Un imprescindible
El SPF (Factor de Protección Solar) es esencial para luchar contra el daño solar. Sigue las recomendaciones de nuestros expertos para un buen uso.
La protección solar es una especie de aprendizaje continuo por la innovación permanente que hay en el ámbito de la fotoprotección y de los productos y opciones para lucir un moreno “saludable”. Antes de exponerte sol, ponte al día con lo último.
“La población debe tener claro que la protección solar no sólo es vital para prevenir el cáncer cutáneo sino también para alcanzar y mantener la salud y la belleza de la piel”. Esta es la conclusión expresada por María Vitale, dermatóloga y medical manager de Cantabria Labs, en su comentario a los resultados del VIII Observatorio Heliocare Hábitos al Sol. Y es que, tal y como reflejan los datos de este informe, todavía hay un porcentaje muy alto de personas (el 45%) que piensan que tener la piel morena por exposición al sol es sinónimo de belleza y/o salud. Otra evidencia destacable es que para el 36% de los encuestados, los criterios más valorados a la hora de elegir un fotoprotector son la textura y la fácil aplicación del producto, por delante del SPF (un 28%) y la marca (un 15%).
¡Nunca más sin mi SPF!
“El SPF es el mejor cosmético antiedad; el SPF es el mejor protector frente al daño solar…”. Los expertos coinciden en que este es el mensaje que, a modo casi de mantra, debería transmitirse hasta la saciedad y que todos deberíamos interiorizar antes de exponernos al sol. Sin embargo, y coincidiendo con lo reflejado en el Observatorio de Cantabria Labs, Estefanía Nieto, directora técnica de dermocosmética de Medik8, comenta que su uso sigue siendo una asignatura pendiente entre los españoles respecto al cuidado de la piel, por la reticencia (consciente o inconsciente) que aún demuestran frente a la evidencia de que, sí o sí, hay que usar SPF no sólo en verano, sino todo el año: “Sólo aumenta la concienciación sobre su utilización en verano y en momentos muy concretos en los que vamos a estar expuestos mucho tiempo a la radiación solar; es decir, la mayoría de las personas sólo se aplican fotoprotección cuando van a la playa y, en muchos menos casos, a diario. Así lo avalan las cifras de ventas de productos con filtro solar, que descienden mucho en otoño y en invierno”. como
“Potenciadores” para multiplicar la protección
Además de incluir el SPF en la rutina diaria y elegir el producto solar más adecuado a las características de la piel (existe un amplio repertorio de opciones), la tendencia es incorporar estrategias complementarias para asegurar una fotoprotección 100% segura y completa. Una de ellas es la inclusión, cada vez más generalizada, en estas formulaciones de los llamados “potenciadores del escudo solar” que, como explica la cosmetóloga Raquel González, directora técnica de Perricone MD, son otros activos cosméticos presentes en estos productos que actúan en sinergia con los filtros con un claro objetivo: blindar a la piel frente a otros daños colaterales del sol:
“Cuando las radiaciones UVA y UVB penetran en la piel producen alteraciones en el ADN celular cutáneo, que es lo que puede provocar la aceleración del fotoenvejecimiento y de otras patologías más o menos graves. El SPF funciona alterando esa radiación para evitar que dañe el tejido, pero también conviene completar las fórmulas solares con otros ingredientes que promuevan la regeneración o que, incluso, reparen el ADN dañado por la luz”, dice la experta. Entre los potenciadores más habituales destacan los siguientes:
- Antioxidantes: Muchas fórmulas con SPF incluyen antioxidantes, como la vitamina C. Y no es por casualidad, de acuerdo con lo que comenta Marta Agustí, directora dermocosmética de Boutijour: “Nuestras células tienen iones, y cuando la radiación los ataca, algunos de estos iones desaparecen. Por ello, las células intentan auto-equilibrarse, ‘robándose’ unas a otras estos iones y produciendo desajustes en forma de radicales libres. En esta situación, lo que hacen los antioxidantes es donar los iones que desaparecen con la radiación, evitando que se produzcan los desajustes y, con ello, los daños en el tejido”.
- Fotoliasa: Se trata de una enzima que ejerce como agente reparador del ADN y refuerza los mecanismos naturales de reparación de la piel tras la exposición a los rayos UV.
- Factores de crecimiento: Son vegetales, hierbas y hongos que ayudan al organismo a adaptarse al medio ambiente, reduciendo el estrés y permitiendo a la piel regular sus defensas naturales. De esta forma, favorecen su renovación y evitan ciertos daños.
- Reforzadores del SBF: Los UVA y UVB no son los únicos enemigos de la piel; de hecho, los rayos UV que la dañan suponen alrededor del 5% de la luz solar, mientras que los responsables de lo que se conoce como luz azul representan el 30%. Es por eso que actualmente ya no se habla sólo del SPF sino también del Skin Blue Filter (SBF), esto es, de filtros que protegen específicamente frente a este tipo de radiación. La acción de estos filtros se puede potenciar con la aplicación tópica de ingredientes como el teobroma del cacao y también desde el interior, con suplementación nutricosmética que incluya sustancias protectoras de la luz azul: biotina, luteína, aceite de oliva, vitamina E…
Broncearse en tiempos de cambio climático
En línea con la tendencia a incluir potenciadores está el hecho de que las formulaciones de los productos solares cada vez tienen más en cuenta a otros elementos “emparentados” con la radiación solar, y de los que se podría decir que pertenecen a su misma “familia” o “fenómeno”: el cambio climático.
Estamos hablando, entre otros, del incremento de las temperaturas o de la reducción de la capa de ozono y de la humedad. A esto hay que unir la continua exposición a la polución, las partículas ambientales que, sin que nos demos cuenta, se adhieren a diario a nuestro rostro (de ahí la importancia de limpiar la piel a fondo todos los días, nos maquillemos o no) y a la luz azul que emiten los dispositivos digitales.
El dermatólogo Gabriel Serrano, fundador de Laboratorios Sesderma, comenta al respecto que “los nuevos factores ambientales y el incremento de la radiación solar están provocando un aumento de patologías relacionadas con los cambios en la piel, como hiperpigmentaciones, eritema solar, envejecimiento cutáneo prematuro, daño ocular, debilitamiento del sistema inmunitario, reacciones fotoalérgicas e, incluso, cáncer de piel. Esto pone de evidencia la necesidad de generar una mayor concienciación sobre la importancia del uso de fotoprotector a diario como hábito”.
¿Cómo actuar ante este escenario ambiental? La clave está en buscar productos solares “con un plus”, esto es, que incorporen, junto al SPF, activos enfocados a paliar los efectos de esos “nuevos enemigos”. Por eso, firmas como Sesderma están apostando por líneas solares que, además de proteger a la piel frente a la acción de los rayos UV, por un lado contengan ingredientes con propiedades antipolución, protectores frente a la luz azul y reparadores del ADN celular cutáneo y, por otro, ofrezcan beneficios adicionales para necesidades concretas: combatir los signos de edad, tratar las pieles grasas, proteger a las pieles sensibles y prevenir las manchas, entre otras.
El gran dilema: ¿usar o no la crema solar del año pasado?
-Fecha de caducidad. Todos los protectores solares tienen fecha de caducidad, y para conocerla basta con buscar en el producto el PAO (period after opening) que se representa con un bote y un número. Tal y como explica la farmacéutica Belén Acero, titular de Farmacia Avenida América y especialista en dermofarmacia, el PAO indica cuánto dura (expresado en meses) el producto después de abrirlo. “Si ves que, por ejemplo, en el dibujo del bote figura 12M significa que el protector solar sigue siendo válido durante los 12 meses posteriores a su apertura. Más allá de esta fecha, el producto se considera caducado y no se recomienda aplicarlo, ya que no protegerá como es debido frente a la radiación solar”. Además del PAO, hay otras peculiaridades de este producto a tener en cuenta:
-¿Qué puede pasar si me aplico una crema solar caducada? Tal y como explica Belén Acero, la razón por la que deja de funcionar un fotoprotector después de la fecha de caducidad se debe a los filtros que contienen estos productos, los cuales tienen la peculiaridad de ser extremadamente poco estables. “Si un producto de protección solar se ha deteriorado, existe un riesgo potencial de alteración química de los ingredientes, lo que aumenta la probabilidad de reacciones o irritación y, por supuesto, los filtros solares dejan de ser efectivos. La consecuencia de esto es que aumenta el riesgo de sufrir una quemadura solar, además del envejecimiento prematuro de la piel, manchas y problemas cutáneos más graves. Uno de los efectos más frecuentes es la aparición de una reacción alérgica, especialmente si tras aplicar la crema nos exponemos al sol”.
-Olor, textura y otras pistas. Una vez superada la fecha de caducidad, algunos “síntomas” pueden darnos pistas de que la crema solar debe salir de la bolsa de la playa e ir directamente a la basura: “Existen formas de ver fácil y rápidamente si este producto sigue siendo efectivo: el olor (se vuelve desagradable y rancio); la textura (más viscosa y densa); el producto se separa en dos fases; el color tiende a oscurecerse y ser más amarillo (incluso pueden salir motitas blancas); y aparece líquido al aplicar el producto”, dice Belén Acero.
-Y si está sin abrir, ¿puedo usarla? “Las cremas solares sin abrir, obviamente tienen una vida útil mucho más larga, pero eso no significa que se puedan almacenar durante años. En general, un protector solar intacto se puede conservar durante un máximo de 36 meses a 3 años, siempre y cuando se haya mantenido en condiciones adecuadas; de lo contrario, la calidad del producto puede verse afectada. Para ello, es necesario guardarlo en un lugar oscuro y sin humedad, ya que en el caso de los cosméticos en general, y de los solares en particular, si se dejan expuestos a la luz solar directa, incluso las formulaciones más estables pueden degradarse”, afirma la farmacéutica.
Fotoprotección oral: porqué no puedes pasar sin ella
Aunque hay que tener muy claro que la nutricosmética solar nunca va a sustituir a la crema solar, sí que es importante incluirla como complemento en el plan de preparación a la exposición a la radiación, ya que aporta muchas ventajas para el cuidado de la piel en verano. Los expertos de Luxmetique enumeran los beneficios más destacables de la fotoprotección oral:
- Los activos específicos que aportan mejoran, desde dentro hacia fuera, el estado integral de la piel, dejándola más sana, suave e hidratada.
- Proporciona una fotoprotección controlada, especialmente en las personas con riesgo: las que padecen rosácea, melasma, vitíligo u otras enfermedades cutáneas, como la alergia solar.
- Tiene una acción preventiva (antioxidante y antimanchas) frente al envejecimiento.
- Ofrece un efecto positivo a corto, medio y largo plazo.
- Prepara a la piel para conseguir un bronceado más rápido y homogéneo.
En constante evolución
Las fórmulas de nutricosmética solar han evolucionado desde los primeros productos, a base de betacarotenos y vitaminas y otros ingredientes “veteranos” como el extracto de Polipodium leucotomos, un helecho que neutraliza los efectos de la radiación solar. “Actualmente hay fórmulas que han ido incorporando distintos principios activos que complementan la función fotoprotectora y que, además de bloquear las radiaciones UVA y UVB, previenen el eritema y la deshidratación de la piel, reducen la inflamación, previenen la aparición de manchas y proporcionan un bronceado bonito y duradero”, dicen desde Luxmetique.
También se ha innovado mucho en la presentación. La última “moda” son las versiones gummies (en forma de gominolas), como la que acaban de lanzar Oenobiol, con una fórmula que fotoprotege y favorece un moreno saludable a la vez. O Arkopharma, que también nos recuerda la importancia de comenzar a preparar la piel con tiempo y ha lanzado Arkosol® en dos formatos distintos: Arkosol® Caramelos de Goma y Arkosol® Intensivo en forma de cápsulas.
En cuanto al “manual de uso”, lo aconsejable es empezar a tomar estos productos 15 días o un mes antes de la exposición solar, aunque muchos de los activos incluidos en las formulaciones más novedosas resultan eficaces desde la primera toma. La dosis diaria es de 1-2 veces al día, según el tipo de producto.
Autobronceador: de “plan B” a aliado del sunkissed
Tradicionalmente, al efecto que produce se le ha llamado “moreno de pega”, pero poco a poco el autobronceador ha ido ganándose su lugar como cosmético imprescindible tanto en verano como “fuera de temporada”, ya que se trata de la opción más saludable para dar color a la piel y, de paso, hidratarla y nutrirla.
Otro punto a su favor es que, en perfecto tándem con la exfoliación, permite lucir uno de los looks más seductores: el llamado efecto sunkissed. Katia Simone, cofundadora de OAKlabs, comenta porqué ambos gestos cosméticos deben ir juntos: “La eliminación de las células muertas, impurezas y rugosidades de la piel favorece un tono mucho más uniforme y duradero. Además, la exfoliación también prepara a la dermis para recibir los tratamientos posteriores”.
En cuanto a las pautas a seguir para una exfoliación corporal eficaz, la experta apunta que lo aconsejable es realizarla 2-3 veces por semana, utilizando para ello un producto granulado suave para así evitar dañar y disminuir la barrera protectora cutánea.
“Después, hay que hidratar la piel, incidiendo sobre todo en las zonas más rugosas como codos, rodillas y tobillos, para que el autobronceado resulte lo más uniforme posible. Este gesto se optimiza si se utiliza un autobronceador 2 en 1, que proporcione un tono dorado uniforme y progresivo y actúe a la vez como tratamiento hidratando, aportando elasticidad, reparando y regenerando la piel”.
Katia Simone recuerda las cinco claves para aplicar correctamente el autobronceador y sacar todo el partido a este producto:
- Exfoliar previamente la piel, preparándola para recibir el producto. El mejor momento para hacerlo es durante la ducha.
- Cuando la piel esté bien limpia y seca, aplicar el autobronceador.
- Extender bien el producto para evitar que queden zonas sin cubrir, teniendo especial cuidado en los codos, las rodillas y los tobillos, que son las áreas que se oscurecen con más facilidad.
- Esperar unos minutos (el tiempo suele venir especificado en cada producto) para que se absorba y así evitar manchar la ropa, toallas, sábanas…
- Muy importante: el autobronceador no sustituye al producto solar, así que es imprescindible aplicar un fotoprotector si la piel va a estar expuesta al sol.
-Productos:
1-Repaskin Urban 360 Antiedad, de Sesderma. Solar antipolución y con protección frente a la luz azul, con textura crema e indicado para pieles con signos de la edad.
2-Heliocare 360º Sensation SPF 50+, de Cantabria Labs. Textura ultraligera oil free con una combinación de ingredientes antioxidantes de efecto “multisensación”: suavidad, ligereza, comodidad…
3-Fusion Water Magic, de Isdin. Nuevo fotorpotector (proyecto personal del tenista Carlos Alcaraz) resistente al sudor y con ingredientes específicos que aportan una sensación refrescante.
4-Bronzgelia African Brown Tanner, de AOKlabs. Emulsión autobronceadora fluida y de rápida absorción que proporciona un bronceado progresivo y prolongado, a la vez que hidrata y reafirma la piel.
5-H2Sol, de Luxmetique. Producto innovador de fotoprotección oral con activos específicos que, entre otras funciones, equilibran los niveles de melanina y aseguran un efecto antioxidante.
6-Gummies Solar 2 en 1, de Oenobiol. Gominolas con acción concentrada que actúan como protector celular, activador del bronceado y autobronceador.
7-Arkosol® caramelos de goma: formato en caramelos de goma con sabor a fruta, ideal para una piel sublime y una tez bronceada y luminosa todo el año, con una fórmula concentrada en activos asocia vitaminas, minerales y pigmentos de origen vegetal.
8-Arkosol® Intensivo: la «fórmula reforzada», que presenta un complejo de carotenoides 100% de origen vegetal, más concentrada en activos y 9 activos, además de selenio y cobre.
10- Nuevos solares específicos de BABÉ para este verano.
Healthy Aging+Fluid SPF 50, protección solar que previene y trata los signos del fotoenvejecimiento; Super Fluid Pediatric SPF 50, fórmula ultrafluida para bebés y niños (a partir de los 6 meses) que protege, calma y refuerza las defensas; Stick Invisible SPF 50, para incidir en las zonas delicadas fácilmente y aplicar on the go; Lip Balm SPF 50, bálsamo labial, protector y con efecto volumen, que previene, protege e hidrata.