guapa en vacaciones

Suele pasar: tras un intenso sprint de puesta a punto durante las semanas previas, una vez iniciadas las vacaciones ponemos los cuidados cosméticos en esa actitud de dolce far niente que el veraneo. Error y gordo: la piel necesita más mimos que nunca y, además, todos los destinos vacacionales ofrecen condiciones ideales para mantenerse en forma y combatir problemas como la flacidez o el exceso de volumen corporal.

No bajar la guardia; dedicar tiempo (ése que siempre falta durante el resto del año) a la rutina diaria de belleza; tener a mano los productos más necesarios para la piel en estos momentos, y sacar partido a las ventajas que los distintos entornos vacacionales ofrecen para ponerse en forma. Estas son las pautas básicas a las que deben ajustarse los cuidados estético-cosméticos durante las vacaciones tanto para potenciar el bronceado como para prevenir souvenirs estivales como manchas, arrugas o sequedad extrema.

Rostro: gestos “frescos”

Silvia Oliete, directora y fundadora de Blauceldona (centros de estética y belleza de Barcelona) advierte sobre la tendencia que la mayoría tenemos en vacaciones de minimizar los cuidados, sobre todo los faciales, que suelen pasar a segundo (o tercer) plano para dar todo el protagonismo a la fotoprotección, cuyo papel, aunque es incuestionable para protegerse del exceso de radiación solar, no asegura por sí solo el buen estado de la piel ni sustituye a otros cuidados que son necesarios. La experta hace un recordatorio de los tres gestos básicos que deben seguirse en el ritual del cuidado facial independientemente del destino de vacaciones, la temperatura ambiental… o la hora en la que nos vayamos a dormir:

1-Limpieza: “Si viajamos a climas muy cálidos y húmedos se aconseja llevar un limpiador suave y jabonoso, ya que necesitaremos retirar los restos de sebo, de sudoración y del protector solar, además de aportar frescor. Y no hay que olvidar que en estos casos puede ser necesaria una doble limpieza al final de la jornada, comenzando con un bálsamo o leche limpiadora que desprenda los filtros, el salitre y el cloro. De este modo, evitaremos volver con la piel “asfixiada” y saturada”.

2-Mascarillas: Según la especialista, las vacaciones de verano deberían ser la época “top” de las mascarillas faciales, y explica por qué: “Son productos que nos ofrecen un verdadero “chute” de hidratación, nutrición y activos precisos, lo que las convierte en una opción para usar a diario tras la limpieza y al final de la jornada. Y es que una acción intensiva es justo lo que necesitamos cuando nuestra jornada ha estado llena de ‘excesos’ (sol, sudor, cloro…) para la piel. Las mascarillas hidratantes con activos como el aloe vera, la caléndula, el ácido hialurónico y las vitaminas A, B, C y E son las mejores aliadas”.

3-Hidratación y nutrición: Oliete aconseja optar por serums y cremas frescas y de texturas ligeras, pero ricas en activos hidratantes: “Esta es la clave para no saltarse estos dos pasos esenciales del cuidado facial que no solo reponen la humedad que necesita la piel en vacaciones sino que la sellan en la epidermis y reparan la barrera cutánea, literalmente exhausta en estos momentos, tanto en el rostro como en el cuerpo”. 

Neceser beauty: lo que “no” debes meter

Tan importante como meter en la maleta los productos imprescindibles para el cuidado facial y corporal en esta época del año es tener en cuenta que hay una serie de activos cosméticos que es mejor dejar “aparcados” hasta septiembre. De ellos nos habla la farmacéutica Belén Acero, titular de la farmacia Avenida de América de Madrid:

-Retinol: Es un activo cosmético derivado de la vitamina A con eficacia antiedad demostrada a través de estudios clínicos. “Además, se utiliza en pieles acneicas y ayuda a reducir las manchas. La concentración de esta vitamina en un cosmético va a determinar su tolerabilidad: a mayor concentración, mayores posibilidades de provocar rojeces, sequedad o irritación en la piel. Por eso, es necesario introducirlo en la rutina de forma progresiva. Si la piel ya está acostumbrada al tratamiento, se puede seguir usando sin problema en verano. Siempre es necesario utilizar protección solar de amplio espectro a diario, y reaplicarla frecuentemente”, dice la farmacéutica. “Si, por el contrario, la piel no está aún retinizada (es decir, acostumbrada a la acción de este ingrediente), lo mejor es aplazar su aplicación hasta después del verano, ya que no es conveniente que dé el sol sobre la piel irritada, lo que podría dar lugar a hiperpigmentaciones postinflamatorias u otras manchas”.

-Ácido salicílico: “Es un betahidroxiácido que, además de exfoliar y limpiar profundamente la piel, regula la producción de sebo”, explica la experta. “Es un activo muy recomendado para tratar las pieles grasas y con tendencia acneica. Al realizar una exfoliación, la piel queda más expuesta a los rayos UV. Si la piel está acostumbrada a usar este activo, se puede seguir aplicando en verano, pero solo por la noche y utilizando alta protección solar a diario. En caso contrario, es mejor esperar hasta la vuelta de las vacaciones”.

-Ácido glicólico: Aunque este alfahidroxiácido no es fotosensibilizante, sí puede dejar la piel más expuesta a los rayos UV. “Es un activo que realiza una acción exfoliante, consiguiendo una renovación celular y mejorando así las líneas de expresión, las arrugas, los poros dilatados, las manchas… Como en el caso del retinol, su acción es más potente conforme aumenta la concentración, pero eso también repercute en su tolerancia. En verano es preferible usarlo en concentraciones más bajas e incluso dejar de aplicarlo hasta septiembre si vamos a estar muy expuestos a los rayos UV (vacaciones en la playa, por ejemplo)”.

-Vitamina C: “Es el antioxidante más potente que protege de los efectos nocivos de los rayos UV, la contaminación, etc. Además, estimula la síntesis de colágeno y elastina, responsables de la firmeza de la piel, y es inhibidora de la tirosinasa, que participa en el proceso de pigmentación cutánea. Por eso, es aconsejable seguir usándola en verano, por la mañana y acompañada de fotoprotección. Si nunca has usado vitamina C, tienes que saber que en ciertas pieles y a ciertas concentraciones puede provocar irritaciones, así que es mejor no introducirla en la rutina en verano y esperar a septiembre”, recomienda Belén Acero.

Silueta a punto: ventajas de cada destino

Para Silvia Oliete, las vacaciones ofrecen un contexto y un entorno ideales para realizar pequeños gestos que, junto a los cuidados habituales, suman a la hora de mejorar muchas de las cuestiones estéticas corporales que más nos preocupan y que en este momento del año adquieren más “visibilidad”: flacidez, celulitis, alteraciones cutáneas, volúmenes/kilos de más…

-En la playa. “El mar tiene una composición naturalmente muy similar a la de nuestro propio plasma, por lo que posee un gran poder curativo en la piel y en el organismo. Así, por ejemplo, permanecer en el agua del mar durante unos 10 minutos de manera relajada ayuda a desinflamar nuestro cuerpo gracias a la absorción por parte de la piel de múltiples minerales y que tiene como efecto una reducción de líquidos. Estar al nivel del mar también hace que baje nuestra tensión, mientras que el yodo que flota en el aire y respiramos ayuda a experimentar una sensación de calma y relax”, explica Oliete.

“Además -añade la experta- el batir de las olas ofrece un estupendo masaje drenante y anticelulítico. Para ello, basta simplemente con permanecer de pie 5 minutos frente a las olas y otros 5 dándoles la espalda, procurando que rompan a la altura de los muslos. Este efecto se potencia aplicando una crema anticelulítica por la noche. Y no hay que olvidar que el agua de mar reseca mucho la piel, por lo que es imprescindible aclararse bien con agua dulce e hidratarla al volver de la playa”.

La arena es otro elemento con muchas ventajas para esta “puesta a punto” veraniega: “Caminar por la arena húmeda proporciona una suave exfoliación natural, desprendiendo la piel muerta, queratinizada y reseca de los pies, lo que es de gran ayuda en un momento en el que es habitual el uso de las sandalias y otros modelos que los dejan al descubierto”, señala Silvia Oliete, quien recuerda la importancia de hidratar bien esta zona corporal todas las noches antes de acostarse.

-En la montaña. La experta recuerda que en este destino vacacional hay que protegerse igual o más aún que en la playa de la acción de los rayos UV, ya que a mayor altitud, mayor incidencia y fuerza de esta radiación en la piel. “Teniendo esto en cuenta, caminar por la montaña ayuda a tonificar las piernas, fortalece nuestros músculos y mejora la celulitis. Mientras que en la ciudad normalmente caminamos en plano, la montaña exige una atención total de la ruta y un cambio constante de fuerza en nuestra pisada para ascender o sortear distintos obstáculos, algo especialmente fácil de hacer y a la vez beneficioso para aquellas personas que no practican deporte con regularidad”.

-En el río. “A diferencia del mar, el agua del río no reseca la piel en exceso debido a su baja salinidad, pero su fluir frío es igualmente beneficioso para relajar los músculos y tonificar la piel. Si además podemos ponernos en un lugar donde la corriente rompa a la altura de los muslos y/o glúteos, también se consigue un masaje natural similar al que ofrecen las olas del mar”, dice Silvia Oliete. En el caso de que haya problemas circulatorios y/o varices, el río es un gran aliado, según la experta: “Las aguas frías contraen las venas varicosas, aliviando su pesadez y la sensación de cansancio que la acompaña. Para favorecer este efecto, se deben sumergir las piernas durante 10 minutos, sacándolas y secándolas después, y repetir este gesto tres veces. La contracción y expansión de los tejidos y las venas activan nuevamente la circulación, mejorando la flexibilidad perdida”.

-En la ciudad. Tanto para aquellos que no tienen vacaciones como para los que optan por un turismo de tipo cultural, también hay pautas para sacar partido de este momento del año, como comenta Silvia Oliete: “Si se opta por conocer alguna ciudad, lo mejor es hacerlo andando. Siempre que sea posible, hay que evitar desplazarse en metro, autobús, turístico, etc. y caminar. De esta forma, además de descubrir escenas nuevas a cada paso, se estará recorriendo incluso 10 veces la distancia que se camina en un día normal cuando no se está de vacaciones, mejorando así la resistencia física, además de tonificar los músculos y, también, ayudar a luchar contra la celulitis”. Para Silvia Oliete, las bicis turísticas son otra excelente opción: “Además de un estupendo ejercicio para las piernas, ayudan a ganar tonicidad en los brazos y en el pecho. Igualmente, hay que intentar subir escaleras siempre que se pueda. No se trata de convertir las rutas turísticas en un martirio, pero no hay que perder de vista que vacaciones, salud y belleza pueden ir de la mano”.

¡SOS, me he quemado!

Por muy “férreo” que sea el blindaje anti-UV, muchas veces es inevitable que la piel del rostro enrojezca o incluso que se pele tras la exposición. Los especialistas de Bluevert ofrecen una“guía de primeros auxilios” para aplicar en estos casos y, también, para calmar y reparar la piel al final de la jornada, evitando así “males mayores”:

-Evitar volver a exponer la zona: Aunque no siempre es fácil, hay que procurar que la piel esté protegida los días posteriores a una quemadura: “Resulta fundamental para que su recuperación se lleve a cabo de la manera más rápida y segura. Para ello, hay que continuar aplicando un SPF alto y especialmente indicado para el rostro, y llevar puesto un sombrero o una gorra, que ayuden a que la zona esté aislada de los rayos del sol”.

-Hidratar + reparar: Hay que redoblar esfuerzos en este gesto cosmético, ya que, como apuntan los expertos, es clave para que la piel recupere su estado natural. Entre los ingredientes que mejor cumplen este cometido se encuentran los aceites vegetales (altamente nutritivos), las ceramidas, la alantoína y, por supuesto, el ácido hialurónico, activo ultra-mega-hidratante por antonomasia.

-Reforzar el menú antioxidante. Carotenoides como la luteína y los betacarotenos y las vitaminas C y E son ingredientes imprescindibles en la reparación post-sol. Búscalos en las formulaciones cosméticas, en ayudas extra, como la nutricosmética y, también, asegúrate de que no faltan en tus menús diarios. En relación con esto, la doctora Josefina Royo de la Torre, directora general del Instituto Médico Láser (IML), explica que “junto con los oligoelementos y algunos ácidos grasos, los antioxidantes son de vital importancia para el buen estado del tejido cutáneo. Una dieta que incluya alimentos ricos en estos nutrientes contribuye a prevenir el fotoenvejecimiento característico de las vacaciones (deshidratación, manchas, líneas múltiples, tono opaco, falta de elasticidad)”. La especialista enumera cuáles son los alimentos que no deben faltar en este menú reparador: aguacate (rico en vitamina E); bayas (carotenos y vitamina C); fresas, frambuesas y arándanos (beta-carotenos); brécol (beta-carotenos, vitamina C); repollo y coles (vitamina C); zanahorias (beta-carotenos); cítricos (vitamina C); uvas (aportan 20 antioxidantes); cebollas moradas (flavonoides); espinacas (vitaminas C y E y pro-vitamina A) y tomates (licopeno).

After-sun: por qué es imprescindible (e insustituible)

Toda la “intensidad” con la que nos esforzamos en elegir y aplicar un fotoprotector solar se diluye cuando se trata del after-sun. Un gran error ya que, como explica Inma Jiménez, training manager de Sephora para España y Portugal, este producto es casi tan importante como el protector solar: “De hecho, la protección frente al sol no es completa si no termina con un buen after-sun que repare la piel, la rehidrate, actúe frente al envejecimiento y prolongue el bronceado, entre otras acciones”. Estas son las peculiaridades de este producto que justifican el protagonismo que debe tener en la rutina beauty estival:

-Un paso más en la hidratación: “Prácticamente todas las actividades relacionadas con el verano –sol, mar, cloro de la piscina-, la playa y la vida al aire libre provocan la deshidratación de la piel, que se muestra más tirante e irritada que de costumbre. En estos casos, la crema corporal habitual no basta: hace falta un producto con activos que no solo hidraten sino que también actúen como antiinflamatorios y regeneradores de la piel, para así repararla en profundidad. Estos ingredientes son la niacinamida, el aloe vera, la rosa mosqueta, la urea o el ácido hialurónico”, dice Jiménez.

-El “timing” ideal: “El momento de aplicación del after-sun es tras la exposición al sol y después de la ducha –la piel debe estar perfectamente limpia-; y reaplicarlo tantas veces como sea necesario: antes de acostarse y por la mañana, por ejemplo”, aconseja la experta de Sephora.

-El plus de frescor: Inma Jiménez recuerda que la primera misión de los after-sun es refrescar y bajar la temperatura corporal: “Existen productos capaces de rebajar esta temperatura hasta 3ºC. Los activos refrescantes más habituales son el mentol y la hierbabuena. Tanto si nuestro after-sun no los incluye en su composición como si queremos potenciar este efecto de frescor y alivio, se puede guardar en la nevera”.

-Aliado del team antioxidante: Una ventaja añadida de estos productos es que no solo devuelven a la piel su capacidad humectante (que, en cierta medida, ha sido “secuestrada” por la radiación solar) sino que la mayoría de ellos contienen antioxidantes como el polifenol, el betacaroteno o las vitaminas A, C y E que pueden también neutralizar el daño provocado por los radicales libres.

-Moreno “persistente” y saludable: “El after-sun prolonga el bronceado, ya que al restaurar la hidratación de la piel y prevenir su descamación evita que se pierda el moreno antes de tiempo. Pero, además, algunos productos incorporan activos como el DHA que potencian la producción de pigmentos del bronceado”, señala Inma Jiménez.

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Carla Nieto

Venezolana de nacimiento y gallega de corazón. Me licencié en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid. Desde hace 30 años escribo sobre salud & medicina, nutrición,...