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La esofagitis eosinofílica es una enfermedad de tipo alérgico caracterizada por una inflamación crónica del esófago, el tubo muscular que transporta la comida desde la boca hasta el estómago.
Se la considera una enfermedad relativamente nueva (las primeras descripciones son de hace unos 25-30 años). La Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) explica que en la última década se ha observado un aumento exponencial en la incidencia y prevalencia de esta patología, que en España puede afectar a más de 45.000 personas. Representa la segunda causa de inflamación del esófago (tras la enfermedad por reflujo gastroesofágico) y es la primera causa de disfagia e impactación alimentaria en niños y adultos jóvenes.
La enfermedad se caracteriza por la presencia en el esófago de unas células llamadas eosinófilos, un tipo de leucocitos sanguíneos que participan en enfermedades alérgicas como la rinitis, la conjuntivitis o la dermatitis atópica. En condiciones normales no hay eosinófilos en el esófago, así que cuando estos se infiltran, el esófago comienza a funcionar mal. Esta acumulación es consecuencia de una reacción frente a determinados alimentos (los más frecuentes son la leche de vaca, el trigo, el huevo y las legumbres), o alérgenos ambientales (polen, ácaros del polvo, hongos…). En otras ocasiones el reflujo gastroesofágico daña el tejido esofágico, lo que origina dificultad para tragar la comida (disfagia) o hacer que los alimentos queden atascados (impactación).
Síntomas característicos
Esta patología se puede presentar a cualquier edad y sexo, si bien se detecta principalmente en edad infantil (con mayor incidencia en varones) y en adultos jóvenes (30-40 años).
- En niños se presenta con rechazo al alimento, vómitos, dolor abdominal o torácico. Además, puede existir pérdida de peso o retraso en el crecimiento.
- En los adultos vemos más dificultad para tragar o atragantamiento debido a la presencia de inflamación y en algunos casos, de disminución en el calibre del esófago. Muchas personas que se acostumbran a comer bebiendo mucho líquido para que el alimento pase o que se atragantan con frecuencia, podrían tener esta patología.
Diagnóstico y tratamiento
Para diagnosticar la enfermedad se realiza una endoscopia digestiva alta con toma de biopsias para confirmar la existencia de eosinófilos.Los objetivos principales del tratamiento son la curación de los síntomas, de la inflamación esofágica, así como la eliminación o reducción de las estrecheces (si las hubiera) en el esófago. La inflamación se puede reducir mediante tres tipos de tratamientos: protectores de estómago (por ejemplo, omeprazol), corticoides tópicos o mediante la eliminación de determinados alimentos de la dieta (esta se establecerá a partir de las características individuales de cada uno de los pacientes).