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“Llevaba mucho tiempo sin tener herpes en la boca. ¿Qué puedo hacer para evitar que me salgan?”
Nos escribe, Isabel (Murcia)
El herpes labial está causado por el VHS-1, una forma del virus del herpes simple. Una vez infectado, el virus nunca abandona el cuerpo. La mayoría de las personas no están muy seguras de cuándo entraron en contacto con el VHS-1. Se suele contraer en la primera infancia, cuando puede no aparecer como un herpes labial visible y puede reactivarse de forma espontánea o por un estímulo como el estrés, la luz solar, la menstruación, el frío, el daño tisular o la inmunosupresión.
Para prevenirlo hay que actuar sobre estos factores desencadenantes: reduciendo el estrés, cuidándose especialmente durante los días que dure la menstruación, abrigándose bien, durmiendo bien, etc. También haciendo ejercicio de forma regular, utilizando fotoprotectores labiales y siguiendo una dieta sana y equilibrada se podrán prevenir o reducir el número de reactivaciones. También es conveniente utilizar un bálsamo hidratante para impedir la resequedad de los labios, cambiar el cepillo de dientes con frecuencia y limpiar con agua hirviendo toallas u otros elementos que hayan entrado en contacto con anteriores herpes para evitar contagios después. Por el contrario, una mala alimentación ayuda a que las defensas se debiliten y el herpes labial adquiera más facilidad para brotar.
¿Y si hay recidivas?
En el caso de que aparezcan varios episodios al año es posible hacer un tratamiento antiviral recomendado por el dermatólogo. Y, por supuesto, si aparece el herpes, hay que iniciar el tratamiento lo antes posible, cuando notemos el inicio del herpes, por lo que conviene aprender a detectar los síntomas para acudir al médico cuanto antes y así acortar los brotes. También se puede recurrir a productos de Dermofarmacia para mejorar el problema y su evolución, si bien estos sirven para reparar la herida, pero no para la curación del virus.
1.Los preparados comerciales con elementos como la vitamina E y el aceite de rosa mosqueta, favorecen la curación de las lesiones. En el mercado existen apósitos con un hidrocoloide que, además de ser cicatrizante, formándose la costra del herpes, disminuye el riesgo de contagio y previene las sobreinfecciones.
2. Se pueden utilizar sales de cobre o zinc para ayudar a la cicatrización. En cambio, algunos remedios caseros como la pasta de dientes tienen dudosa efectividad en la curación del herpes labial. El frescor que produce alivia la sensación de quemazón, pero no es lo más recomendable. Tampoco funcionan la la cera de abeja, el zumo de limón, la aplicación de bolsas de té y el aceite del árbol del té.
3. Para tratarlos, lo más eficaz son los tratamientos orales, especialmente aciclovir, valaciclovir o famciclovir, antivíricos orales que sólo están indicados si las recurrencias son severas. Para brotes esporádicos, se usa el aciclovir tópico, ya que es capaz de acortar la evolución y severidad de las lesiones, siempre que se inicie con el comienzo del hormigueo. El tratamiento profiláctico o supresor está indicado en pacientes con más de seis episodios anuales.
4. Por último, se podría utilizar una crema antibiótica en la fase de costra para prevenir la sobreinfección bacteriana, pero hay que tener cuidado porque su aplicación excesiva mantiene la lesión húmeda y retrasa su curación.