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Aunque el acné es una de las patologías más frecuentes de la piel durante la adolescencia, también puede afectar a la vida adulta. Si tienes acné, acude a tu farmacéutico, él sabrá cómo orientarte en los casos más leves, mientras que, para los casos más graves, cuenta con protocolos que establecen criterios de derivación inmediata al dermatólogo.
El acné es una de las enfermedades dermatológicas de mayor prevalencia, y llega a suponer entre el 10 y el 30% de las visitas al dermatólogo. Además, se trata de una patología que puede llegar a tener una gran repercusión psicológica en el paciente, sobre todo en el adolescente, afectando a su autoestima.
Según explica la farmacéutica Virginia Ortega, experta en Dermofarmacia y colaboradora del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, el acné es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel que afecta a la unidad pilosebácea, es decir, al nacimiento del pelo y se caracteriza por la secreción de sebo y por la obstrucción de los poros de la piel. Se identifica por la aparición de las incómodas espinillas o comedones. Es más frecuente en la pubertad, que es el momento en que se incrementan los niveles hormonales que hacen que las glándulas produzcan más sebo.
Según explica Virgina Ortega, existen diferentes formas y tipos de acné. Las más leves se pueden abordar desde la farmacia, con la recomendación de tratamientos de indicación farmacéutica, pero los casos más graves, permanentes y que cursan con dolor, deben remitirse al dermatólogo para su diagnóstico y tratamiento.
Acné, higiene ¡siempre!
· Para el correcto manejo del acné, es fundamental realizar una higiene diaria dos veces al día, por la mañana y por la noche, con productos que eliminen el exceso de sebo, es decir, con espumas, geles o soluciones micelares, que sean específicas y tengan un pH ácido. Podremos terminar esta higiene con una solución astringente.
· Es importante secar las lesiones e infección.
· También es importante incidir en la hidratación de la piel con geles y emulsiones de acción seborreguladora matificante, que ayuden a eliminar el aspecto brillante de la piel.
· No debemos manipular ni presionar las lesiones porque podemos provocar una sobreinfección y dejar marcas y cicatrices en la piel.
· Asimismo, debemos evitar el contacto del cabello con el rostro y lavarlo regularmente.
· Para el maquillaje, hay que utilizar siempre productos oil free y no comedogénicos.
· En el caso de los chicos, realizar siempre un afeitado manual y nunca eléctrico.
· Y por último la farmacéutica Virginia Ortega nos recuerda la importancia de seguir una dieta equilibrada y rica en antioxidantes, que nos ayudará en el control del acné.
¡Al dermatólogo!
Según Tomás Muret, farmacéutico experto en dermofarmacia, el acné presenta diferentes niveles en función de su gravedad clínica y tanto el diagnóstico como la prescripción corresponden al médico especialista, en este caso, el dermatólogo. “En la oficina de farmacia contamos con diversos protocolos de actuación y derivación al médico, en función de diversos criterios, entre ellos, que el paciente no responda al tratamiento; que sea menor de 12 años o mayor de 40 años; en situación de embarazo o lactancia; si las lesiones afectan no solo a la cara, sino también al torso, a la espalda o a superficies extensas; o si sospechamos que puede estar inducido por medicamentos”, afirma.
Tratamiento farmacológico
Tomás Muret explica que el tratamiento farmacológico del acné puede realizarse en dos niveles: a nivel tópico, sobre todo cuando el acné cursa sin inflamación. Y a nivel sistémico, ví oral, o de forma combinada.
1. En los tratamientos tópicos se incluyen los medicamentos retinoides, ácido salicílico, ácido glicólico, ácido azelaico, antibióticos como la climdamizina, eritromicina o tetraciclinas y el peróxido de benzoilo.
2. A nivel oral o sistémico, el tratamiento se basa principalmente en isotretinoina oral, anticonceptivos orales y antibóticos como las tetraciclinas.
3. Es importante saber que existen determinados medicamentos cuyo uso puede ser inductor e incluso agravante del acné. Entre ellos están los anticonceptivos orales, antidepresivos, antiepilépticos, antineoplásicos o antitumorales, corticoesteroides o glucocorticoides y las vitaminas V12 y D entre otros.