Los días 22 y 23 de septiembre se conmemoran, respectivamente, el Día Mundial de la Narcolepsia y el Día Mundial del Síndrome de Piernas Inquietas (SPI), dos patologías neurológicas que deterioran la calidad del sueño y la vida diaria. Según la Sociedad Española de Neurología (SEN), estas dolencias podrían afectar a más de dos millones de personas en España.
Con motivo de estas jornadas, la SEN recuerda que, ante cualquier síntoma compatible con estos u otros trastornos del sueño, es fundamental acudir a una evaluación médica especializada.
“Existe una alta prevalencia de pacientes con trastornos del sueño no diagnosticados, muchos de los cuales recurren a automedicación con tratamientos inadecuados que pueden agravar la enfermedad. Si nuestro descanso no es el adecuado, debemos consultar con un profesional”, señala la Dra. Celia García Malo, coordinadora del Grupo de Estudio de Trastornos de la Vigilia y Sueño de la SEN.
22 de septiembre: Día Mundial de la Narcolepsia
La narcolepsia es un trastorno neurológico crónico que altera los ciclos de sueño y vigilia. En España, unas 25.000 personas conviven con la enfermedad, aunque se estima que el 60% no están diagnosticadas. El tiempo medio hasta obtener un diagnóstico puede oscilar entre 8 y 15 años.
Los síntomas más comunes son la somnolencia diurna excesiva y episodios involuntarios de sueño. Otros signos característicos incluyen cataplejía, parálisis del sueño, alucinaciones hipnagógicas y un sueño nocturno fragmentado y poco reparador.
“Los síntomas son muy heterogéneos y a menudo se normalizan, lo que retrasa el diagnóstico. Sin embargo, identificar la enfermedad a tiempo es clave para reducir su impacto en la calidad de vida”, explica la Dra. García Malo.
Aunque el origen de la narcolepsia sigue investigándose, se sabe que está relacionada con la pérdida de hipocretina, factores genéticos, inmunológicos y ambientales. Puede aparecer en cualquier edad, con picos de inicio en la adolescencia y alrededor de los 36 años.
El tratamiento actual combina fármacos, medidas de higiene del sueño, siestas programadas y apoyo psicosocial. No existe cura definitiva, pero un abordaje integral mejora significativamente la vida de los pacientes.
“El seguimiento médico es fundamental porque la narcolepsia aumenta el riesgo de hipertensión, diabetes, migrañas y trastornos emocionales como la depresión o la ansiedad”, recuerda la especialista.
23 de septiembre: Día Mundial del Síndrome de Piernas Inquietas (SPI)
El síndrome de piernas inquietas (SPI) provoca la necesidad de mover las extremidades inferiores por sensaciones de hormigueo, dolor o malestar. Estos síntomas empeoran durante el reposo, especialmente al final del día, e interfieren con el sueño.
En España, más de 2 millones de personas lo padecen y hasta el 90% podrían estar sin diagnosticar. Se calcula que afecta a un 10% de los adultos y a un 4% de niños y adolescentes, siendo las mujeres el doble de propensas que los hombres, especialmente durante el embarazo o en casos de déficit de hierro.
El SPI puede confundirse con problemas circulatorios o reumatológicos, lo que retrasa su diagnóstico durante años. Aproximadamente el 65% de los pacientes tienen antecedentes familiares y la enfermedad también se asocia a diabetes, insuficiencia renal y neuropatías.
“El SPI no solo repercute en la salud física, también en la mental y emocional. Es una de las causas más comunes de insomnio y no responde a tratamientos hipnóticos tradicionales”, advierte la Dra. García Malo.
Los tratamientos incluyen suplementación de hierro cuando está justificada y fármacos específicos, junto con un seguimiento médico continuo.
“Se trata de una enfermedad crónica y fluctuante, por lo que es fundamental ajustar la medicación en función de cada etapa para mejorar la calidad de vida y el descanso nocturno”, añade la especialista.

