo cardiovascular son la hipertensión (afecta al 22,2% de los españoles), la hipercolesterolemia (a un 22,8%), el sobrepeso (a un 33,8%), la obesidad (a un 16,7%), el sedentarismo (a un 19,4%), el estrés (a un 17,4%), el tabaquismo (a un 15,9%) y la falta de sueño (a un 36,2%). La presencia de dos o más de estos factores de riesgo no solo suma, sino que multiplica exponencialmente el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular, primera causa de muerte en nuestro país con unos 330 fallecimientos diarios.

Peso e inactividad: dos disparaderos de la diabetes tipo 2

Existen dos tipos de diabetes: la diabetes tipo 1, insulinodependiente o juvenil, que se caracteriza por una producción deficiente de insulina y requiere la administración diaria de esta hormona. Su causa es todavía desconocida y no se puede prevenir con los conocimientos actuales. En cambio, la diabetes tipo 2, no insulinodependiente o de inicio en la edad adulta, se debe a que el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce.

La mayoría de los diabéticos lo son de tipo 2, algo que, en gran medida, se debe al exceso de peso y a la falta de actividad física. Los síntomas de este tipo de diabetes pueden ser similares a los que ocasiona la de tipo 1, pero con frecuencia son menos intensos. En consecuencia, a veces se diagnostica varios años después de manifestarse los primeros síntomas, cuando ya han aparecido complicaciones. Hasta hace poco, este tipo de diabetes solo se observaba en los adultos, pero en la actualidad se diagnostica cada vez más en niños pero sobre todo mantener el cuidado de la salud bucal .

Cómo debe ser la alimentación de un diabético

La alimentación de una persona con diabetes debe ser equilibrada, ajustada a las necesidades energéticas de cada individuo y debe contener todos los nutrientes imprescindibles para la vida. Seguir una dieta saludable, practicar una actividad física regular, mantener un peso corporal normal y evitar el consumo de tabaco previenen la diabetes de tipo 2 o retrasan su aparición.

Actualmente, la alimentación recomendada para las personas que padecen diabetes cumple los criterios de una alimentación saludable, variada, equilibrada y adecuada para cualquier persona, aunque no sea diabética, por lo que no se puede decir que exista una dieta especial para personas con diabetes, sino que los diabéticos deben cumplir de forma más rigurosa, si cabe, las indicaciones nutricionales que se recomiendan a la población general.

MÁS

Deberemos incorporar MÁS verduras, frutas y hortalizas, cereales en su versión integral, lácteos no azucarados, alimentos grasos saludables y alimentos proteicos no procesados; y

MENOS

Deben restringirse las harinas refinadas, las carnes procesadas, zumos y refrescos, así como los dulces, bollería y alimentos con grasas de peor calidad.

Dominando los hidratos de carbono

Resulta importante que la persona diabética conozca el contenido de hidratos de carbono presente en los alimentos que va a consumir, ya sea utilizando tablas de raciones de hidratos de carbono según el alimento ingerido, o apoyándose en material fotográfico y apps que le puedan ayudar. Este sistema se suele utilizar en aquellas personas que siguen tratamiento con insulina lenta y rápida antes de las comidas o que utilizan bomba de insulina. El objetivo es controlar la cantidad de hidratos de carbono de cada comida del día y así adaptar las dosis de insulina rápida a los hidratos de carbono que se consumen. De esta manera, se puede conseguir una mayor estabilidad en los niveles de glucosa en sangre y reducir el número y la intensidad de episodios de hipoglucemia.

Realizar una alimentación equilibrada, hacer ejercicio regularmente, mantener el peso en rangos de normalidad y realizar el autocontrol de las glucemias, serán las herramientas esenciales para garantizar el éxito en el manejo de la diabetes.

MENÚ EJEMPLO.

Día 1

DESAYUNO: TOSTADA DE PAN INTEGRAL CON AGUACATE Y HUEVO A LA PLANCHA. PIEZA DE FRUTA.