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Moreno saludable ¡es posible!
Exponer la piel al sol para adquirir ese tono dorado con el que se ha estado soñando todo el año implica mucho más que extender la toalla y aplicar el producto bronceador. Y es que para “fabricarse” un moreno en condiciones (esto es, sano y sin daños colaterales) hay que tener en cuenta y combinar las últimas evidencias científicas, los productos más novedosos y –muy importante- los consejos de los expertos.
Aunque todos los años por esta época repitamos los mismos gestos bajo el sol y por muy concienciados que estemos en el tema de fotoprotección, cuando llega la hora de la verdad –ese momento en el que se produce el encuentro anual entre el producto solar y nuestra piel, con la radiación solar como testigo- siempre hay muchas dudas que resolver y cuestiones que aclarar. Estas son las respuestas a las más frecuentes, de la mano de los expertos en el tema.
PUESTA A PUNTO PREVIA
1 ¿Cuál es la mejor forma de preparar la piel antes de la exposición al sol?, ¿hay algún truco cosmético para conseguir un moreno más bonito? “Si quieres conseguir un bronceado uniforme y luminoso, prepara tu piel exfoliándola e hidratándola intensamente antes de irte de vacaciones”, dice Laura Granados, farmacéutica y responsable de bienestar de Spirit Skin Bar.
Para el doctor Miguel Sánchez Viera, director del Instituto de Dermatología Integral, el mejor consejo de fotoprotección es preparar adecuadamente la piel para los primeros rayos solares: “Es importante eliminar las capas más superficiales de la piel, y para ello se puede exfoliar la piel en casa con cierta frecuencia (una vez a la semana). La hidratación es otro de los puntos esenciales para mantener la firmeza y elasticidad de la piel, que durante el día está sometida a multitud de agresiones externas como los rayos UVA/UVB, los radicales libres, la polución, los ambientes secos, el humo del tabaco, etc. Las cremas de día tienen como misión principal proteger frente a estas agresiones y evitar un envejecimiento prematuro”.
2 ¿Es efectiva la nutricosmética solar?, ¿y la dieta pro-bronceado?
Respecto a la nutricosmética, Laura Granados afirma que se trata de un complemento efectivo a la fotoprotección tradicional, pero jamás la sustituye. “Resulta especialmente eficaz en las personas que reaccionan con facilidad al sol. Lo ideal sería tomar estos complementos todo el año y, como mínimo, durante todo el buen tiempo, y siempre que nos expongamos al sol (al menos 15 días antes de iniciar la exposición y durante todo el periodo que ésta dure)”.
En cuanto al papel de la alimentación, Laura Parada, nutricionista de Slow Life House, comenta que no solo influye en conseguir un bronceado sano y duradero sino que también ayuda a reforzar las defensas, “sobre todo las frutas y verduras, ricas en betacarotenos y agentes antioxidantes. Los betacarotenos ayudan a aumentar la protección natural de la piel frente a la radiación solar, mientras que los antioxidantes combaten los radicales libres que se puedan formar en la piel tras la exposición solar”.
3 ¿Es cierto que si has usado autobronceador no puedes aplicarte después un producto bronceador? Jayne Cooper, brand ambassador de la firma St Tropez, desmiente esta falsa creencia: “Tomar el sol y utilizar autobronceador es perfectamente compatible. Eso sí: siempre hay que recordar que el autobronceador no protege de los rayos ultravioleta, por eso, siempre que se vaya a exponer la piel al sol (aunque ya luzca morena como efecto del uso de estos productos) hay que aplicar fotoprotector solar”.
ELIGIENDO EL PRODUCTO PERFECTO
4 ¿Pasa algo si aprovecho los productos solares de un verano para otro? Paola Gugliotta, directora de Sepai y máster en Dermocosmética, recuerda que la caducidad de estos productos viene reflejada en el envase: “Si no lo hemos abierto, la fecha de caducidad es la que figura. Para conocer cuándo debemos desecharlo una vez abierto, hay que buscar en el envase la figura de un tarro con la tapa abierta y fijarse en el número que hay en su interior. Normalmente, el fotoprotector caduca a los nueve meses de estar abierto. Siempre debe guardarse bien cerrado y en un lugar seco y sin exposición directa al sol. En cualquier caso, si vemos que cambia de aspecto o de color o si tiene un olor desagradable, no se debe utilizar”.
5 ¿Cuál es la diferencia entre un filtro solar químico y uno físico?, ¿cuándo hay que usar uno u otro? Laura Granados explica que los filtros físicos o minerales tienen un efecto pantalla: “Los fotoprotectores minerales son los más indicados para las pieles intolerantes, atópicas o en niños pequeños, porque no se absorben. Estas formulaciones han mejorado mucho últimamente y ya no dejan esa característica ‘capa blanca’ sobre la piel”. En cuanto a los filtros físicos, la farmacéutica comenta que captan la energía solar y la transforman, haciéndola inocua para la piel: “Se absorben hasta el estrato córneo (la capa más superficial de la piel), mientras que los filtros orgánicos absorben una parte de la radiación y reflejan la otra. Se llama filtros biológicos a los antioxidantes de alta estabilidad, y deberían estar incluidos en el fotoprotector ideal”.
6 Cada vez los productos solares presentan más opciones de texturas. ¿Cómo acertar en la elección? Para la farmacéutica Esther Sansi, responsable de Sansi Farma (@sansi_farma), elegir la textura de la crema solar es casi tan importante como la elección del factor de protección, así que para ir sobre seguro, hace una clasificación de las texturas existentes y comenta para qué circunstancias y tipo de piel está más indicada cada una:
-Texturas fluidas: “son ultraligeras y sirven para todo tipo de pieles. Se absorben con gran facilidad y suelen contener ácido hialurónico y vitamina E”.
-Texturas secas: “se trata de cremas en cuyo envase aparece la palabra dry. Su acabado es mate y suelen gustar mucho a las pieles grasas y mixtas y también a las masculinas”.
-Texturas cremosas hidratantes: “están pensadas para pieles muy secas y deshidratadas. En su composición suelen llevar aceites, por lo que además de cuidar muchísimo y en profundidad la piel seca, aportan un plus de luminosidad”.
-Texturas gel: “son aptas para todo tipo de pieles, y resultan muy ‘gustosas’ y frescas”-
-Compactos: “estos productos suelen llevar incorporado color y tapan las imperfecciones. Resultan ideales para ir con un punto de maquillaje a la playa o para protegernos del sol en la ciudad. Esta textura está actualmente disponible para diferentes tipos de piel”.
-Sticks: “resultan súper cómodos de utilizar en zonas delicadas, es decir, aquellas que necesitan un plus de protección, como por ejemplo el labio superior, bajo los ojos y todas esas áreas con tendencia a enrojecer. También se puede aplicar sobre cicatrices y manchas”.
7 ¿Es lo mismo water resistant que waterproof? “Los productos solares pueden resistir si permanecemos un tiempo en el agua, pero cuando nos frotamos con la toalla se elimina el 80% de la crema, algo que también ocurre si el tiempo de inmersión es muy largo. Los productos se denomina water resistant (resistentes al agua) si se mantiene el 70% de la fotoprotección a los 40 minutos de inmersión (dos baños de 20 minutos) y waterproof (muy resistentes al agua) si resiste después de cuatro baños de 20 minutos cada uno”, comenta Patricia Cuenca, directora técnica del Centro Oxigen.
Respecto a los productos water resistant, Laura Granados explica que en ellos el fotoprotector persiste en la piel al menos en un 50% después de 40 minutos en el agua o en contacto con el sudor. “Existen protectores solares formulados para su uso en piel mojada, pero, en cualquier caso, hay que reaplicar siempre el producto al salir del agua”.
A VUELTAS CON EL SPF
A VUELTAS CON EL SPF
8 ¿Qué fotoprotector protege más: uno fotoprotector SPF50+, un SPF90 o un SPF100?
“El SPF sólo nos habla de la protección frente a la radiación UVB, así que hay que fijarse también en la protección frente a las otras radiaciones (UVA, IR y visible) y asegurarse de que el producto incluya también ingredientes reparadores y protectores del ADN. En cuanto a la diferencia del número, la que hay entre 50, 90 y 100 no es tan grande. Es por eso que COLIPA (The European Cosmetic and Perfumery Association), la Unión Europea y la FDA (Food and Drug Administration) recomiendan (aunque no es obligatorio) etiquetar con 50+ a partir del SPF 50, para no llevar a confusión”, dice Laura Granados.
9 ¿Es posible ponerse moreno utilizando un SPF50? Laura Granados explica que la creencia de que conseguir broncear la piel es incompatible con un factor de protección elevado es un mito: “El efecto que se consigue es el bronceado, pero sin quemarse y de una forma mucho más saludable”.
10 ¿Es buena idea ir cambiando de SPF a lo largo del verano, a medida que nos vamos bronceando? Este es uno de los errores más frecuentes que se cometen respecto a la fotoprotección, tal y como explica la doctora Paula Rosso, del Centro Médico Lajo Plaza, de Madrid: “la melanina que nos aporta el color a la piel es nuestro mejor protector natural frente a las radiaciones solares, y es cierto que una piel bronceada tiene menos riesgo de quemarse que una epidermis más blanca. Pero al final, lo importante es evitar el daño solar cutáneo, así que independientemente del índice de bronceado, nunca se debería usar un SPF por debajo de 30, por muy moreno que uno esté”.
11 ¿Se puede utilizar un SPF más bajo los días nublados? “A través de las nubes se filtran hasta el 80% de los rayos solares. Además, más del 80% de la radiación ultravioleta (UVA) traspasa las nubes, por lo que es necesario utilizar protector solar incluso en días nublados para protegerse especialmente de los UVA, que penetran más profundamente en la piel, favoreciendo el fotoenvejecimiento”, dice Pedro Catalá, cosmetólogo y fundador de Twelve Beauty.
EN TORNO A LA APLICACIÓN
EN TORNO A LA APLICACIÓN
12 ¿Cómo y en qué cantidad se debe aplicar el protector solar en el rostro? Tras insistir en que la protección debería utilizarse los 365 días del año (“sólo hay que invertir dos minutos”), los expertos de Bella Aurora recuerdan el “manual de uso” que hay que seguir con estos productos: “Cada mañana, sobre la piel limpia y después de la crema hidratante habitual, aplicar el protector solar de manera generosa y uniforme sobre todo el rostro, cuello y orejas unos 30 minutos antes de salir de casa. La cantidad recomendada por los expertos es de 2 mg/cm2; el equivalente al tamaño de media nuez para todo el rostro. Hay que tener en cuenta que una reducción en la cantidad puede disminuir de forma significativa el nivel de protección óptimo”.
En la misma línea, Isabel Lostao, directora de Estética Lostao, advierte sobre un error muy común en la fotoprotección: “racanear” el producto para intentar que dure todo el verano. “Seguir la recomendación oficial (2 mg por cm2 de piel) supone gastar 30 ml de producto cada vez.
Sin embargo, la aplicación habitual suele ser de 0,5 mg/cm2; por ello, para suplir esta diferencia, se recomienda usar un fotoprotector con un FPS de 30 o más, y reaplicar la crema cada dos horas”.
13 ¿Cómo se puede proteger la zona de los ojos? “Se debe adaptar el fotoprotector a cada zona. Existen formatos específicos para zonas especialmente sensibles como la ocular. No hay que olvidar que se deben proteger los ojos con gafas de cristales de calidad para evitar quemaduras”, comenta Laura Granados.
14 ¿Se debe fotoproteger de la misma forma la piel del rostro y la del cuerpo? Para la doctora Paula Rosso, es importante entender que la piel del rostro está expuesta al sol durante todo el año, mientras que la del cuerpo no, así que, lógicamente, la facial será una piel más castigada por la radiación solar: “Por tanto, hay que proteger más la piel del rostro, ya que su nivel de saturación para contrarrestar los radicales libres será mayor que el de la de la piel del cuerpo en la mayoría de los casos”.
En cuanto a la posibilidad de utilizar el mismo producto para rostro y cuerpo (hay formulaciones que ofrecen esta doble posibilidad), la farmacéutica Esther Sansi no se muestra partidaria de esta opción: “En el rostro se trabaja más hidratación, despigmentación, oxidación… y en el cuerpo se busca una aplicación más fácil, ya que es una zona muy amplia y se precisa un producto que sea resistente al agua y que no tenga una textura muy untosa”. Sansi comenta también que, al igual que ocurre con los faciales, el surtido de texturas de fotoprotectores para el cuerpo es actualmente muy amplia: “Los hay en crema, loción, crema-gel (ideal para deportistas), aceite seco, espuma, bruma… La elección va muy en línea con las sensaciones y las necesidades personales. También hay diferenciación según la tipología de la piel o la presencia de algún problema o alteración: atopia, piel con rojeces, etc”.
15 ¿Cada cuánto hay que reaplicar el protector solar? Desde Bella Aurora recuerdan que el sudor, el roce de la ropa y otros factores hacen que el producto pueda desaparecer parcialmente o perder su eficacia con el paso de las horas. Dependiendo de la actividad diaria, la duración y la hora de exposición al sol, la renovación de la aplicación debe hacerse con mayor o menor frecuencia. Así, en la playa, debe aplicarse, como mínimo, cada dos horas, para asegurar así que la piel está totalmente protegida. Eso sí: después de bañarse y/o secarse con la toalla, hay que volver a aplicarlo, aunque no hayan pasado las dos horas.