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El síndrome alcohólico fetal es una afección del niño a consecuencia del consumo de alcohol de la madre durante el embarazo. Provoca daño cerebral y problemas de crecimiento de carácter irreversible.
El Trastorno del Espectro Alcohólico Fetal abarca un conjunto de malformaciones y desórdenes que puede presentar una persona cuya madre ingirió bebidas alcohólicas durante la gestación. Si bien cuanto más alcohol consuma una mujer estando embarazada mayor será el riesgo para el feto, los expertos aseguran que cualquier cantidad de alcohol es peligrosa para el bebé, por lo que recomiendan evitar totalmente su consumo en esta etapa o si se tiene previsto concebir. Te contamos el porqué:
- Cuando una mujer está embarazada y bebe alcohol, este pasa al torrente sanguíneo, cruza la placenta y llega al feto.
- El alcohol se concentra en la sangre del bebé en desarrollo en cantidades mayores que en un adulto porque se metaboliza más lentamente.
- El alcohol interfiere en el suministro de oxígeno y en una nutrición óptima del feto pudiendo provocar daños físicos y cerebrales.
Síndrome alcohólico fetal: síntomas
La gravedad de los síntomas del síndrome alcohólico fetal varía de unos niños a otros y puede incluir problemas físicos, alteraciones del sistema nervioso, déficit intelectual y cognitivo, así como dificultades para desenvolverse en la vida diaria.
- Rasgos faciales característicos, con un surco liso entre la nariz y el labio superior, que suele ser excepcionalmente delgado, y nariz corta y hacia arriba.
- Cabeza y cerebro pequeños.
- Deformidades de las articulaciones, extremidades y dedos.
- Crecimiento físico lento, baja altura y peso.
- Dificultades de la visión o problemas de audición.
- Defectos cardíacos y problemas con los riñones y los huesos.
- Comportamiento hiperactivo.
- Problemas de aprendizaje: dificultades de atención y memoria, retraso en el habla, discapacidad intelectual o bajo coeficiente intelectual.
Sin cura
El síndrome alcohólico fetal no tiene cura. El tratamiento incluirá medicamentos para paliar algunos síntomas, una estimulación adecuada, un ambiente enriquecedor y una nutrición adecuada que favorezca el desarrollo. Muchos niños necesitarán apoyo para el aprendizaje escolar. Puede ayudar en la evolución recibir un diagnóstico temprano, antes de los seis años de edad.