Exponerte al ruido, fumar, tomar algunos medicamentos, limpiar el cerumen con bastoncillos o utilizar pesticidas y disolventes pueden dañar tus oídos de forma irreversible. Te enseñamos lo que nunca debes hacer y lo que sí debes favorecer.
El sentido del oído es, junto al de la vista, uno de los más preciados, y por lo tanto, uno de los que más debemos cuidar. Atender a sus necesidades es fundamental sobre todo si tenemos algún factor de riesgo que predisponga a la presbiacusia y a la sordera, entre los que se cuentan la edad avanzada; tener antecedentes familiares; la exposición frecuente y mantenida al ruido a lo largo de la vida; ser fumador; haber padecido ciertas enfermedades en la juventud, como meningitis o infecciones de oídos; estar afectado por ciertos virus (algunas personas refieren menor audición tras pasar la covid); tener diabetes o hipertensión; haber padecido algún traumatismo; y/o estar bajo tratamientos con determinados medicamentos o quimioterapia. Solo un 10% de las personas con presbiacusia la sufren por razones hereditarias, mientras que el 90% restante, el deterioro del oído podría retrasarse o incluso frenarse con medidas preventivas.
Cuándo alarmarte
Si notas dificultad para oír bien en el cine o en el teatro; problemas para entender las conversaciones; necesidad de subir el volumen de la tele más que antes, confusión entre algunos sonidos parecidos… lo primero es acudir al médico de familia por si pudiera haber algún problema de salud o descartar el que algún medicamento que esté interfiriendo en tu audición. En caso de necesidad, este te recomendará la necesidad de acudir a la consulta de un otorrino para realizarte determinadas pruebas, como una audiometría.
12 reglas para prevenir la presbiacusia
*Por TKE Home Solutions.
- No te expongas al ruido, el factor más dañino para el oído. Hay que evitar los auriculares en la medida de lo posible y, cuando se utilicen, limitar su volumen. Además, alejarse de los lugares ruidosos, las motocicletas, el tráfico… Por lo mismo, protegerse de los petardos, las máquinas cortacésped, etc.
- Evita algunos medicamentos: antibióticos, diuréticos, antipiréticos… tienen acción sobre las células del oído. Es necesario tomarlos solo bajo prescripción médica, nunca automedicarse y preguntar al especialista por si algunas medicinas pudieran estar interfiriendo.
- No fumes y evita el tabaquismo pasivo: el humo del tabaco y también el monóxido de carbono de la contaminación, dañan las células del oído.
- Lleva una dieta saludable: la pérdida auditiva se relaciona con las enfermedades cardiacas, la tensión arterial alta, las alteraciones de la glándula tiroides y la diabetes. Llevar una dieta saludable y evitar el sobrepeso son conductas que preservan también la audición.
- Practica ejercicio: una vida activa reduce la posibilidad de padecer enfermedades cardiovasculares y las relacionadas con la obesidad, y contribuye a mantener el sistema inmunitario en buen estado para afrontar las infecciones.
- Evita el “oído de nadador”: la natación es un ejercicio saludable, pero puede provocar el llamado “oído de nadador”, que es una otitis externa causada por bacterias que se reproducen en el agua estancada del oído. Se puede evitar vaciando el canal auditivo cada vez que termine la inmersión, secando bien los oídos o usando tapones.
- No utilices bastoncillos para la higiene del oído: el cerumen es protector; sirve para impedir que bacterias y otros microorganismos penetren. No hay que eliminarlo, basta con limpiar el excedente una vez al día, con el dedo envuelto en la toalla o en un pañuelo de papel, sin introducir nada, ni bastoncillos ni objetos afilados. Otra cosa es si se tiene un tapón de cerumen acumulado. En ese caso, se nota pérdida de audición, ruidos, sensación de presión, dolor… El médico podrá retirarlo y se recuperará la audición normal.
- Lávate las manos con frecuencia: la higiene a nuestro alrededor y la de las manos en particular son muy importantes para ahuyentar las infecciones de oído.
- Evita los golpes: los traumatismos en los oídos pueden provocar sordera temporal o definitiva y agravar la presbiacusia, así que en la práctica deportiva y en la utilización de bicis y patines, es necesario utilizar cascos y protecciones siempre.
- Trata adecuadamente las infecciones de oído: las otitis pueden estar causadas por bacterias y por virus. La mayoría de las veces, no hacen falta antibióticos, basta con tomar más líquidos y usar paracetamol o ibuprofeno para aliviar el dolor y bajar la fiebre. Conviene consultar con el médico cuál es el tratamiento adecuado en cada caso.
- Protégete contra los productos químicos ototóxicos: ciertos pesticidas y disolventes pueden dañar la audición y las células que intervienen en el equilibrio. Los productos químicos en entornos laborales afectan a muchos trabajadores agrícolas, de la industria petrolera y del papel, del cuero y productos textiles. La prevención pasa por sustituir los productos ototóxicos, disminuir la exposición y utilizar equipos de protección personal.
- Acude a revisiones periódicas al especialista para controlar la audición. Será él quien establezca la frecuencia de las visitas y los controles necesarios.
Soluciones adaptadas
Dependiendo de la gravedad, la pérdida de audición se puede compensar de distintas formas: con intervenciones quirúrgicas para instalar un implante, con sistemas osteointegrados que transmiten el sonido a través de los huesos del cráneo, aparatos amplificadores de sonido y con audífonos.

