higiene intima del varón

Entendiendo el esmegma

Cómo reconocer los síntomas, tratarlo adecuadamente y cómo mantener una higiene genital óptima para prevenir problemas futuros.

El esmegma es una secreción natural del cuerpo humano y tiene un papel importante como lubricante del pene o la vagina. En varones, se segrega justo debajo de la base del glande a través de las llamadas glándulas de Tyson, facilitando así el deslizamiento del prepucio durante el coito. No estamos ante una enfermedad y no es dañino, sin embargo, una acumulación excesiva puede desencadenar molestias, provocar inflamación o causar infecciones.

Según la Academia Europea de Dermatología y Venereología, el esmegma está compuesto por células muertas de la piel, secreciones de la próstata y de las glándulas sebáceas. Es una sustancia espesa que se acumula alrededor de los genitales, de color blanco o amarillento. Puede aparecer en todos los varones, pero con mayor frecuencia en aquellos no circuncidados y nunca antes de la pubertad. Como lubricante natural, no tiene por qué causar problemas, tampoco se trata de una infección de transmisión sexual (ITS) ni es contagioso, pero una acumulación excesiva puede convertirse en un caldo de cultivo para que las bacterias crezcan y proliferen. 

Síntomas de que algo no va bien

Cuando el esmegma comienza a ser un problema puedes notar que: 

  • Adquiere el aspecto de queso desmenuzado o aparecen unas bolitas blancas.
  • Huele mal, como a leche agria.
  • Causa irritación o hinchazón.
  • Provoca decoloración de la piel.
  • Puede resultar difícil tirar hacia atrás (retraer) el prepucio y provocar dolor cuando está en erección.

¿Qué hacer?

La mejor manera de tratar el esmegma es lavarse periódicamente los genitales y las zonas circundantes hasta que desaparezca. Cuando hay prepucio, tirar suavemente de este lo más que se pueda hacia el cuerpo y utilizar un paño limpio o las manos para lavar la piel de debajo con jabón y agua limpia y tibia. Si se está circuncidado, limpiar el pene con agua y jabón. 

La piel de estas zonas es sensible, por lo que lo mejor es utilizar un jabón suave sin perfumes, colorantes, ni alcohol: buscar productos etiquetados como «sin fragancia», «hipoalergénicos» o «para pieles sensibles». Después de lavar y enjuagar el área, secarlo bien con una toalla limpia y utilizar ropa interior limpia y transpirable para ayudar a prevenir el crecimiento bacteriano.

Consulta a un médico si el esmegma no desaparece después de unos días de limpieza regular o si se desarrollan nuevos síntomas o provoca dolor o malestar. En estos casos habrá que descartar que se trate de una ITS u otra afección que tenga síntomas similares al esmegma.

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María José Merino

María José Merino

Sevillana de adopción y Granadina de nacimiento y de corazón, donde no dudo en escaparme cada vez que puedo. Licenciada en periodismo por la Universidad de Navarra, trabajé durante la carrera en los...