desodorante para sudor excesivo

La expresión “echarse a sudar” simboliza a la perfección lo que les ocurre a las personas predispuestas frente a las elevadas temperaturas o ante situaciones de estrés o ansiedad. De ahí que los expertos hablen de sudor físico y sudor emocional según sea la causa que lo provoca.

Una mancha de sudor en las axilas es algo que nadie quisiera mostrar en una entrevista de trabajo o en una cita. Sin embargo, combatirlo es harto difícil cuando nos enfrentamos a las elevadas temperaturas del verano o cuando vivimos una situación de miedo, estrés o ansiedad. De ahí la importancia de elegir el desodorante más adecuado.

Entender la transpiración

La transpiración es un mecanismo fisiológico gracias al cual los seres humanos regulamos nuestra temperatura corporal. Cuando ésta sube, las glándulas ecrinas (entre 2 y 5 millones en el ser humano) se estimulan provocando la transpiración, que al evaporarse de la superficie de la piel, la refresca reequilibrando la temperatura. Si la cantidad normal de sudor del ser humano es de un litro diario, en situaciones extremas podemos llegar incluso a sudar 2 litros por hora y hasta 10 litros diarios.

La transpiración no sólo entra en funcionamiento por el calor o por el ejercicio físico, sino también por situaciones que causan vergüenza, miedo o tensión. En función de la causa de la transpiración puede hablarse de sudor físico o sudor emocional. Este último es hasta cinco veces superior en cantidad que el sudor físico y tiene un olor más intenso.

¿Sudas en exceso? Cómo combatir la hiperhidrosis

El olor del sudor

El sudor, en sí, es inoloro porque el líquido segregado por las glándulas ecrinas no tiene ningún olor. Es cuando interactúa la flora bacteriana con el sudor cuando se produce el mal olor. Concretamente, el olor lo producen las glándulas apocrinas en combinación con la flora bacteriana debido a que éstas no segregan agua sino otras sustancias como grasas, lípidos, etc.

Desodorantes y antitranspirantes

A la hora de elegir, es importante tener en cuenta que existen dos categorías de productos para combatir el sudor: los desodorantes (neutralizan el mal olor) y los antitranspirantes (regulan el olor y la humedad):
• Los desodorantes combinan una acción reductora de las bacterias con fragancias que neutralizan el olor para ofrecer una protección eficaz contra el mal olor corporal.
• Los anti-transpirantes actúan directamente sobre la causa del problema, la transpiración, ejerciendo una acción reguladora que limita tanto el olor como la humedad. La sustancia activa de su formulación se disuelve al entrar en contacto con el sudor y la humedad, formando un gel que regula la cantidad de sudor que segregan las glándulas ecrinas.

La combinación “inteligente”

Hoy en día, los fabricantes tienen una premisa común que combina el factor desodorante con el antiperspirante: eliminar las sales de aluminio de la composición e incluir otros ingredientes que no se limitan a retener la humedad de las axilas, sino que impiden la degradación de la transpiración en malos olores. Pero cuál es el desodorante ideal, según los expertos: aquel que combinan tanto fragancias como ingredientes antitranspirantes. El “último grito” en cuanto a su formulación es la inclusión de aceites esenciales. Eso sí: hay que recordar siempre que no hay desodorante que sea eficaz si la piel sobre la que se aplica no está limpia.

Hiperhidrosis, la cosa se pone seria

Hay ocasiones en las que el uso del desodorante no es suficiente para frenar la sudoración. Es el caso de las personas que padecen hiperhidrosis o exceso de sudoración en las palmas de las manos, de los pies y axilas. De origen emocional (aunque también tiene un componente genético), llega a alterar el equilibrio emocional y ocasiona graves problemas psicológicos. La hiperhidrosis, por lo tanto, no es un problema ligado a las altas temperaturas, sino que ocurre durante todo el año. Se trata de un problema que afecta más a hombres que a mujeres y que padece casi un 1% de la población, preocupando más a los adolescentes aunque también puede darse en la edad adulta.

Según el doctor López Estebaranz, jefe de servicio de la Fundación Hospital Alcorcón de Madrid y miembro de la AEDV, el tratamiento estrella de la hiperhidrosis es la toxina bolutínica, que aplicada de forma intradérmica y muy superficial, no requiere normalmente anestesia excepto en las manos. Sus efectos duran 6  meses aproximadamente en las manos y 9 en las axilas.

La doctora Natalia Ribé, directora médica del Instituto del mismo nombre, nos explica en qué consiste este tratamiento: “Se infiltra el botox en diferentes puntos, subcutáneamente. Las zonas en las que se suele aplicar son las palmas de las manos, las axilas y la planta de los pies. El procedimiento se realiza previa aplicación de anestesia local tópica (o con crioanestesia en la zona de las axilas). Una vez finalizado el tratamiento, el paciente puede realizar sus actividades normales y se le advierte que empezará a notar una disminución de la sudoración entre el cuarto y el séptimo día”, aclara.

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Redacción Consejos

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