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“Mi hijo tiene seis meses, nació con un hidrocele y no le ha llegado a desaparecer. El pediatra nos dijo que acabaría desapareciendo, pero lo sigue teniendo y me preocupa. ¿Es normal? ¿Por qué se produce?”
Nos escribe… Ángela (León)
Durante el desarrollo del bebé en el útero, los testículos descienden desde el abdomen a través de un conducto hasta el escroto. A medida que se mueven por el canal, empujan el revestimiento del abdomen con ellos. El revestimiento forma un saco alrededor de los testículos dentro del escroto. La parte superior del saco finalmente se cierra antes del nacimiento, pero cuando no ocurre esto, el niño nace con lo que se conoce como hidrocele. Existen dos tipos de hidrocele según la Asociación Española de Pediatría:
- El hidrocele congénito se produce por el paso de líquido desde el interior del abdomen hacia el escroto a través de una pequeña comunicación, que no se ha cerrado completamente durante el desarrollo del feto. Este tipo es el más frecuente y se denomina hidrocele comunicante. Dentro de este tipo, también se encuentra el hidrocele no comunicante, que ocurre cuando la comunicación entre el abdomen y el escroto se cierra completamente, pero queda líquido atrapado en su interior. Si este líquido queda retenido en la región inguinal (en lugar de en el escroto), recibe el nombre de quiste de cordón.
- El hidrocele adquirido, que se manifiesta normalmente durante la adolescencia y se origina por exceso de producción de líquido o por falta de reabsorción del mismo, por parte de las cubiertas que rodean al testículo. Es también un hidrocele no comunicante.
Hidrocele: cómo se resuelve
Normalmente, un hidrocele no comunicante se resuelve espontáneamente antes de que el niño cumpla un año, lo que ocurre cuando el líquido es reabsorbido desde la bolsa escrotal. La mayoría de los casos de hidrocele en bebés no precisan tratamiento, ya que es una condición que suele remitir espontáneamente en los primeros meses de vida. Por tanto, el niño seguirá los controles habituales de su pediatra en los que se irá comprobando que poco a poco el líquido acumulado en la bolsa escrotal se ha ido reabsorbiendo hasta desaparecer. Un hidrocele que persiste más allá de 12 y 18 meses suele ser un hidrocele comunicante que, en la mayoría de los casos, requiere una intervención quirúrgica para prevenir el desarrollo de una hernia inguinal.