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La Coenzima q10 es conocida por sus numerosas propiedades: reduce el riesgo cardiovascular, combate los radicales libres, favorece la pérdida de peso y además, es uno de los ingredientes cosméticos más eficaces tanto para prevenir la aparición de arrugas como para reducir y mejorar el aspecto de las ya existentes. Son las credenciales de una molécula de nombre nada glamouroso pero que se perfila como el elixir de la eterna juventud: la coenzima Q10.
Es científicamente conocida como ubiquinona, la coenzima Q10 es una de las sustancias antioxidantes que se le atribuyen beneficios, tanto a nivel interno como desde el punto de vista estético, por frenar el proceso de envejecimiento. Así lo explica el doctor Jesús F. Tresguerres, catedrático de Endocrinología de la Universidad Complutense de Madrid y director de la Unidad Antienvejecimiento de la Fundación Tejerina, quien, a la práctica habitual de ejercicio y el seguimiento de una alimentación saludable, añade como fundamental la ingesta de esta sustancia como una de las que han demostrado mayor eficacia en la lucha contra los procesos derivados del paso del tiempo.
El secreto está en la mitocondria
Biológicamente, la coenzima Q10 es una sustancia grasa soluble, que se produce de forma natural en los tejidos del cuerpo, y que es utilizada por las células para extraer energía de los alimentos. Su nombre científico, ubiquinona, deriva de la palabra ubicuo, en alusión a su presencia en todas y cada una de las células del cuerpo. Se encuentra principalmente en las mitocondrias, las centrales energéticas encargadas de convertir la energía de los carbohidratos y ácidos grasos en combustible celular. La razón última por la que envejecemos es porque nos oxidamos, y una parte del oxígeno que necesitamos se nos escapa de las mitocondrias, las cuales, con la edad, van siendo menos eficaces, señala Tresguerres. De ahí el papel de refuerzo que desempeña la coenzima Q10 y la importancia de que ésta se encuentre presente en la cantidad suficiente a nivel celular, ya que, tal y como explica el doctor Nicholas Perricone, investigador experto en Dermatología y auténtico gurú del bienestar en Estados Unidos, en su libro La Revolución Antiedad, protege tanto la mitocondria como la membrana celular contra los daños provocados por la oxidación.
Las claves de la acción cosmética de q10
Pero, ¿Qué tiene que ver esta compleja estructura celular con el principio cosmético que se incorpora a las cremas antiedad? Pues el hecho de que la coenzima Q10 es, por encima de todo, una sustancia antioxidante, por lo que su acción, a nivel cutáneo, es muy importante, ya que no sólo controla la acción de los radicales libres, originados por los efectos del sol y de otros factores como el tabaco, la contaminación ambiental y el estrés, sino también porque su aplicación regular es capaz de reparar los estragos que todos estos elementos han
producido sobre la piel, aumentando el grosor y la elasticidad de la misma. Se ha comprobado que el uso habitual de cremas que contengan en su formulación la coenzima Q10 puede retrasar notablemente el proceso de envejecimiento cutáneo, señala el profesor Tresguerres.
Un guiño a las arrugas
Según los estudios dermatológicos realizados al respecto, esta sustancia, añadida a las formulaciones cosméticas, es capaz de reducir la profundidad de las arrugas y proporcionar un resultado visible tras cinco semanas de uso continuado. Esto es debido a que, tras su aplicación tópica, se produce una disminución de la oxidación cutánea y de las arrugas finas de expresión, al tiempo que frena la degradación del colágeno dérmico. También es frecuente encontrarla en productos corporales (reafirmantes principalmente y, también, en tratamientos regeneradores para manos y pies), en cuyo caso actúa apoyando al proceso natural de la regeneración de la piel del cuerpo, mejorando notablemente su elasticidad. También en líneas cosméticas masculinas aporta beneficios fortaleciendo la piel y contrastando los signos de cansancio, y en productos para el contorno de ojos, aumentando la energía celular de tal forma que se minimizan bolsas, ojeras y patas de gallo.
- A partir de los 30
Los expertos recomiendan recurrir a esta sustancia a partir de los 30-35 años, que es cuando se empiezan a percibir los primeros signos de envejecimiento cutáneo y los niveles naturales de coenzima Q10 comienzan a descender.
- A partir de los 40
Se aconseja aplicarla no sólo en el rostro sino también en todas aquellas zonas que estén expuestas al sol de forma inapropiada.
Coenzima q10 sola o en compañía de otras
Según Tresguerres, resulta interesante la labor de refuerzo que ejerce la coenzima Q10 frente a algunas vitaminas, comenta Tresguerres, ya que:
- Preserva la acción antioxidante de la vitamina C.
- Forma un tandem perfecto con la vitamina E, con la que trabaja en conjunto, protegiéndola a su vez de la oxidación y corrigiendo sus posibles déficits.
- Otras sustancias junto a las que puede aparecer formulada son los liposomas, que le confieren propiedades hidratantes.
- Unida a la creatina, es capaz de recargar las reservas energéticas de la piel, ayudándola a retener su firmeza natural.
- Asimismo, es frecuente encontrar en la formulación otros principios activos que aumenten su penetración en la piel, como la cafeína y el ginkgo biloba.
Su faceta quemagrasas
Las peculiaridades de la coenzima Q10 también podrían ser útiles en aquellos casos en los que existe un exceso de grasa en el organismo. Su razón se debe a que las células del músculo tienen que quemar la grasa (procedente fundamentalmente de la alimentación) para convertirla en energía, y en esta conversión, la Q10 juega un papel fundamental, actuando como el motor que enciende la máquina quemagrasas en el músculo. A esto hay que unir el hecho de que aumenta la eficiencia metabólica, de ahí que resulte una sustancia eficaz en la reducción de peso, comenta Perricone.
También, en suplementos
Además de la que el organismo produce, la coenzima Q10 se puede encontrar en alimentos como la carne, el pescado, los aceites vegetales, el germen de trigo, los cereales, los frutos secos y la soja. Sin embargo, tal y como explica el doctor Perricone en su libro, los alimentos contienen tan solo pequeñas cantidades de esta coenzima. Habría que comer 450 gramos de sardinas y más de un kilo de cacahuetes para alcanzar la cantidad mínima recomendada para las personas sanas, así que lo mejor es tomarla como complemento, teniendo en cuenta que se absorbe de forma óptima si se consume con las comidas.
En este sentido, hay que tener en cuenta que, al tratarse de una sustancia soluble en grasa, siempre se absorberá mejor si la comida incluye algún contenido graso. Estos suplementos están disponibles en forma de líquidos, cápsulas en pastillas, cápsulas de gel y tabletas. En ellos, la coenzima Q10 se puede presentar sola o formando parte de un complejo nutricional en el que suelen estar presentes los ácidos grasos esenciales (para mejorar su biodisponibilidad) y otras sustancias antienvejecimiento, como las vitaminas antioxidantes.
En cuanto a la dosis recomendada, no existe una cifra estandarizada. Cuando se trata de la
eliminación de arrugas, la recomendación es de 30 a 300 mg diarios, dependiendo de cada caso, explica Nicholas Perricone, quien, por otro lado, advierte que en los casos de diabetes o enfermedad cardiaca, este suplemento nunca debe consumirse sin supervisión médica.
Coenzima q10 beneficiosa para jaquecas, problemas dentales y mucho más
Dolores de cabeza: según un reciente estudio llevado a cabo en el Hospital Universitario de Zurich, tomar diariamente un suplemento de esta sustancia reduce tanto la frecuencia como la intensidad de dolores de cabeza, como los ataques de migraña o las jaquecas.
Infecciones: hay evidencias científicas de que la coenzima Q10 actúa positivamente sobre el sistema inmune, estimulándolo y haciendo que se defienda mejor frente a las infecciones, evitando la proliferación de bacterias.
Enfermedades periodontales: investigadores de los laboratorios Merck han encontrado evidencias de que la coenzima Q10 es beneficiosa en la curación y reparación del tejido periodontal, así como en el tratamiento de otras patologías bucales como la gingivitis, ya que fortalece las encías.
Menopausia: tal y como explica el doctor Perricone, los niveles de Coenzima Q10 tienden a bajar con la edad, especialmente en las mujeres postmenopáusicas. Puesto que esta sustancia es esencial para la salud del corazón, algunos cardiólogos creen que el aumento de la incidencia de la insuficiencia cardiaca en las mujeres de esta edad se debe en particular al significativo descenso de la coenzima Q10, de ahí la importancia de los suplementos en esta etapa de la vida.
Parkinson: una investigación llevada a cabo en la Universidad de California ha relacionado la
administración de la coenzima Q10 con un retraso en la aparición de los efectos de los trastornos neurológicos degenerativos propios de esta dolencia.
Cáncer: estudios realizados por especialistas de las Universidades de Copenhague y Miami apuntan a la existencia de unos posibles efectos anti-tumorales en pacientes con predisposición a desarrollar cáncer de mama.
Otras dolencias: la coenzima Q10 es muy eficaz en el tratamiento del síndrome de fatiga crónica, esto es debido a que, al formar parte en las células del sistema de generación de la molécula ATP (adenosina trifosfato), está directamente implicada con la producción de energía de cada célula del cuerpo. También parece ser efectiva en los casos de diabetes, ya que mejora el metabolismo de los azúcares
Q10 como aliada del corazón
Independientemente de sus efectos estéticos, la gran importancia de la coenzima Q10 reside en su papel cardioprotector. De hecho, al descubridor de sus funciones, el profesor Peter Mitchell, el hallazgo le valió el premio Nobel de Medicina de 1978. El experto constató que las mayores concentraciones de esta coenzima se encuentran en el corazón, de ahí que su aplicación en terapia médica se centre sobre todo en el tratamiento de las enfermedades cardiovasculares. Su importancia a nivel cardiaco es tal que, según explica el doctor Perricone, la deficiencia de esta coenzima es común en aquellas personas que padecen del corazón.
Las biopsias de tejidos cardiacos realizadas en pacientes con diferentes tipos de enfermedades cardiacas muestran una deficiencia de la coenzima Q10 en el 50-75 % de las situaciones. Así, por ejemplo, en los casos de insuficiencia cardiaca, la ingesta de esta sustancia aumenta de forma beneficiosa la fuerza del músculo cardiaco, lo que permite que la tolerancia al esfuerzo físico sea mayor sin que se produzca fatiga. También es muy eficaz en el fortalecimiento y protección de los vasos sanguíneos y en el control de los niveles de colesterol.