El maquillaje, los cosméticos y perfumes, se han utilizado desde la antigüedad, de diferentes maneras y con diferentes artilugios, pero en el fondo siempre con el mismo fin, estar más atractivos mejorando nuestro aspecto externo.

El pueblo egipcio se preocupo mucho de la higiene. Los sacerdotes y clases dirigentes se depilaban absolutamente todo el cuerpo y se lavaban dos veces al día y dos de noche. No conocían el jabón, pero si el natron y la sosa; además se perfumaban y utilizaban gran cantidad de cosméticos para embellecerse y evitar la desecación cutánea que un clima tan seco
producía.

Las mujeres egipcias hicieron uso habitual de cosméticos y afeites, para su elaboración se mezclaba grasa de pato y distintos minerales, paras los ojos se utilizaban colores fuertes como el verde, obtenido mediante la reducción a polvo del mineral de cobre. También utilizaban el color negro, que se elaboraba a base de mezclar tierra, cenizas y tinta. Este afeite de color negro, cumplía además una función preventiva protegiendo los ojos de múltiples enfermedades a las cuales los habitantes del valle del Nilo estuvieron expuestos en todas las épocas.

Fueron también las egipcias las que iniciaron la moda de pintarse los labios, lo que hacían con un tinte que extendían con un cepillo o un palito. Ha sido identificado en una caja de afeites que data de 2500 años a.C. un cosmético para los labios, elaborado a base de antimonio, más
exactamente de sulfuro de antimonio, cuyos cristales tienen color rojo cereza.

Paradójicamente finalizaban su cuidado corporal colocándose pelucas sobre las que situaban unos utensilios en donde se ponían lienzos empapados en aceites olorosos los cuales resbalaban sobre los aditamentos capilares y el resto del cuerpo.

Igual que los cosméticos y afeites en el antiguo Egipto se utilizo con profusión el perfume, donde las sustancias aromáticas desempeñaron un papel esencial mediante dos tipos de preparados, las fumigaciones y los bálsamos.

Los ungüentos y los aceites perfumados, se aplicaban sobre la piel sana o herida según se usaran con fines cosméticos o terapéuticos. Como desconocían la destilación y por tanto el alcohol puro, se empleaba en la preparación de estos perfumes productos grasos, como aceite vegetal o grasa animal, que absorbían los olores de las flores y resinas. A esta base agregaban colorantes y productos curativos. Los ungüentos así obtenidos se conservaban en redomas y vasijas, a menudo de alabastro, o en vasos. También se han descubierto pequeños frascos de cerámica, piedra o alfarería, generalmente con formas de animales.

Las fumigaciones se obtenían con un método muy simple, consistía en colocar maderas, especias, frutos o resinas sobre una fuente de calor, dejando escapar sus aromas. Esta practica se utilizaba en todos los templos, donde poco a poco, las sustancias en estado puro cedieron el sitio a preparados más complicados preparados por los sacerdotes, que  también fueron los encargados de elaborar los perfumes para usos profanos.

Los egipcios usaban estos ungüentos y aceites aromáticos para su tocado y como cosmético, pues era algo imprescindible para esta civilización que concedió tanta importancia al cuidado del cuerpo y a la estética.

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Redacción Consejos

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