candidiasis en el hombre

Ellos también la sufren

Conoce los síntomas, tratamientos y medidas preventivas para abordar esta infección por hongos.

Aunque afecta más a la mujer, las infecciones genitales por candidiasis también existen en versión masculina. Se llaman balanitis o balanopostitis y están ligadas a períodos de estrés, al consumo de determinados medicamentos como los antibióticos o a bajadas de defensas puntuales y/o sistemas inmunológicos debilitados por alguna enfermedad. 

Las infecciones oportunistas que provocan los hongos tipo levadura (unicelulares) del género Candida y sobre todo por la especie Candida albicans, no entienden de género. De hecho, aunque son más frecuentes en las mujeres por la condición húmeda de su zona genital, también son frecuentes en hombres, sobre todo si no están circuncidados. Los ancianos son también un grupo de población muy vulnerable a este tipo de infecciones porque su sistema inmune se va debilitando con el tiempo y a menudo sufren enfermedades crónicas, inmovilidad, diabetes y/o una mala higiene genital u oral.  

La “candida” lo arrasa todo

Cuando las levaduras de candida entran en el organismo, pueden hacerlo de distinta manera y provocar candidiasis diferentes, según afecten a la piel (cutánea), a las mucosas orales (candidiasis oral), al esófago (esofágica), al intestino (intestinal), a la zona genital o incluso puede pasar al torrente sanguíneo (candidiasis sistémica), condición muy peligrosa que provoca una candidemia que puede ser mortal. La candidiasis genital es la forma más frecuente y afecta más a mujeres, aunque en el hombre afecta a la cabeza del pene (balanitis) y/o al prepucio (balanopostitis). Por último, la candidiasis urinaria provoca una infeccion nosocomial, normalmente adquirida durante  una estancia hospitalaria o en portadores de catéteres y sondas.

La candidiasis cutánea suele circunscribirse a zonas de piel húmedas y con escasa ventilación, a zonas de pliegues como las axilas y las ingles o a zonas sometidas a continuos roces como los glúteos, provocando picor intenso, erupciones, descamación, inflamación, ardor e incluso dolor. La candidiasis oral suele afectar a la zona de alrededor de los labios, mejillas, lengua o paladar, aunque a veces puede afectar a las encías, amígdalas y parte posterior de la garganta. Es frecuente en personas con el sistema inmunológico debilitado y/o que consumen antibióticos o corticoides y provoca lesiones blancas que provocan sangrado al rascar, grietas, enrojecimiento en las comisuras de la boca y alteración e incluso perdida del gusto irritación y dolor al comer. 

Cuando es esofágica produce dolor y dificultad en la deglución, fiebre o sangrado, y cuando es intestinal provoca meteorismo, ardor, reflujo, distensión abdominal, digestiones pesadas, cambios en el hábito intestinal, residuos blanquecinos en heces, cansancio y debilidad. 

Llagas en el glande y el prepucio

En las zonas genitales es donde el hongo efectúa su actividad fermentativa y provoca irritaciones y picores. Es mucho más frecuente en la vagina que en los órganos genitales masculinos, siendo muy frecuente que la mujer sea la que pasa la infección al hombre durante el coito vaginal. Cuando las levaduras de candida afectan al glande, los síntomas que provoca son inflamación, irritación, erupción e incluso llagas en el glande. También produce picor alrededor de la cabeza del pene y dolor al orinar y al mantener relaciones sexuales. También puede producir humedad excesiva, con o sin secreción blanquecina, a menudo acompañada de un olor desagradable bajo el prepucio y los pliegues cutáneos. En el prepucio provoca inflamaciones, haciendo que esta piel retráctil adquiera volumen y enrojezca. También puede provocar el estrechamiento del meato urinario, fimosis (retracción del prepucio) con dolor del glande, parafimosis o desplazamiento dificultado del prepucio sobre el glande, alteraciones circulatorias e incluso riesgo de cáncer de pene, pudiendo afectar a la fertilidad. Si no se trata, la candidiasis puede extenderse al escroto.

¡Atención a!

  1. El consumo de antibióticos, corticoides e inmunosupresores durante periodos largos, que puede predisponer a infecciones del género cándida albicans.
  2. La presencia de infecciones y/o inmunodeficiencias congénitas o adquiridas (por ejemplo el VIH), que debilitan el organismo y lo hacen más vulnerable a la adquisición de candida.
  3. Una diabetes no controlada, que favorece la presencia de glucosa en la orina y crea el ambiente propicio para su proliferación. 
  4. El sobrepeso provocado por el consumo de ultraprocesados y azúcares también pueden favorecen la infección.
  5. Situaciones de estrés y estados depresivos, que pueden producir bajadas de defensas.
  6. Los varones no circuncidados tienen más facilidad de adquirir una infección por candida, al facilitar la acumulación de levaduras.
  7. Un desequilibrio en la microbiota intestinal, que además de estreñimiento, diarrea, hinchazón, gases o dolor abdominal, puede provocar una candidiasis.

Lo que hay que hacer

Tanto para prevenir como para atajar una infección genital por candida del tipo balanitis y/o balanopostitis es fundamental evitar la humedad excesiva de la zona y mantener una escrupulosa higiene, lavando el pene con agua templada y con geles que tengan un pH respetuoso y que no provoque irritación. Hay que retirar el prepucio para evitar la acumulación de residuos (esmegma) y la aparición de adherencias. En caso de balanitis de repetición, son muy buenos los enjuagues con solución salina o los baños con manzanilla del glande y el prepucio para evitar las recurrencias. 

Igualmente, es muy importante secar la zona y utilizar ropa de algodón holgada, que permita mantener la zona seca y limpia. También resulta de gran ayuda seguir una dieta equilibrada y limitar el consumo de azúcares y alimentos procesados, para fortalecer el sistema inmunológico y ayudar a prevenir las infecciones por hongos. Por último, hábitos saludables de ejercicio y sueño que ayuden a combatir el estrés y contribuyan a mantener fuerte el organismo son de gran ayuda a la hora de hacer frente a este tipo de infecciones, al igual que utilizar preservativo durante las relaciones sexuales previene la aparición de balanitis o el contagio con una pareja infectada. 

Antifúngicos y probióticos

La mayoría de las candidiasis en hombres se tratan con medicamentos antimicóticos o antifúngicos. En las mujeres se suele aplicar en forma de óvulos intravaginales y en hombres de forma tópica en pomadas o cremas. Por lo general, el médico suele recetar una crema de clotrimazol. También pueden prescribir Fluconazol, tomado una vez como única dosis. El uso de soluciones a base de sulfatos de zinc, aluminio, potasio contribuye a la higiene y secado de la piel, y en combinación con las cremas o pomadas de antifúngicos y antibióticos, suelen ser suficientes para controlar las infecciones. 

Los probióticos como lactobacillus rhamnosus, lactobacillus plantarum u otros ayudan a prevenir las candidiasis recurrentes.

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Paula Rivero

Soy de la primera promoción de Periodismo que salía del "horno" de Sevilla (en todos los sentidos), allá por el año 94, estudios que completé con los de Historia Contemporánea, licenciándome en...