Conducta suicida y enfermedad mental

10 de septiembre, Día Mundial para la Prevención del Suicidio

La conducta suicida es un conjunto heterogéneo de situaciones psicológicas complejas que incluyen la ideación y la planificación suicida, el intento de suicidio y el suicidio. 

La organización Salud Mental España define el suicidio como una conducta resultante de un sufrimiento terrible e inabarcable para la persona que, por no disponer de atención médica cualificada, por condicionantes sociales (bullying, discriminación, pobreza…), así como por la falta de recursos para gestionar las emociones, vive situaciones que le llevan a acabar con su vida. 

En 2020 se suicidaron en España 3.941 personas, según datos del INE y, de ellas, 3 de cada 4 fueron hombres. Si bien es cierto que en nuestro país se suicidan más hombres que mujeres y más personas de edad avanzada que jóvenes, son las mujeres y los jóvenes los que lo intentan y lo piensan más. Las cifras son preocupantes, las muertes por suicidio casi triplican los fallecimientos por accidente de tráfico, y el lastre que dejan a su paso enorme: por cada persona que se suicida, al menos otras seis resultan profundamente afectadas.

Depresión y suicidio

Numerosos estudios ponen de manifiesto la fuerte relación entre depresión y conducta suicida. Los expertos señalan que el 90% de las personas que cometen suicidio tienen un problema de salud mental, principalmente depresión. 

Pero también hay otros factores de riesgo que pueden abocar a quitarse la vida: sufrir dolor crónico u otras enfermedades no psiquiátricas (cáncer, VIH, Parkinson, Alzheimer…); el estigma; la pérdida (ya sea familiar, laboral o financiera) o la soledad y la desesperanza. El consumo de alcohol y otras sustancias; haber tenido un intento de suicidio previo; haber sufrido maltrato infantil o tener antecedentes familiares, son factores también involucrados en la conducta suicida.

El suicidio se puede prevenir (Libro Blanco Depresión y Suicidio)

  1. Mediante la detección precoz y tratamiento de las personas de riesgo.
  2. Mejorando la capacitación de los profesionales de la salud.
  3. Restringiendo el acceso a posibles medios letales. 
  4. Con mayor concienciación sobre salud mental
  5. Con medidas para reducir los factores de riesgo: consumo excesivo de alcohol, abuso de drogas, exclusión social, depresión y estrés.
  6. Facilitando vías de ayuda tras un intento de suicidio.

Tratamiento farmacológico

Varios estudios han demostrado que el litio, administrado con antidepresivos y antipsicóticos atípicos, reduce el número de suicidios en pacientes con depresión mayor o trastorno bipolar. También la clozapina reduce el riesgo en pacientes con esquizofrenia. Existen tratamientos nuevos con esketamina intranasal que han demostrado un efecto antidepresivo rápido y mantenido, y con fármacos utilizados para el tratamiento de la abstinencia de alcohol y opioides. La terapia electroconvulsiva (TEC) sigue siendo eficaz para el tratamiento de la depresión grave y de la depresión suicida. 

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María José Merino

María José Merino

Sevillana de adopción y Granadina de nacimiento y de corazón, donde no dudo en escaparme cada vez que puedo. Licenciada en periodismo por la Universidad de Navarra, trabajé durante la carrera en los...