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El estrés y las alteraciones hormonales suelen estar detrás de ese acné “tardío” que, por suerte, puede mantenerse a raya con el uso de cosméticos específicos y los cuidados adecuados.
“El acné persistente y recalcitrante me ha atormentado durante más de dos décadas y sé perfectamente los problemas que puede ocasionar. Y como adulta con acné, los granos me siguen provocando vergüenza y sentimientos de insuficiencia. También me enfurecen: ¡a estas alturas ya no debería tener granos! En las reuniones, te preguntas si los demás te toman en serio cuando en tu interior te sientes como una adolescente llena de granos. O, si tienes la piel muy mal, cancelas reuniones por temor a que te miren o, todavía peor, a que te juzguen”. Con este testimonio personal inicia el capítulo dedicado al acné en su libro La biblia del cuidado de la piel (Zenith Editorial) la dermatóloga Anjali Mahto, referente británica en Dermatología y portavoz de la British Skin Foundation. “Sé que no estoy sola, ya que estos son los mismos sentimientos que manifiestan mis pacientes a diario en la consulta. El acné puede tener unos efectos profundos sobre la autoestima y la seguridad en uno mismo. La buena noticia es que el acné puede tratarse de varias maneras”, continúa la experta.
Tal y como refleja la doctora Mahto en su libro, el número de consultas de dermatología de mujeres mayores de 25 años de edad con acné ha aumentado durante la última década, sin que el motivo de este incremento esté del todo claro. En la misma línea, los datos de una encuesta realizada por los laboratorios Pierre Fabre revelan que en Francia el 41% de las mujeres de entre 20 y 45 años afirman padecer acné. De ellas, el 88,5% declara sufrir acné de ligero a moderado cuando están estresadas; el 83% considera que este problema cutáneo afecta a su vida diaria o a las relaciones con sus amigos; y el 61,8% reconocen haber estado agresivas, frustradas o avergonzadas por el acné.
Aparición a los 25+: señas de identidad
El acné suele asociarse a la piel adolescente, pero no es ni mucho menos un problema “exclusivo” de estas edades: de hecho, desde hace tiempo los dermatólogos están constatando en sus consultas un aumento de los casos que debutan a partir de la tercera década de la vida. Lo cierto es que el acné adulto no es ni mucho menos una rareza, según comenta la dermatóloga Laura Calomarde, de la Clínica Rees Clinic de Gandía en colaboración con Masderm: “es importante ser consciente de que este problema afecta a más del 80% de los adolescentes y al 40% de las mujeres de entre 25 y 40 años. Se trata de una afección muy común que se puede tratar y no debe preocupar en exceso. Después de todo, el acné no deja de ser una consecuencia de cambios hormonales que afectan directamente a la piel”.
En el caso de la mujer adulta, al acné puede pertenecer a dos subtipos bien diferenciados, según su forma de aparición: persistente y tardío. “El persistente es el que se padece durante la adolescencia y no desaparece antes de la tercera década de la vida. Se caracteriza por la presencia de granos de manera intermitente o continuada, y representa aproximadamente el 80% de los casos en la mujer adulta. En cambio, el acné tardío suele aparecer por primera vez después de los 25 años en personas que, habitualmente, no habían padecido ese problema antes de esa edad. En líneas generales, las estrategias de tratamiento son las mismas, sea cual sea la edad del inicio del acné”, explica la doctora Mahto en su libro.
Por su parte, los expertos de Pierre Fabre apuntan que ya sea un acné persistente o de aparición tardía en las mujeres adultas, el estrés y los cambios hormonales suelen identificarse como los factores desencadenantes de los brotes: “En efecto, la progesterona producida antes del periodo menstrual estimula la actividad de las glándulas sebáceas. Asimismo, algunos anticonceptivos orales o dispositivos intrauterinos también pueden favorecer el acné en las mujeres adultas. A esto hay que unir los factores externos, como los rayos UV, el polvo y la contaminación. Asimismo, llevar una mascarilla puede ‘ahogar’ la piel, dificultando la evaporación del sudor, lo que provoca la aparición de nuevas imperfecciones”.
Sus aspectos clínicos
Los especialistas de Pierre Fabre también describen los principales aspectos clínicos del acné adulto:
- Es un acné en U, es decir, afecta a la región de la mandíbula y el mentón, lo que lo diferencia del acné adolescente, que se presenta en la frente y la nariz.
- Tiene “preferencia” por las pieles mixtas o seborreicas (grasas).
- Evoluciona por brotes (coincidiendo con picos de estrés, periodo premenstrual, etc.).
- Produce lesiones principalmente inflamatorias, nódulos en el mentón y microquistes frecuentes.
- Suelen dejar marcas residuales, debido a una manipulación excesiva de los granos.
Bulos, falsas creencias y errores más habituales
Curiosamente, el acné es una de las afecciones cutáneas en torno a la que existen más “errores” entre la población, tanto respecto a sus peculiaridades como a la forma de manejarlo. Así, por ejemplo, durante la Jornada de Pacientes de la Fundación Piel Sana, celebrada en el marco del 48º Congreso de la Asociación Española de Dermatología y Venereología (AEDV), el doctor José Carlos Moreno, catedrático jubilado de la Universidad de Córdoba y presidente honorario de la AEDV, comentó que son muchas las falsas afirmaciones que circulan por las redes sociales sobre los problemas cutáneos y en concreto respecto al acné, “y algunas de ellas persisten desde hace años, como la creencia de que el chocolate lo provoca o que frente al acné no hay que aplicar ningún tratamiento, ya que lo mejor es lo ‘natural’ o supuestamente ‘natural’. Incluso ha existido el bulo de que el acné se quita al casarse…”.
En línea con esto, Marinesa Meca, experta en dermocosmética de laboratorios SVR, señala que “son muchos los falsos mitos referentes al acné. Por ejemplo, numerosas investigaciones no han encontrado ningún vínculo entre su aparición y el tipo de alimentación y, de la misma manera, tampoco hay ningún problema en utilizar maquillaje en estas pieles, siempre que se trate de uno no comedogénico”.
Por su parte, la doctora Ángela Hermosa Gelbarg, dermatóloga de la Clínica FEMM, explica que hay varios errores que se cometen habitualmente a la hora de cuidar y tratar las pieles acneicas: “uno muy frecuente es pensar que el acné es un problema de higiene y por ello lavar compulsivamente el rostro, un gesto que puede producir irritación y aparición de eczemas. Tampoco hay que manipular las lesiones de acné (otro error muy extendido), puesto que pueden inflamarse aún más, además de aumentar la probabilidad de que posteriormente aparezcan marcas o cicatrices”.
Ingredientes aliados: los más efectivos (y que hay que priorizar)
“Existen numerosos principios activos útiles en el tratamiento y manejo de estas pieles. Entre ellos se encuentran diferentes tipos de retinoides, como la tretinoina, el retinol o el trifaroteno, entre otros, que son muy útiles en el manejo del acné leve y moderado al que, en ocasiones, se asocian antibióticos como la eritromicina o la clindamicina, los cuales nunca deben emplearse sin prescripción médica y han de combinarse con los retinoides, evitando usarlos en monoterapia, para prevenir así la aparición de resistencias bacterianas”, advierte Ángela Hermosa Gelbarg.
“Otros principios activos en este sentido son el ácido salicílico, el ácido glicólico, el ácido azelaico o el peróxido de benzoilo, que pueden servir como coadyuvantes en el tratamiento del acné”, añade esta experta.
Marisena Meca, por su parte, coincide en poner de relieve la eficacia de determinados ingredientes en este tipo de pieles, y destaca entre ellos el papel de la gluconolactona, “que, con una alta tolerancia, es capaz de penetrar en la piel sin tener una acción agresiva lo que combinado con su efecto hidratante, lo convierte en una opción recomendada para las pieles sensibles y en un gran aliado de las que tienen tendencia grasa, por su eficacia seborreguladora y antibacteriana, que ayuda a desincrustar los poros y a refinar la textura cutánea, frenando la aparición de imperfecciones”.
Por otro lado, y además de los ingredientes incluidos en los productos cosméticos específicos para este problema, la doctora Hermosa Gelbarg explica que en mujeres que presentan acné hormonal puede ser necesario el uso de anticonceptivos y otros medicamentos con actividad antiandrogénica, como la espironolactona, que se puede formular también para usarse de forma tópica. “En las formas muy inflamatorias de acné en ocasiones puede ser útil recurrir a antibióticos tópicos, como las tetraciclinas; y para el manejo del acné grave o muy extenso, o aquel que deja lesiones cicatriciales, o en pacientes que no pueden emplear tratamientos tópicos o estos no son suficientes para acabar con las lesiones, puede ser necesario recurrir a los retinoides orales”.
-Productos:
1-Serum Corrector Cleanance Women, de Avène. Específicamente formulado para las mujeres con acné adulto, alisa y afina la textura de estas pieles.
2-Acniover Renovador Nocturno, de Martiderm. Cuidado específico que estimula la regeneración cutánea, reduce las imperfecciones y minimiza los poros.
3-Acmed, de Olyan Farma. Tratamiento seborregulador y matificante para el acné pápulo-postuloso debido a su acción antiinflamatoria, antibacteriana y antiseborreica.
4-Dermopure Serum Triple Efecto, de Eucerin. Especialmente indicado para reducir las marcas y manchas post-acné. Incorpora SPF 30.
Rutina de cuidados: productos específicos y pautas a seguir
Los expertos de Cetaphil recuerdan que en el caso de las pieles con tendencia acneica (y también en las grasas), cuyas principales características son el exceso de sebo y la aparición de brillos, poros dilatados y granos, la rutina de higiene e hidratación resulta clave y, además, es muy importante que sea realizada con productos cosméticos específicamente diseñados para este tipo de pieles.
Ángela Hermosa Gelbarg especifica de qué forma deben llevarse a cabo estos cuidados:
- “Tanto por la mañana como por la noche, se recomienda limpiar el rostro, para así eliminar los restos de sebo y suciedad”.
- “Es aconsejable además utilizar productos queratolíticos, como el ácido salicílico, que ayudan a eliminar las capas superficiales de la piel y, además, regulan la producción de sebo”.
- “También es conveniente hidratar, ya que hay que diferenciar el exceso de sebo de la hidratación o contenido en agua de la piel; y hacerlo con productos emolientes que no incluyan grasa en su composición, con cremas en el caso de las pieles deshidratadas, o texturas en gel-crema o serum para las que necesiten menos hidratación”.
- Aunque una de las dudas más habituales en este tipo de pieles es si pueden exfoliarse o, por el contrario, este gesto cosmético puede agravar el problema, la doctora Hermosa Gelbarg sí aconseja la exfoliación, “siempre que se haga con un producto específico para este tipo de piel y con una periodicidad de una o dos veces por semana”.
-Productos
5-Sebiclear Micro-Peel, de SVR. Agua dermatológica activa que desobstruye los poros y alisa las imperfecciones en las pieles con tendencia al acné.
6-Pro Oil Control Hidratante SPF 30, de Cetaphil. Hidratante ligera de uso diario para pieles grasas con tendencia acneica. Aporta hidratación inmediata y duradera y efecto matificante.
7-Bruma Purificante y Matificante, de Babé. Solución facial anti-acné en formato spray con activo seborregulador, prebiótico y agua activa de limón.
8-Sébium Gel Moussant Actif, de Bioderma. Fórmula no irritante que desbloquea el conducto sebáceo, ayudando a la piel a regular su producción de grasa.
Y, de repente, llegó el “maskné”
Por si las pieles con tendencia acneica no lo tuvieran ya un poco más difícil que otras tipologías cutáneas a la hora de mantener a raya sus manifestaciones, desde hace dos años muchas de ellas se han tenido que enfrentar además a un nuevo elemento, derivado de la necesidad pandémica de utilizar mascarilla: es o que los expertos han bautizado como “maskné” y que, según los dermatólogos, se produce debido al roce constante de la piel con las fibras de las mascarillas y la humedad del aliento, lo que provoca que las bacterias se acumulen junto a la grasa de la piel, favoreciendo la aparición de granos en la zona de la barbilla. Aunque puede aparecer en todo tipo de pieles, en el caso de las acneicas, por sus características, esta nueva “realidad cutánea” puede ser más frecuente y sus manifestaciones más severas.
Laia Martín, training manager en España de la firma Grums Arhaus (disponible en farmacias) recomienda una serie de pautas para tratar adecuadamente este problema, tanto en las pieles acneicas como en el resto:
-Ser muy escrupulosos con la limpieza. “Ahora más que nunca, es fundamental no saltársela ni un día. Utilizar geles y jabones específicos para el acné o pieles sensibles, y aplicar una mascarilla limpiadora una o dos veces a la semana, para una limpieza más profunda”.
-Cambiar la mascarilla. “Además de mantener limpias las mascarillas reutilizables, en caso de tener un brote de acné en la zona, lo mejor es pasarse a las mascarillas quirúrgicas, siguiendo a rajatabla los tiempos de utilización”.
-Utilizar tónicos específicos en la zona. El ácido salicílico, el glicólico y el láctico, entre otros, pueden ayudar a mantener a raya los granitos característicos del maskné. “Eso sí, estos ingredientes no se deben utilizar si la piel presenta heridas y, además, siempre es conveniente consultar al dermatólogo antes de introducir determinados productos en la rutina de cuidados”.
-Muy importante: no tocar. Al igual que en el acné “clásico”, manipular los granitos es uno de los errores a evitar cuando se trata del maskné. “Sabemos que es muy complicado, pero es muy importante seguir esta indicación, ya que al tocarlos se pueden pasar muchas bacterias a la piel, favoreciendo que se infecte. Por tanto, hay que evitar tocarse la cara en la medida de lo posible”.
–Tratar la barbilla como una zona diferente. Cuando aparece el maskné, puede que la crema hidratante habitual sea “demasiado” para la zona afectada, según explica Laia Martín: “Lo mejor en estos casos es utilizar un serum o una crema más ligera, buscando siempre fórmulas hipoalergénicas”.
-Productos
9-Maskné CremiGel Matificante, de SaluVital. Con activos seborreguladores de rápida absorción, aúna un efecto matificante y refrescante.
10-Hydracalm Face Serum, de Grums Aarhaus. Formulado con un cóctel de ingredientes con propiedades antioxidantes y protectoras y un trío hidratante a base de plantas que, además, fortalece la barrera cutánea.