La crisis del Covid-19 ha dejado a muchos sectores tocados y hundidos. En el caso de la Farmacia Comunitaria, a juicio del vicepresidente de SEFAC, Vicente Baixauli, “hay intereses en que sea vista por la población o por el sector sanitario como un establecimiento comercial en lugar de sanitario y no forme parte ni colabore con el Sistema Nacional de Salud”. Aunque el Gobierno finalmente parece haber rectificado incluyéndola entre las profesiones sanitarias junto a ópticas y ortopedias, Baixauli, denuncia que “ninguna de las propuestas planteadas al Gobierno por parte de SEFAC ha sido ni respondida ni comentada hasta la fecha por la Administración sanitaria”.

Vicente J. Baixauli es vicepresidente de la Sociedad Española de Farmacéuticos Comunitarios (SEFAC)

Desde que empezó la crisis del coronavirus, SEFAC ha manifestado su total disposición a colaborar con las autoridades sanitarias y el resto de agentes de salud. Por qué cree que el Gobierno sigue sin querer ver el importante papel sanitario y asistencial que tienen las más de 22.000 farmacias que existen en nuestro país.
Porque hay intereses en que farmacia comunitaria sea vista por la población o por el sector sanitario como un establecimiento comercial en lugar de sanitario y no forme parte ni colabore con el Sistema Nacional de Salud. Creo que a lo largo del Estado de Alarma se ha podido apreciar la imagen que se ha querido dar de la farmacia comunitaria, cómo se le ha tratado y cómo se quiere contar con ella. No sé si estos intereses son del propio Gobierno, de sus asesores o de los que ahora tienen los puestos de responsabilidad en todas estas decisiones, pero desde luego, su actitud frente a la farmacia no pasa desapercibida para los farmacéuticos comunitarios. Tampoco sé el porqué de este tratamiento, no sé qué hemos hecho los farmacéuticos comunitarios para que nos traten así.

Cuáles son las actuaciones que ha propuesto SEFAC desde el principio ante la emergencia sanitaria provocada por el coronavirus y cuáles son las que han tenido mejor acogida.
Básicamente 3: regulación de la dispensación domiciliaria y de medicamentos de dispensación hospitalaria, facilitar las dispensaciones excepcionales en aquellos casos en que se requiera dar una solución al paciente que no tiene facilidades para acudir al centro de salud, realización de test de detección de anticuerpos y modificación de la consideración a las farmacias en cuanto a riesgos laborales como comercios y no como establecimientos sanitarios. Ninguna de ellas ha sido ni respondida ni comentada hasta la fecha por la Administración sanitaria.

En el documento “Prevención de riesgos laborales vs. COVID-19” del pasado 17 de abril, coordinado por el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST), SEFAC manifestaba su rechazo absoluto a la vinculación de las farmacias dentro del sector comercial junto con estancos, droguerías, establecimientos de alimentación, etc. ¿Cuáles son las implicaciones que esto conlleva?
Esta consideración tiene relevancia a nivel de las medidas de protección para el personal de la farmacia frente al riesgo de exposición al contagio por el coronavirus SARS-CoV-2, y en consecuencia para las bajas por enfermedad. De forma paradójica, Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, aseguró en una de sus comparecencias que la exposición al riesgo de los farmacéuticos durante esta pandemia era inherente a su profesión, como forma de justificar la falta de voluntad o capacidad de la Administración para dotar de equipos de protección a los farmacéuticos. Me pareció una contestación muy poco acertada y que mostró muy poca sensibilidad a todos los trabajadores sanitarios de las farmacias comunitarias, que sin medios han trabajado en primera línea como servicios esenciales, aunque no trabajemos en los hospitales o en las UCI. Si después de lo que ha pasado en relación con los trabajadores sanitarios de este país y las medidas de protección frente al coronavirus SARS-CoV-2 las autoridades sanitarias no toman nota, piden disculpas y asumen responsabilidades, creo que independientemente de las acciones legales que se produzcan, la autoridad moral de las Administraciones públicas para con los profesionales sanitarios se perderá y será muy difícil de recuperar para una futura ocasión. Por este motivo, si el documento no se rectifica creo que el problema pasará a otro nivel superior de denuncia que el meramente formal informativo. 

Ustedes denunciaban que este documento no sólo desconoce la labor clínica y asistencial de los farmacéuticos comunitarios sino también los riesgos que asumen durante la actual pandemia. De qué manera les afecta, por ejemplo, a nivel laboral, el hecho de no ser reconocidas dentro del sector sanitario.
Las medidas preventivas y de protección personal que se requieren en los centros sanitarios son diferentes a las que se requieren en los estancos o un supermercado. En estos lugares, si bien se atiende a personas, no se atiende mayoritariamente a personas enfermas, probablemente asintomáticas, ni se les mide la presión arterial, se les mide el tobillo, se les enseña a utilizar un inhalador, se les mide la glucemia, se les administra una insulina o se les realiza una cooximetría o mide un flujo espiratorio. El grado de exposición al contagio es muy diferente y es mucho más similar al que presentan los profesionales sanitarios que trabajan en los centros de atención primaria. Pero este grado de exposición no es solo para los farmacéuticos comunitarios que prestan los servicios farmacéuticos asistenciales a los pacientes, sino también para los propios pacientes más vulnerables a la gravedad del contagio por COVID, que acuden a las farmacias a por sus tratamientos farmacológicos y coinciden con otros que pueden contagiarles, o que podrían ser contagiados por el propio personal de la farmacia si éste estuviera contagiado.

Finalmente, a instancias de SEFAC el ministerio de Trabajo ha modificado su texto de riesgos laborales por Covid-19, donde reconoce el carácter sanitario de la farmacia, junto a ópticas y ortopedias. ¿En qué medida cree que esto indica un cambio de voluntad hacia la farmacia comunitaria por parte del Gobierno?
Desde SEFAC queremos agradecer al Ministerio su respuesta y consideramos que es un gran logro que se haya atendido esta petición y un paso adelante en la buena dirección. Esto demuestra además la sensibilidad del Gobierno ante la gran cantidad de contagios entre los profesionales sanitarios de la farmacia debido a su exposición (recientemente se ha incrementado el número de farmacéuticos fallecidos como consecuencia de la COVID-19). Seguiremos trabajando para que nuestra profesión siga teniendo el reconocimiento que merece por parte de la Administración, y que la población ya nos otorga como agentes de salud, y para que se aproveche el potencial sanitario de la farmacia comunitaria en la pandemia y el escenario de desescalada que se plantea para los próximos meses.

De hecho, desde el comienzo de la crisis, los farmacéuticos no han contado con el material necesario para evitar los contagios y las cifras hablan de 10 farmacéuticos muertos y dos técnicos, 456 profesionales ingresados y 48 farmacias cerradas, de las cuales 20 ya han vuelto a abrir. ¿Cómo cree que debería haber actuado desde el principio? ¿Qué comunidades han sido las más afectadas por la improvisación? ¿Cómo se está controlando la situación?
En primer lugar, creo que se debería haber informado y contado con el personal de las farmacias, lo segundo haber distribuido entre el personal de las farmacias mascarillas y elementos de protección. Si no habían o habían pocas se debía haber dicho, y dar instrucciones para prevenir el contagio sin mascarillas. En la práctica el sentido común y nuestra preparación como profesionales sanitarios, y ante el desamparo de la Administración sanitaria, ha hecho que los farmacéuticos comunitarios hayamos actuado por nuestra cuenta y tomado decisiones para protegernos y proteger así la continuidad de la prestación farmacéutica. Todavía seguimos abandonados, se han repartido mascarillas a transportistas, pacientes, etc. y aún estamos esperando que nos las proporcionen, aunque sea para que nos traten igual que otros, que nos hagan los test correspondientes o que por lo menos se disculpen por no haberlo hecho. Creo que todas las comunidades se han visto afectadas por la improvisación, pero lo han sufrido más aquellas donde ha habido una mayor incidencia de COVID-19. La situación se está controlando porque el confinamiento está dando su resultado, pero está por ver qué ocurre cuando se produzca el desconfinamiento. Si no se toman otras medidas, como no parece que se vayan a tomar, creo que se descontrolará.

Ustedes han denunciado no solo la desprotección frente al coronavirus, sino también la desprotección frente a robos. De hecho, la Guardia Civil estaría investigando un total de seis robos en farmacias de Madrid. Qué medidas exigen al Gobierno para estar más protegidos.
Al Gobierno, en un Estado de Alarma, creo que una de las cosas que se le puede exigir es que mantenga la seguridad de los servicios esenciales. Los atracos a las farmacias es otra muestra más del abandono que hemos sufrido las farmacias. Además, parece que esto solo afecte al personal de las farmacias, cuando las farmacias están prestando un servicio público a la población. Proteger las farmacias de atracos es proteger a la población, no solo individualmente por los pacientes que acuden a ellas, sino también como un servicio esencial para el funcionamiento de nuestra sociedad en esta situación. Por el contrario, creo que hay que agradecer al Gobierno, en este sentido, la inmediata reacción ante este problema y cómo ha puesto los medios para que no ocurra. Personalmente y el resto del equipo de mi farmacia nos sentimos más protegidos y valorados.

Después de muchas peticiones, la Comisión Interministerial de Precios ha fijado un precio máximo de venta al público de las mascarillas quirúrgicas de 0.96 euros. Pero ¿qué pasa con los farmacéuticos que compraron mascarillas a un precio mayor? ¿Cree que la regulación del precio ha llegado tarde?
Pues que van a perder dinero, si bien los farmacéuticos comunitarios ya estamos acostumbrados a estas intervenciones administrativas periódicas que realiza la Administración sanitaria para gastar menos. La regulación del precio ha llegado tarde y mal. Sin entrar en el tema de fondo, que es la gestión de la disponibilidad de mascarillas en nuestro país, la decisión ha llegado tarde porque era una situación denunciada por los propios farmacéuticos y conocida y permitida desde el primer momento en que se declaró el Estado de Alarma. En gran parte, creo que esto se ha debido también a la falta de criterio a la hora de recomendar el uso de las mascarillas en la población, primero no, luego solo sanitarios, ahora sí… La decisión también ha sido mala porque sólo ha hecho perjudicar al que menos podía hacer para solucionarla y perjudicar a la imagen de la farmacia frente a la población, algo que creo que no ha sido casual. Personalmente creo que intervenir únicamente el precio de venta al público es inefectivo e injusto porque sólo dañas al último eslabón de la cadena y puedes provocar situaciones contrarias a las que quieres solucionar.

En los últimos días se han producido alteraciones en la información sobre los afectados por el COVID-19 que distorsionan la fiabilidad de la serie. Por qué es tan necesaria la transparencia en los datos para que se produzca la tan ansiada desescalada.
Es evidente que la toma de decisiones en la gestión de una crisis sanitaria debe tener en cuenta la información proveniente de los datos. Cuantificar la incidencia de contagiados, de fallecidos y de hospitalizados es básico para la lucha contra esta pandemia, pero no lo es menos la confianza de la población en las decisiones. Si las decisiones no se explican, no se dice toda la verdad o los datos sobre las que se apoyan no son rigurosos se corre el riesgo de perder esa confianza y el seguimiento de las recomendaciones.

“El sentido común y nuestra preparación como profesionales sanitarios, y ante el desamparo de la Administración sanitaria, ha hecho que los farmacéuticos comunitarios hayamos actuado por nuestra cuenta y tomado decisiones para protegernos y proteger así la continuidad de la prestación farmacéutica”

En qué medida es importante la realización de estos test masivos a la población para la vuelta a la normalidad. ¿Qué papel cree que puede tener la farmacia en la fase de desescalada?
Es imprescindible. Creo que para abordar con éxito una desescalada del confinamiento hay que saber o estimar el número de pacientes que han pasado o no la enfermedad y sus datos poblacionales (edad, sexo, ubicación, etc.) y tener un plan en que la atención primaria y no los hospitales sean el pilar de la gestión de la pandemia. El papel de la farmacia creo que puede ser decisivo si se hace correctamente, dada su cobertura poblacional y accesibilidad y proximidad a la población. Creo que la realización de los test rápidos de anticuerpos y la atención coordinada con los centros de salud de los pacientes crónicos y polimedicados, tanto domiciliaria como en la farmacia, podría marcar la diferencia. La desescalada bien planificada puede servir de banco de pruebas para innovar en la atención primaria incorporando una mayor colaboración de la farmacia comunitaria con el resto del Sistema Nacional de Salud.

En este sentido, los farmacéuticos también han tendido la mano al Ejecutivo, ofreciendo sus establecimientos para la realización de test de detección masivos a través de la tarjeta sanitaria como requisito, algo que hasta la fecha no es legal y que el Gobierno ha declinado. ¿Cree que finalmente se llevará a cabo esta iniciativa?
Quiero pensar que sí, pero me da la impresión, después de lo visto, de que si lo hace será por pura necesidad y no por convencimiento.

Vicente Baixauli: “El papel de la farmacia creo que puede ser decisivo si se hace correctamente, dada su cobertura poblacional y accesibilidad y proximidad a la población”

A instancias de SEFAC, en algunas comunidades autónomas como Aragón o Andalucía, los farmacéuticos comunitarios están colaborando en la dispensación y seguimiento de los medicamentos de diagnóstico hospitalario. ¿Cómo está siendo la experiencia de farmacéuticos y pacientes? ¿Cree que esta es una medida que llega para quedarse?
Creo que la experiencia está siendo positiva desde el momento en que el paciente está viviendo asombrado cómo algo tan sencillo no puede hacerse de forma habitual. Alguien debería de dar explicaciones por ello. Sin embargo, creo que todavía lo podría ser más si no solo se utilizase a la farmacia de forma logística para recoger los medicamentos y se utilizase como un complemento a la atención farmacéutica hospitalaria. Creo que esta medida, que nosotros llevamos defendiendo desde hace varios años, así como otras, están poniendo de manifiesto lo poco que se piensa en los pacientes en el día a día de su asistencia, y esto se está viendo. Quiero pensar que aprenderemos de esta situación y se mantendrá cuando pase la pandemia.

Otra petición de SEFAC, que ha contado con el respaldo de asociaciones como el Foro Español de Pacientes y que ha tenido buena acogida es la dispensación de medicamentos a domicilio. En qué condiciones y qué requisitos deben reunir los pacientes para esta dispensación. Cuáles son las líneas maestras del documento que ha elaborado.
SEFAC publicó en abril una propuesta de dispensación y entrega de medicamentos y productos sanitarios en el domicilio del paciente, precisamente para orientar sobre estas condiciones y requisitos, así como para dotar de un procedimiento de actuación práctico al farmacéutico que tuviese que llevar a cabo esta actividad. El documento tiene un decálogo que recoge las directrices que debería seguir la regulación de la entrega de medicamentos a domicilio, pero las ideas más importantes están relacionadas con la diferenciación entre dispensación y entrega y la inclusión de la entrega de los medicamentos en el marco de un programa de atención farmacéutica domiciliaria.

Esta crisis ha puesto de manifiesto más que nunca la necesidad de una buena comunicación entre médicos y farmacéuticos, materializada en la celebración del Congreso Nacional Médico & Farmacéutico SEMERGEN-SEFAC. ¿Cómo ha reforzado la pandemia esta colaboración?
Creo que esta pandemia, lamentablemente y hasta el momento, ha reforzado muy poco esta colaboración, ya que seguimos sin poder comunicarnos y la intervención de la atención primaria en la gestión y abordaje de esta pandemia ha brillado por su ausencia. Salvo que en la desescalada se hagan las cosas de otra forma, creo que se ha perdido una oportunidad para mejorar la comunicación entre los profesionales sanitarios de la atención primaria.

Cree posible la celebración en noviembre del IX Congreso Nacional, previsto inicialmente para mayo en Bilbao. Qué aspectos van a abordar si finalmente puede celebrarse. Sin duda el programa habrá cambiado radicalmente…
No soy muy optimista al respecto, pues como profesionales sanitarios de un servicio esencial a la población estamos sujetos al devenir de la pandemia. Este invierno puede ser muy duro en relación con la carga de trabajo que puede haber. El congreso ya estaba organizado y si bien la pandemia por coronavirus estaba prevista que tuviera su incidencia en el programa, los temas más importantes no han cambiado, sino que se han agudizado, por lo que el programa, que es el más amplio en la historia de los congresos de SEFAC, no se ha modificado radicalmente. Algunos de los contenidos previstos tenían que ver con el papel de la indicación farmacéutica en la sostenibilidad del SNS, el impacto de las nuevas tecnologías y la inteligencia artificial en la profesión, las novedades terapéuticas en distintas patologías, la implantación práctica de los servicios profesionales farmacéuticos asistenciales…

¿Qué impacto económico cree que va a tener esta crisis para la farmacia? Algunas consultoras hablan de pérdidas de entre el 5 y el 10% en las ventas totales… ¿Y a nivel psicológico y social?
Desde luego la crisis no va a ser positiva para la economía de la farmacia, pero creo que afortunadamente esta crisis no va a tener un gran impacto económico para la farmacia en comparación con el resto de sectores de actividad. Un impacto del 5-10% no me parece un impacto preocupante para lo que podría suponer teniendo en cuenta el escenario económico global. Me preocupan mucho más otros tipos de impactos, entre ellos el sanitario, sobre todo el impacto clínico en los pacientes.
A nivel psicológico y social esta crisis sanitaria ya ha comenzado a provocar efectos, algunos lo vemos en el día a día de la farmacia. En general creo que esta crisis está provocando que la población piense, se dé cuenta de cosas que hasta ahora no había pensado o valorado y esto tendrá un impacto significativo a varios niveles.  

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Redacción Consejos

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