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Una obstrucción total o parcial en las vías lagrimales provoca que las lágrimas no puedan drenar normalmente, y que los ojos estén habitualmente llorosos e irritados.
Este bloqueo puede producirse en cualquier punto del sistema de drenaje de las lágrimas. Debido a su estancamiento, puede proliferar el desarrollo de bacterias, virus y hongos generando a su vez inflamaciones e infecciones oculares recurrentes.
El conducto lagrimal obstruido es común en recién nacidos. Puede deberse a que el sistema de drenaje lagrimal no está completamente desarrollado. En cuyo caso la afección normalmente mejora sin tratamiento durante el primer año de vida, o bien puede existir una anormalidad genética en el conducto.
En adultos, un conducto lagrimal obstruido puede asociarse al envejecimiento ( los pequeños orificios por los que drenan las lágrimas, pueden estrecharse y causar obstrucción). También tener su origen en infecciones crónicas o en procesos inflamatorios de los ojos (blefaritis, conjuntivitis). Por otro lado, también puede deberse a una lesión, traumatismo o incluso a un tumor. El perfil de paciente con más riesgo de padecer un bloqueo del lagrimal es el de una mujer madura.
Estos son los síntomas:
- Lagrimeo excesivo, ojos llorosos
- Secreción de mucosidad o pus
- Enrojecimiento de la parte blanca del ojo
- Infección o inflamación recurrente (conjuntivitis)
- Inflamación dolorosa de la zona del lagrimal
- Formación de costras en los párpados
- Visión borrosa
Conducto lagrimal obstruido: desbloquearlo
Un conducto lagrimal obstruido casi siempre se puede corregir. En cuanto al tratamiento, desde Clínica Baviera explican que existen distintas técnicas dependiendo del paciente, el nivel y grado de obstrucción, de causa, de la anatomía de su vía lagrimal y estado de la fosa nasal. Algunos casos se puede necesitar más de un tratamiento para corregir el problema. Incluso los tratamientos pueden ser muy conservadores en el caso de las obstrucciones congénitas que afectan a los recién nacidos.
En el caso de la obstrucción baja de la vía lagrimal, en el saco lagrimal o en el conducto nasolagrimal: una de las técnicas quirúrgicas de elección más frecuente es la dacriocistorrinostomía (externa, endonasal o transcanalicular). Consiste, básicamente, en crear una nueva vía de drenaje de las lágrimas, a través de la nariz, permitiendo que éstas se evacúen de nuevo con normalidad.