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Cribado a partir de los 45 años de edad
«La incidencia de esta patología es muy elevada, y se espera que en los próximos años aumente debido a los malos hábitos de la población”, explica el doctor Augustin. Por eso muchos expertos nos estamos planteando la necesidad de realizar un cribado a partir de los 45 años de edad. La prueba para realizarlo sería el fibroscan, un tipo de ecografía específica hepática no invasiva y eficaz, que evalúa la presencia de grasa en el hígado y la cantidad de fibrosis del mismo y que, en muchos casos, permite que no sea necesario realizar una biopsia, y que permitiría diagnosticar a los pacientes antes de que la afección evolucione a estadios en los que ya no es reversible o puede poner en peligro su vida «. En este sentido, Vall d’Hebron está participando en un estudio multicéntrico e internacional para evaluar la eficacia de la realización de un cribado poblacional. «Comprobaremos la utilidad del cribado en personas de más de 45 años y con factores de riesgo como sobrepeso, hipertensión o colesterol elevado. De este modo, conoceremos mejor la prevalencia de la enfermedad y podremos poner en marcha estrategias de prevención de manera más precoz y eficiente «, señaló el Dr. Augustin. En caso de que se confirme la enfermedad, un equipo de hepatólogos realiza controles periódicos para evaluar si la enfermedad progresa o se revierte, y ofrece la posibilidad de participar en ensayos clínicos experimentales con nuevos fármacos para detener o revertir la progresión.
Nuevos medicamentos
En la actualidad, no existe un tratamiento farmacológico que permita revertir esta enfermedad, aunque se está investigando muy activamente en el desarrollo de nuevos medicamentos. Precisamente un estudio del grupo de Enfermedades Digestivas y Hepáticas del VHIR, liderado del doctor Augustín, ha conseguido normalizar la hipertensión portal mediante un trasplante fecal (de microbiota intestinal) en un modelo de roedor con enfermedad por hígado graso inducida por la dieta. Publicado en la revista Hepatology, se ha comprobado que «el trasplante de microbiota intestinal corrige las alteraciones de la microbiota intestinal propias de la enfermedad, restablece la sensibilidad a la insulina y, lo más importante, normaliza la hipertensión portal y los principales mecanismos intrahepáticos que la condicionan». Este estudio abrirá nuevas puertas en la investigación para el desarrollo de nuevas terapias en la enfermedad por hígado graso no alcohólico.